YPF invertirá US$ 88 millones este año en acciones para mitigar y reducir las emisiones
Martín Guzmán recibió al CEO de YPF, Sergio Affronti, y al presidente de esta petrolera, el cristinista Pablo González, pero no sólo hablaron de la nueva obsesión del Ministro de Economía: la posibilidad de que la Argentina exporte gas natural licuado (GNL) a Europa en 2026, una vez que se construyan nuevos gasoductos y una planta de licuefacción, inversiones multimillonarias mediante.
Los ejecutivos están preocupados porque la Secretaría de Energía, que dirige Darío Martínez y depende de Guzmán, controle que las petroleras privadas no se entusiasmen demasiado con exportar petróleo a la Unión Europea, cuyo Poder Ejecutivo, la Comisión, propuso este jueves a los estados miembros que en seis meses dejen de comprarle a Rusia.
Es que YPF necesita crudo para abastecer su refinería de La Plata y así suministrar nafta y gasoil al mercado interno. Y la ley de hidrocarburos establece que primero debe satisfacerse la demanda interna y sólo después exportar. Claro: la diferencia es que en el mercado local el barril se paga a 60 dólares, por pedido del gobierno, y en el exterior trepó de 103 a 113 en la semana por la noticia de la Comisión Europea.
“No podés centrarte en GNL cuando las petroleras prefieren exportar el crudo: Guzmán y Martínez tienen que ponerles un freno”, advierten en YPF, en lo que puede leerse como otro capítulo de las peleas entre el ala gubernamental que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro al que respalda Alberto Fernández.
En la petrolera estatal advierten de que la producción está 10% arriba de 2019 y el puerto de Coronel Rosales, en el sur de la provincia de Buenos Aires, se encuentra en un nivel récord de exportación. El oleducto de la firma Oldelval, que pertenece a YPF y a seis petroleras privadas y que conecta Vaca Muerta con Coronel Rosales, “no va a alcanzar, va a haber un cuello de botella”, alertan en la firma estatal.
A fines de marzo, ante el faltante de gasoil que ocurría entonces en el inicio de la cosecha gruesa (de maíz y soja), YPF convocó a una reunión a las demás petroleras para pedirles que elevaran su suministro a las refinadoras locales, sobre todo a la la empresa estatal en La Plata.
Esa instalación, al igual que la de Raízen (de la angloholandesa Shell y la brasileña Cosan) en Dock Sud, necesitan petróleo pesado, como el llamado Escalante, que se produce en el Golfo San Jorge, entre las provincias de Chubut y Santa Cruz. Allí, está cayendo la producción de YPF y por eso esta compañía demanda de otras para la planta de la capital bonaerense.
“Entreguen más crudo porque no tenemos y si no, les cruzamos los barcos exportadores”, amenazaron en YPF en aquel encuentro. Se referían a que la Secretaría de Energía les bloqueara las crecientes exportaciones para que primero abastecieran el mercado local. Cada vez que una empresa quiere concretar un envío al extranjero, debe informarlo a las autoridades y a las refinadoras locales, que pueden pedir que primero se les suministre a ellas.
En aquella reunión, todas las empresas privadas se comprometieron a enviar más petróleo al mercado interno a costa de exportar menos, tanto las que producen el Escalante como las que extraen el Medanito, liviano, en Vaca Muerta.
Entre las principales productoras del Golfo San Jorge figuran Pan American Energy (PAE, que administran los Bulgheroni y es dueña de Axion), y que redujo exportaciones para llevar su refinería de Campana al máximo de producción en abril; Tecpetrol (grupo Techint), Pluspetrol (de las familias Rey y Poli) y CGC (de los Eurnekian), que prometieron enviar más a las plantas de YPF y Raízen.
También Vista Oil & Gas, que dirige el ex presidente de YPF Miguel Galuccio, y Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, prometieron abastecer de más crudo Medatino al mercado interno, aunque era el Escalante el que más se requería para producir diesel. Esas promesas solucionaron en parte la escasez de gasoil en el campo, pero también fue fundamental que YPF se comprometiera a importaciones extra, a pérdida.
En las empresas privadas apuntan por lo bajo a la empresa estatal por disminuir la inversión en el Golfo San Jorge para privilegiar Vaca Muerta. El ambiente se recalentó en las últimas semanas cuando Cristina Kirchner vio que Galuccio, de buena relación con ella, recibió a la diputada María Eugenia Vidal en sus pozos en Neuquén.
La actividad económica que sigue creciendo en la Argentina, aunque a menor ritmo desde marzo; la cosecha, la escasez mundial de hidrocarburos por la guerra y las nuevas sanciones de la UE a Rusia tensionan al máximo las necesidades de abastecimiento interno. También abren oportunidades a las petroleras con presencia local para hacer negocios exportando y al Gobierno para captar las divisas que necesita el país.
De todos modos, lo que la Argentina pueda venderle a Europa es ínfimo. Sólo produce 580.000 barriles por día, frente a los 100 millones que se consumen en el mundo. Estados Unidos fue el primer productor en 2021, con 10,2 millones, seguido por Rusia, con 9,7 millones y Arabia Saudita, con 9,3 millones.
En las empresas privadas opinan que la Argentina tiene en la actualidad una oportunidad de exportar un poco más, pero depende del cuello de botella entre las necesidades de abastecimiento interno y también las posibilidades de transportar el crudo hasta el puerto de Coronel Rosales.
Oldelval acaba de terminar el llamado Plan Vivaldi, que con US$ 45 millones amplió en 25% su capacidad de transporte, pero condiciona inversiones adicionales por 500 millones a la ampliación de la concesión, que finaliza en 2027 pero que requiere un mayor horizonte para recuperar el dinero enterrado, según sus accionistas.
“Estimo que este año no habrá un cuello de botella en el oleoducto, pero depende de si todas las empresas incrementan su producción”, advierten en el sector, publicó El Diario Ar.
METAS NET ZERO
YPF tiene una amplia cartera que apunta a contribuir a la estrategia nacional de descarbonización, a través de su producción de gas pero también con las renovables, el hidrógeno y el litio. En Experiencia IDEA en Neuquén, el CEO Sergio Affronti, adelantó una inversión de US$ 88 millones para este 2022 orientado a la reducción de las emisiones.
Affronti dijo en el panel, donde compartió con el CEO de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni, que una primera dimensión del trabajo de YPF está orientada a descarbonizar el core bussines de oil & gas, una segunda dimensión tiene su respaldo en las energías renovables y una tercera ha sido denominada “nuevas soluciones energéticas”.
“Desde YPF estamos trabajando para ser una compañía low carbon. Esto implica nuestro compromiso con la transición energética. Queremos duplicar el tamaño de nuestra compañía en cinco años: pasar de 250 mil a 450 mil barriles por día. Así vamos a poder exportar 135 mil barriles y abastecer el mercado local”, planteó.
YPF avanzó en 2021 con 33 iniciativas de descarbonización por 26 millones de dólares, que se enmarcan en una erogación de 465 millones de dólares destinados a integridad y mantenimiento de las facilities de Vaca Muerta y en los campos convencionales para preservación del medioambiente, según informó David Mottura en LM Neuquén.
“Este año vamos a invertir 88 millones de dólares en las iniciativas de descarbonización que tenemos en la compañía. Esto representa un 2,5% de los 3700 millones de dólares que la empresa va a invertir este año”, remarcó Affronti.
“El año pasado sancionamos proyectos en nuestro sistema de refino para producir combustibles en bajo contenido de azufre. Junto con motores de nueva generación, va a permitir reducir drásticamente las emisiones que tenemos”, agregó.
NUEVA MIRADA
YPF quiere disminuir las emisiones totales directas en un 30% para 2026 y alcanzar un 30% de reducción de metano en 2030.
La empresa de energía tiene una ventaja en el sector del petróleo y el gas que se llama Vaca Muerta. Es que las inversiones con destino en esa roca shale aportaron nueva tecnología para los pozos y modernas instalaciones para procesar los hidrocarburos.
La producción y los procesos están bajo una nueva mirada de la propia industria, además de la nueva infraestructura, que monitorea las emisiones, los gases fugitivos y adopta como indicador de calidad el control ambiental.
Este enfoque no es inocente de parte de la industria ni de YPF, sino que se pretende reducir pérdidas económicas y mitigar los impactos en el ambiente, algo que les eleva la calificación con socios o potenciales socios de Europa -donde el concepto de transición energética es más fuerte entre las históricas petroleras-.