A nivel internacional, la energía nuclear desarrolla una importante contribución a la reducción necesaria de las emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir con el Acuerdo de París.
Según el informe “Climate Change and Nuclear Power 2015”, durante los últimos 45 años, la utilización de la energía nuclear evitó la emisión de más de 65 Gt CO2 en todo el mundo. Esta cantidad equivale al 41% del total de las emisiones evitadas por las fuentes bajas en carbono (hidráulica, otras energías renovables, y nuclear).
De acuerdo a los datos publicados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a junio de 2023 en el mundo se encuentran 410 reactores nucleares en operación, con una capacidad instalada de más de 368.000 MWe.
Además, existen 57 reactores nucleares en construcción, principalmente en Asia y Europa del Este. A la hora de mencionar casos puntuales, la generación eléctrica con tecnología nuclear para el año 2021 en Francia es del 69% sobre su total, mientras que en Estados Unidos alcanza un 19%. Entre los casos más destacables aparece China, que pasó de un 2% de participación nuclear en la matriz, en 2011, a un 5% en 2021.
ESCENARIOS DE GENERACIÓN NUCLEAR MUNDIAL
En lo que respecta al futuro, OIEA actualizó las proyecciones de generación nuclear, en las cuales el escenario de máxima al año 2050 duplica a la generación del año 2021, lo que representaría el 14% del total de la oferta de energía eléctrica mundial, con más de 7.000 TWh.
Cabe destacar que estas proyecciones de generación eléctrica representan un escenario en el cual, al año 2050, se encontrarían en funcionamiento y aportando energía entre 404 y 873 centrales nucleares de 1.000 MW para los escenarios de alta y baja, respectivamente.
En este punto es importante reforzar que la energía nuclear es, junto a las Energías Renovables Intermitentes (ERI) como la eólica y solar, entre otras, una de las tecnologías que permiten generar electricidad con menos emisiones de carbono respecto a las centrales térmicas convencionales.
Pero, debido a que las ERI quedan sujetas a la intermitencia del recurso renovable, no pueden sustituir la generación nucleoeléctrica, que es actualmente la única fuente capaz de suministrar grandes cantidades de electricidad en forma estable y confiable, en el momento que se la requiere.
La siguiente tabla muestra la emisión, en toneladas, de dióxido de carbono por GWh producido considerando el ciclo de vida las tecnologías de tipo térmico ingresan, pero limitadas por políticas de bajas emisiones.
En el caso de la generación nuclear, incluye las emisiones de los materiales de la construcción de la central y el ciclo de combustible completo (extracción y procesamiento del uranio y su gestión final).
Finalmente, la superficie del terreno también se transforma en una variable significativa para la reducción del impacto ambiental, al ser un bien escaso y caro. En este sentido, los equipos de generación nucleoeléctrica ocupan una superficie menor, por potencia instalada, con respecto a otras tecnologías.
En el gráfico anterior, se muestra la superficie utilizada por cada una de las tecnologías para producir una cantidad de energía eléctrica equivalente a la que produciría una central nuclear de 1.000 MWe de potencia instalada a lo largo de un año.