Un esfuerzo conjunto de varias organizaciones líderes en sostenibilidad, incluyendo el Bezos Earth Fund y el World Resources Institute, ha emitido un diagnóstico sombrío sobre los esfuerzos globales para combatir la crisis climática. El informe "El Estado de la Acción Climática 2025" concluye que, pese a la aceleración de la transición hacia las cero emisiones netas en la última década, la acción climática no se ha materializado al ritmo ni a la escala necesarios para cumplir con el objetivo de $1,5$ °C del Acuerdo de París.
El documento, publicado por Systems Change Lab, es considerado la hoja de ruta más completa para cerrar la brecha de emisiones y evalúa 45 indicadores clave en sectores con alta emisión, como energía, industria, transporte y alimentación.
Aunque más de tres cuartas partes de los indicadores apuntan en la dirección correcta, el progreso es alarmantemente insuficiente, lo que expone a las comunidades, las economías y los ecosistemas a riesgos inaceptables.
Los esfuerzos globales en 29 indicadores están "muy lejos de la meta", de tal manera que se requerirá una aceleración de al menos el doble —y para la mayoría, más de cuatro veces— esta década para mantener el límite de 1,5 °C dentro del alcance.
El hecho de que, por tercer año consecutivo, los avances logrados para detener de forma efectiva la pérdida permanente de bosques se incluyan en esta categoría resulta particularmente preocupante. La deforestación, por sí sola, no solo representa algo más del 10 % de las emisiones globales de GEI, sino que, junto con otras formas de cambio en el uso del suelo, constituye una de las mayores amenazas para la biodiversidad en los ecosistemas terrestres. Igualmente preocupantes son los lentos esfuerzos para eliminar gradualmente la electricidad generada a partir del carbón, la mayor fuente de emisiones de GEI en el sector eléctrico.
La escasa disminución de este indicador también obstaculiza la mitigación en la construcción, la industria y el transporte, sectores que, en mayor o menor medida, dependen de una red eléctrica descarbonizada. Además, el aumento de la financiación climática total, especialmente la procedente de fuentes públicas, sigue estando muy lejos de alcanzar los objetivos previstos. La falta de movilización de fondos suficientes también supone un riesgo para la acción climática en todos los sectores.
Peor aún, las tasas de variación recientes de otros cinco indicadores apuntan en la dirección completamente equivocada y requieren una corrección inmediata. La financiación pública de combustibles fósiles, por ejemplo, ha crecido un promedio de 75.000 millones de dólares anuales desde 2014; el progreso en la descarbonización del acero se ha estancado en gran medida; y la proporción de viajes realizados en automóviles particulares, muchos de los cuales aún dependen del motor de combustión interna, sigue aumentando.
Si bien son prometedores, la mayoría de los aspectos positivos de hoy representan casos aislados de cambios rápidos, muy lejos de las transformaciones sistémicas que se necesitan con urgencia para cerrar la brecha de emisiones de GEI para 1,5 °C.
El progreso en otros seis indicadores avanza en la dirección correcta a un ritmo prometedor, aunque aún insuficiente. La financiación climática privada, por ejemplo, aumentó tan drásticamente que los esfuerzos globales para movilizar estos fondos pasaron de estar «muy lejos de la meta» en el Informe sobre el Estado de la Acción Climática 2023 a simplemente «fuera de la meta». Entre 2022 y 2023, estos fondos pasaron de aproximadamente 870 000 millones de dólares a un máximo histórico de 1,3 billones de dólares, impulsados en gran medida por consumidores individuales, empresas e inversores institucionales, especialmente en China y Europa occidental.
Las ventas de vehículos eléctricos siguen aumentando rápidamente, impulsadas por un impresionante crecimiento en China, el principal consumidor y fabricante mundial de estos vehículos ligeros. Sin embargo, en otros dos mercados importantes, el impulso se ha estancado, frenando el progreso global.
En consecuencia, las tasas de crecimiento anual de la cuota de mercado de los vehículos eléctricos en el total de ventas de vehículos ligeros cayeron a un promedio de aproximadamente el 20 % en 2023 y 2024, en comparación con tasas de crecimiento superiores al 60 % en cada uno de los tres años anteriores. Así pues, si bien los vehículos eléctricos siguen logrando avances significativos en la cuota de mercado global de ventas de vehículos ligeros, el progreso más reciente ha pasado de estar «en buen camino» en el Informe sobre el Estado de la Acción Climática 2023 a estar «fuera de camino» para lo que se necesita para alcanzar el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.
Ponerse en marcha de cara a 2030 y mantenerse en el buen camino de cara a 2035 exige una enorme aceleración de los esfuerzos en todos los sectores.
El mundo debe, por ejemplo:
Eliminar gradualmente el carbón más de diez veces más rápido —lo que equivale a desmantelar casi 360 centrales eléctricas de carbón de tamaño medio cada año y paralizar todos los proyectos en desarrollo—.
Reducir la deforestación nueve veces más rápido. Los niveles actuales son demasiado altos: equivalen aproximadamente a perder permanentemente casi 22 campos de fútbol de bosque cada minuto en 2024.
Ampliar las redes de transporte rápido cinco veces más rápido —lo que equivale a construir al menos 1.400 km (870 millas) de carriles de tren ligero, metro y autobuses anualmente.
Menor consumo de carne de vacuno, cordero y cabra enregiones de alto consumocinco veces más rápido — equivalente a reducir el consumo en 2 raciones o menos por semana en América del Norte y del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
Escala tecnológicaeliminación de dióxido de carbonomás de diez veces más rápido — equivalente a construir nueve de las mayores instalaciones de captura directa de aire actualmente en construcción cada mes.
Incrementar la financiación climática en casi 1 billón de dólares anuales, lo que equivale aproximadamente a dos tercios de la financiación pública de combustibles fósiles en 2023.
