Ha perdido aproximadamente el 13% del mercado de gasolina de México
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió restaurar la compañía petrolera nacional a su antigua gloria. En cambio, Petróleos Mexicanos se está ahogando en deudas, su producción de petróleo está disminuyendo y ahora parece estar perdiendo participación en el mercado de combustibles en su propio patio trasero.
En los últimos 21 meses de la administración de López Obrador, Pemex ha perdido aproximadamente el 13% del mercado de gasolina de México frente a empresas privadas, en comparación con el 4.5% de los 35 meses anteriores desde que México liberalizó su mercado de combustibles, según cifras del gobierno compiladas por Bloomberg. Su gobierno ahora busca revertir las reformas que han permitido a los principales actores del mundo arrebatar negocios a Pemex.
"Comienzan a aparecer grietas" en las políticas energéticas de AMLO, asegura Rajan Vig, fundador de la empresa independiente de comercialización de petróleo Indimex, en Ciudad de México. "La demanda sigue existiendo. De hecho, ha aumentado. Y si restringe el suministro, la gente tendrá que encontrar formas más creativas de introducir el producto."
En 2016, México permitió a empresas distintas de Pemex importar, distribuir y vender combustibles por primera vez desde que la industria fue nacionalizada en 1938.
Desde entonces, las principales empresas energéticas del mundo han invertido agresivamente en México, y grandes petroleras como Royal Dutch Shell, BP, Chevron y Exxon Mobil abrieron miles de estaciones de gasolina; y casas comerciales internacionales, incluidas Koch Industries, Glencore y Trafigura Beheer, construyeron infraestructura de almacenamiento, transporte y logística de combustible para traer más barriles al país.
Esos esfuerzos están dando frutos. A fines de agosto, las empresas privadas suministraban alrededor del 17.5% del volumen total de gasolina en el país y aproximadamente el 27% del diésel, según muestran los datos de producción e importación de combustibles de la Secretaría de Energía.
Si bien Pemex experimentó un aumento en las importaciones de diésel en agosto, en junio y julio las empresas privadas importaron más diésel que la petrolera estatal por primera vez.
La tendencia es un mal augurio para la administración de López Obrador, quien se ha comprometido a fortalecer a Pemex retrasando las reformas energéticas de 2013-2014 de la administración anterior.
La semana pasada, AMLO ordenó a los reguladores de energía en una reunión a puerta cerrada detener la emisión de nuevos permisos para minoristas de combustible e infraestructura energética. Dijo que considerará cambiar la Constitución en los próximos tres años si su objetivo de revertir la caída de la producción en Pemex no se puede cumplir con las leyes actuales.
Según publicó Forbes Petróleos Mexicanos (Pemex) elevó la refinación de petróleo crudo en sus seis refinerías durante agosto de 2020, luego de una racha de tres meses con caídas.
El Sistema Nacional de Refinación (SNR) de la empresa productiva del Estado procesó 616,486 barriles de petróleo diarios, un repunte de 18.4% mensual, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener).
En su comparación anual, la petrolera mexicana procesó 6.4% menos barriles en sus instalaciones, desde los 658,906 toneles diarios observados en el mismo mes de 2019.
Las refinerías de Tula y Madero impulsaron este resultado, con un incremento de 264% y 75%, respectivamente.
Los complejos refinadores de Salina Cruz y Salamanca reportaron incrementos de 14.6% y 16% respectivamente.
En sentido contrario, las refinerías de Cadereyta y Minatitlán enfrentaron caídas en su proceso de crudo de 1.1% y 111%, correspondientemente.
La empresa estatal que dirige Octavio Romero Oropeza produjo 639,000 barriles diarios de combustibles, un hundimiento de 9.6% mensual y 21% anual.
El gobierno mexicano, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), prometió elevar el proceso de crudo en el SNR con el objetivo de no malbaratar el petróleo en el extranjero ante la crisis económica por covid-19, y fijó una meta de más de un millón de barriles para el cierre del año.
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Su administración pretende rehabilitar las refinerías y construir una más en Dos Bocas, Tabasco para abatir las importaciones de combustible bajo la política de “soberanía energética”.