STANLEY REED
Hace un mes, Chevron, el gigante petrolero estadounidense, concluyó la adquisición de una compañía relativamente pequeña en Houston, Texas, llamada Noble Energy, por la que pagó alrededor de 4 mil millones de dólares.
Hasta hace poco, el trato habría sido improbable porque lo que distingue a Noble es el enorme negocio de gas natural que ha desarrollado en el Mar Mediterráneo oriental, sobre todo en Israel, una zona que las principales compañías petroleras habían eludido hasta ahora.
La decisión de Chevron es parte de un cambio extraordinario. Alguna vez un mar muerto para la industria petrolera, esta área del Mediterráneo, que se extiende desde el Delta del Río Nilo en Egipto hasta Israel, Líbano y Chipre, ha cobrado vida con equipos de perforación y plataformas de producción debido a grandes descubrimiento de gas natural.
Mike Wirth, de Chevron, dijo que el Mar Mediterráneo podría ser una “provincia energética bastante significativa”. Foto: Toru Hanai/Reuters.
Esos hallazgos atraen a compañías petroleras importantes al área, en parte gracias a mejores relaciones entre Israel y sus antiguos enemigos Egipto y Jordania.
“Esta es un área que parece que podría tener la calidad de recursos y la escala para convertirse en una provincia energética bastante significativa”, dijo Mike Wirth, director ejecutivo de Chevron.
Los gigantes petroleros se habían mantenido lejos de Israel en parte para evitar distanciar a grandes productores petroleros árabes como Arabia Saudita.
La decisión de Chevron indica que los días en que a los Estados del Golfo Pérsico les irritaba la idea de hacer negocios con Israel podrían haber terminado. Hace poco, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin establecieron relaciones con Israel con aparente aprobación saudita.
“Está abriendo el mercado israelí al mundo”, dijo Nati Birenboim, un ex funcionario de energía israelí que ahora es consultor, sobre la llegada de Chevron. “Todos lo saben: cuando compraron Noble, compraron a Israel”.
El Mediterráneo oriental tiene lo que gigantes petroleros como Chevron buscan: volúmenes muy grandes de gas, que muchos en la industria consideran que es más probable que tenga mejor futuro que el petróleo al crecer las preocupaciones por el cambio climático.
El sector de la energía se ha visto sacudido por un desplome en la demanda durante la pandemia y por preocupaciones sobre la viabilidad de los combustibles fósiles.
Pero los recursos que guardan estos enormes yacimientos es poco probable que se queden en el suelo debido a que ganan ingresos sustanciosos al impulsar las economías de Israel y sus vecinos.
Algunos de los yacimientos en la región, que incluyen al yacimiento israelí más grande, en el que Chevron tiene ahora una participación de casi el 40 por ciento, también podrían ampliarse de forma relativamente barata para exportaciones.
“Hay sólo unos cuantos lugares en el mundo donde se puede ingresar a activos grandes de gas”, dijo Gerald Kepes, consultor de energía. “Son para lo que están hechos las grandes compañías”.