El 25 de marzo de 2025, Chile publicó su Plan de Acción Empresarial en Biodiversidad, el resultado de ocho meses de colaboración entre el gobierno y un grupo de empresas nacionales.
El Plan, el primero de su tipo en América Latina, formaliza el papel del sector privado en los esfuerzos nacionales para alcanzar los nuevos objetivos de biodiversidad y orienta a las empresas chilenas sobre cómo incorporar aspectos relacionados con la biodiversidad en sus estrategias y operaciones para reducir su impacto negativo en la naturaleza.
Más allá de su importancia para Chile, el Plan también puede servir de modelo para una colaboración eficaz entre gobiernos de otros países y empresas en materia de naturaleza.
De la ambición global a la implementación nacional
La colaboración público-privada es fundamental para la implementación exitosa del Marco Global para la Diversidad Biológica – también conocido como el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal –, un acuerdo histórico adoptado por 196 países en la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en la COP15. El Marco Global de Biodiversidad es el primer acuerdo de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica que establece explícitamente el papel del sector privado en la lucha contra la crisis mundial de la biodiversidad.
La adopción del Marco Global de Biodiversidad en diciembre de 2022 fue aclamada como un logro histórico, el "Acuerdo de Paris para la naturaleza". Sin embargo, la implementación de los objetivos y metas del Marco a nivel nacional, incluida la capacidad de los gobiernos para movilizar al sector privado, determinará si su principal objetivo —detener y revertir la pérdida de naturaleza para 2030— puede ser alcanzado.
Hasta ahora, los avances han sido lentos: solo 48 países han elaborado estrategias y planes de acción nacionales revisados en materia de biodiversidad desde la COP15, y solo algunos establecen claramente el papel del sector privado. Esto subraya la necesidad urgente de que los gobiernos nacionales colaboren estrechamente con las empresas y las instituciones financieras para definir estrategias nacionales ambiciosas.
Dado que América Latina fue sede de la última COP sobre biodiversidad (COP16 en Cali, Colombia) y será sede de la próxima COP sobre el clima (COP30 en Belém, Brasil), el continente tiene la oportunidad de establecer estándares para la acción en favor de la naturaleza a nivel nacional y regional. Con sus nuevos objetivos nacionales y su innovadora estrategia de participación empresarial, Chile está mostrando el camino.
Dirigida conjuntamente por el Ministerio de Medio Ambiente y Acción Empresas, la mayor red de sostenibilidad empresarial del país y parte de la red global del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, la iniciativa chilena para movilizar al sector privado reúne a representantes de seis ministerios (Medio Ambiente, Agricultura, Economía, Desarrollo Urbano, Hacienda y Energía) y empresas que representan sectores clave de la economía nacional.
¿Qué lecciones se pueden extraer del enfoque de Chile?
1. Garantizar la participación temprana de las empresas para generar confianza y para que asuman la responsabilidad
En las primeras etapas del proceso de actualización del Plan de Acción Empresarial en Biodiversidad de Chile, se creó un Grupo Asesor Empresarial integrado por 14 empresas líderes con el fin de apoyar al gobierno chileno en la inclusión efectiva del sector privado en sus objetivos nacionales de biodiversidad. En estrecha colaboración con Acción Empresas y con el asesoramiento de Business for Nature – una coalición mundial de más de 100 organizaciones que apoya a los líderes empresariales y a los responsables políticos para que adopten medidas de impacto en favor de la naturaleza – el Ministerio de Medio Ambiente estableció el Grupo como mecanismo central de coordinación entre los sectores público y privado.
Para garantizar que una amplia gama de empresas comprendieran el papel que podían jugar en la configuración de la agenda de biodiversidad del país, Acción Empresas organizó una serie de mesas redondas y talleres que abarcaron las cinco regiones de Chile y puso en marcha una estrategia de comunicación integral. Un aspecto crucial fue que los seis ministerios involucrados dedicaron tiempo a trabajar con las empresas para definir una misión compartida antes de pasar a la implementación. Esto creó un entorno constructivo y fomentó un fuerte sentido de confianza y compromiso.
2. Articular una propuesta de valor empresarial clara para generar aceptación
En lugar de presentar la biodiversidad como una preocupación ambiental aislada, el gobierno chileno se aseguró de posicionarla como un componente clave de la sostenibilidad corporativa y la resiliencia empresarial a largo plazo. Al articular una propuesta de valor clara para las empresas, destacando los beneficios de la acción por la naturaleza – como la mitigación de riesgos operacionales, la preparación para la divulgación y la construcción de confianza con las partes interesadas –, el gobierno también vinculó explícitamente los esfuerzos de las empresas con la consecución de los objetivos globales del Marco Global de Biodiversidad.
Este enfoque ayudó a las empresas a reconocer el valor estratégico, a nivel micro y macro, de integrar la biodiversidad en sus operaciones y de tomar medidas concertadas como parte del Grupo Asesor Empresarial.
3. Establecer una gobernanza sólida para impulsar la acción y la rendición de cuentas
Al establecer desde el principio funciones y responsabilidades claras entre el Grupo Asesor Empresarial y el gobierno, Chile hizo de la gobernanza y la rendición de cuentas dos pilares fundamentales de su enfoque.
La creación de un grupo de trabajo público-privado que se reunió en persona cinco veces durante los ocho meses fue clave para identificar las brechas y los sectores prioritarios que debía abordar el Plan de Acción Empresarial. También fomentó una comunicación transparente, en la que el gobierno abordó abiertamente las preocupaciones de las empresas y dio a conocer las mejores prácticas para incentivar la participación.
Es importante destacar que el grupo de trabajo público-privado, que incluye a ONGs, instituciones académicas y otras partes interesadas relevantes, se ha establecido como un mecanismo de coordinación a largo plazo, lo que asegura que el Plan y sus impactos se revisarán hasta 2030 y más allá, ajustándose para responder a las prioridades cambiantes.
El camino hacia la naturaleza positiva
Hay indicios de que el impulso en torno a la acción empresarial en favor de la naturaleza está creciendo de manera constante en Chile. Antes de la publicación del Plan de Acción Empresarial en Biodiversidad, tres miembros del Grupo Asesor Empresarial —Arauco, Colbún SA y Empresas CMPC— publicaron sus estrategias de naturaleza a través de la campaña global It's Now for Nature. Estas empresas están ayudando a establecer nuevos niveles de ambición y rendición de cuentas para que otras empresas chilenas sigan su ejemplo.
Y ahora que el Plan de Acción Empresarial se encuentra en fase piloto, los esfuerzos se centran en animar a las empresas a adoptarlo e integrar las acciones en favor de la naturaleza en todos los sectores de la economía chilena. Para ello, Acción Empresas está redoblando sus actividades de concientización, utilizando artículos, podcasts, programas de radio y redes sociales para generar impulso a nivel nacional.
"Incorporar la biodiversidad en todos los sectores no ha estado exento de desafíos", afirma Maisa Rojas Corrad, ministra de Medio Ambiente de Chile. "Sin embargo, estamos viendo claramente un interés creciente por parte de las empresas chilenas en ser parte de la solución, trabajando junto con el sector público para hacer la transición hacia modelos de negocio sostenibles, que mejoren el estado de la naturaleza a través de enfoques innovadores".
El año 2025 debe marcar una clara aceleración de los esfuerzos nacionales y globales para detener y revertir la pérdida de naturaleza. En este momento crucial, los esfuerzos de Chile proporcionan inspiración y orientación oportunas a otros gobiernos que buscan impulsar su colaboración con el sector empresarial y establecer un camino hacia la construcción de economías positivas para la naturaleza para 2030.