HONGZHANG XU

El informe de esta semana del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte que el calentamiento global se dirige a niveles peligrosos a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad en esta década. Esto no se puede lograr sin un gran esfuerzo de China, el mayor emisor del mundo.

El IPCC dice que limitar el calentamiento global requerirá, entre otras medidas, una reducción sustancial en el uso de combustibles fósiles y el despliegue de combustibles alternativos como el hidrógeno.

China es responsable de casi un tercio de las emisiones globales cada año. Se ha comprometido a convertirse en carbono neutral antes de 2060, y la producción de hidrógeno verde es clave para este plan.

Australia también está invirtiendo millones de dólares en tecnología de hidrógeno verde. Pero el nuevo plan de China podría arrojar agua fría sobre el sueño de Australia de convertirse en una superpotencia mundial de hidrógeno.

Se habla mucho sobre los diversos roles del hidrógeno en la economía global a medida que el mundo se apresura a descarbonizarse.

El hidrógeno es un portador de energía: contiene la energía utilizada para extraerlo. Se puede producir sin emisiones, como "hidrógeno verde", utilizando energía solar y eólica, nuclear o hidroeléctrica. También se puede producir a partir de combustibles fósiles como el gas y el carbón.

El hidrógeno es versátil. Se puede utilizar para electricidad y para propulsar vehículos. También puede ayudar a producir amoníaco, productos químicos y petroquímicos, vidrio y metales.

Los extensos recursos solares y eólicos de Australia significan que está bien ubicado para producir hidrógeno verde. Y nuestra proximidad a Asia significa que estamos bien ubicados para exportar hidrógeno allí. El gobierno federal quiere enviar hidrógeno al mundo , creando una industria de exportación para reemplazar el carbón y el gas australianos, cuya demanda disminuirá a medida que aumente la acción climática global.

En los últimos años, se ha promocionado a China como un importante mercado de exportación prospectivo para el futuro hidrógeno australiano, en gran parte debido a un aumento esperado en el uso de vehículos impulsados ​​por celdas de combustible de hidrógeno.

La ubicación de la capacidad de energía eólica y solar en tierra en el oeste de China, lejos de gran parte de su demanda de energía en el este y en la costa, también generó la percepción de que la nación solo tenía una capacidad limitada para generar hidrógeno verde.

Sin embargo, la imagen del hidrógeno en China está cambiando rápidamente. A fines del mes pasado, China lanzó su primer plan nacional para desarrollar una industria nacional de hidrógeno hasta 2035.

Incluye el dominio de tecnologías y procesos de fabricación, la coordinación de la construcción de infraestructura de energía de hidrógeno y la mejora de las políticas y los estándares de la industria. También implica una introducción gradual a los sectores industriales para 2035 y restringir el hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles.

Se espera que la producción de hidrógeno verde de China alcance hasta 200 000 toneladas anuales para 2025, evitando hasta dos millones de toneladas de CO2 cada año.

Parece cada vez más probable que China no necesite importar hidrógeno verde de Australia y competirá con nosotros como exportador de hidrógeno verde.

El informe del IPCC dijo que la industria representa alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales. Advirtió que lograr cero neto en el sector será un desafío y requerirá nuevos procesos de producción, incluido el hidrógeno.

El sector manufacturero de China es uno de los principales contribuyentes a sus emisiones nacionales, en particular la producción de acero y cemento que consume mucha energía. La fabricación de acero implica eliminar el oxígeno del mineral de hierro para producir hierro puro. Históricamente, esto se ha logrado utilizando carbón o gas natural, que libera una gran cantidad de CO2.

Pero el hidrógeno se puede usar en la fabricación de acero para reemplazar los combustibles fósiles. Para China, los beneficios del acero verde de cosecha propia son dobles. Además de reducir drásticamente las emisiones nacionales, reduciría la dependencia de China del carbón coquizable y el mineral de hierro importados de países como Australia.

Los combustibles fósiles representan casi toda la producción actual de hidrógeno de China.

En teoría, el hidrógeno a base de carbón se puede producir de forma limpia si el CO2 del proceso se captura y almacena. Esto se considera una ruta potencial de producción de hidrógeno en China.

Pero el método es notoriamente complicado y costoso y, lo que es más importante, no captura todo el CO2 emitido.

A medida que las naciones buscan reducir sus emisiones, no se puede asegurar un mercado de exportación para el hidrógeno a base de carbón, incluso cuando se capturan algunas emisiones.

Para producir hidrógeno verde, China probablemente usaría una combinación de energía nuclear e hidroeléctrica, las dos fuentes de energía de combustibles no fósiles más baratas del país.

Muchas regiones costeras de China están invirtiendo en la producción de hidrógeno verde a partir de excedentes de energía nuclear. Y hay movimientos para usar la energía nuclear para producir hidrógeno para la fabricación de acero.

La hidroelectricidad es otra opción para producir hidrógeno en China. Es una fuente de energía de bajo costo y, a menudo, se produce en exceso en las provincias de Sichuan y Yunnan.

Sin embargo, el desarrollo de la capacidad hidroeléctrica y nuclear en China, como en otros lugares, conlleva riesgos y costos sociales.

Por ejemplo, la creación de represas para la energía hidroeléctrica puede privar a las comunidades locales de sus medios de subsistencia. Y el desastre de Fukushima en Japón, y más recientemente, las amenazas rusas a las instalaciones nucleares en Ucrania, muestran el potencial de los desastres nucleares.

Australia ha gastado mucho en hidrógeno últimamente, más recientemente en el presupuesto federal del mes pasado , que asignó al hidrógeno una parte de A$ 1.300 millones (US$ 983.7 millones) para nueva infraestructura y desarrollo de energía. El sector privado también está invirtiendo dinero en tecnología.

Pero la estrategia de hidrógeno de Australia parece demasiado optimista sobre nuestras perspectivas de exportación. Como han señalado otros, la demanda de Japón de nuestro hidrógeno verde también parece haber sido exagerada.

Australia necesita planes más detallados para asegurar socios comerciales en hidrógeno verde. Y debería resaltar el riesgo comparativamente menor de invertir en hidrógeno australiano producido a partir de energía solar y eólica, en comparación con los planes de nuestros rivales globales.