LAURA OJEA
La edición de 2020 del Energy Outlook de BP explora los posibles caminos para la transición energética global, cómo pueden evolucionar los mercados energéticos mundiales en los próximos 30 años, diez más que en ediciones anteriores, y las principales incertidumbres que se podrían presentar.
En los tres escenarios propuestos, la demanda energética mundial continúa creciendo, pero cambia radicalmente, siendo los combustibles fósiles los más damnificados al perder protagonismo a favor de una cuota mayor en energías renovables y al papel más relevante de la electrificación de la economía.
El CEO de BP, Bernard Looney, dice que “aunque la pandemia ha reducido drásticamente las emisiones globales de carbono, el mundo sigue por una senda insostenible. Sin embargo, el análisis del Outlook muestra que, con medidas políticas decisivas y más alternativas bajas en carbono, tanto de empresas como de consumidores, la transición energética aún es posible”.
El Outlook de 2020 explora la transición energética hasta 2050 utilizando tres escenarios principales y con unos precios del CO2 disparados en todos los casos propuestos.
+ El escenario Net Zero (emisiones netas cero) asume que las medidas políticas de Rapid están reforzadas por cambios significativos en el comportamiento y preferencias de la sociedad y los consumidores, como una mayor adopción de economías circulares y colaborativas y un cambio a fuentes de energía bajas en carbono. Esto aumenta la reducción de emisiones de carbono en un 95% para 2050. Este escenario está en línea con una serie de escenarios acordes con la limitación del aumento de las temperaturas a 1,5 °C.
+ El escenario Business-as-usual o BAU (sin cambios) asume que las políticas gubernamentales, las tecnologías y las preferencias sociales siguen evolucionando de manera y velocidad similares al pasado reciente. En BAU, las emisiones de carbono derivadas del uso de la energía alcanzan el punto más alto a mediados de la década de 2020, pero no disminuyen de manera significativa, sino que supone una reducción de las emisiones en 2050 inferior al 10% con respecto a los niveles de 2018.
Tanto el escenario Rapid como Net Zero asumen un aumento significativo en los precios del carbono, alcanzando en 2050 los 250 dólares/tonelada de CO2 en países desarrollados y 175 dólares/tonelada en economías emergentes, siendo mucho más bajos en el escenario BAU, con un precio del carbono que solamente alcanza una media de 65 dólares y 35 dólares/tonelada de CO2 para 2050 en economías desarrolladas y emergentes, respectivamente.
En los tres escenarios, la demanda mundial de energía va en aumento, impulsada por el aumento de la prosperidad y los niveles de vida en el mundo emergente. La demanda de energía primaria se estanca en la segunda mitad de esos próximos 30 años en Rapid y Net Zero a medida que se aceleran las mejoras en la eficiencia energética.
En BAU, la demanda sigue creciendo a lo largo de todo el período previsto en el Outlook, alcanzando alrededor de un 25% más para 2050.
Además en todos los escenarios prevén una caída de la demanda de petróleo en los próximos 30 años: reducción del 10% para 2050 en BAU, alrededor de 55% de reducción en Rapid, llegando al 80% en Net Zero.
En el escenario BAU la demanda se mantiene plana hasta principios de la década de 2020 y tanto en Rapid como en Net Zero, la demanda de petróleo nunca se recupera del todo de la caída causada por el Covid-19.
La disminución de la demanda de petróleo se debe a la creciente eficiencia y electrificación del transporte por carretera. En los tres escenarios el uso del petróleo en el transporte alcanza su punto máximo a mediados y finales de la década de 2020.
La participación del petróleo en la satisfacción de la demanda de transporte cae de más del 90% en 2018 a alrededor del 80% en 2050 en BAU, al 40% en Rapid y a sólo el 20% en Net Zero.
En el caso del gas natural puede desempeñar potencialmente dos funciones importantes en una transición acelerada hacia un sistema energético con bajas emisiones de carbono: apoyar el abandono del carbón en las economías en desarrollo de rápido crecimiento en las que las energías renovables y otros combustibles no fósiles no pueden crecer con la suficiente rapidez como para sustituir al carbón y combinarse con la Captura, Almacenamiento y uso del carbono (CCUS) como fuente de energía con emisiones de carbono (casi) nulas.
La energía eólica y la solar lideran el rápido crecimiento de la energía renovable: las energías renovables son la fuente de energía de más rápido crecimiento en los próximos 30 años en todos los escenarios. La participación de energía primaria procedente de las renovables crece de alrededor del 5% en 2018 al 60% en 2050 en Net Zero, 45% en Rapid y 20% en BAU.
La energía eólica y la solar dominan este crecimiento, apuntalado por las continuas caídas en los costes de desarrollo, disminuyendo en 2050 alrededor de un 30% y un 65% para la energía eólica y la solar respectivamente en Rapid y en un 35% y 70% en Net Zero.
El crecimiento requiere una aceleración significativa en la construcción de capacidad renovable. En Rapid y Net Zero el aumento anual medio de la capacidad eólica y solar durante la primera mitad del período previsto en el Outlook es de alrededor de 350 GW y 550 GW respectivamente, en comparación con el promedio anual de alrededor de 60 GW desde 2000.
El hidrógeno y la bioenergía crecen: a medida que el sistema energético se descarboniza progresivamente, hay un papel cada vez más importante para el hidrógeno y la bioenergía. El uso del hidrógeno aumenta en la segunda mitad del período previsto en el Outlook en Rapid y Net Zero, particularmente en las actividades que son más difíciles o más costosas de electrificar.
Para 2050, el hidrógeno representa alrededor del 7% del consumo final de energía (excluyendo los usos no combustibles) en Rapid y el 16% en Net Zero. El alejamiento de los hidrocarburos tradicionales también conlleva que la bioenergía tenga un papel cada vez más importante, incluyendo: biocombustibles líquidos utilizados principalmente en el transporte; el biometano que puede sustituir al gas natural y la biomasa utilizada predominantemente en el sector eléctrico. Para 2050, la bioenergía representa alrededor del 7% de la energía primaria en Rapid y casi el 10% en Net Zero.