El recorte se profundiza en materia nuclear. El gobierno de Argentina confirmó la paralización de la obra del primer reactor nuclear nacional, el CAREM y efectivizó el despido de 230 trabajadores que se manifestaron a la altura del Complejo Atucha Zárate.
En abril la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) reclamaba una deuda equivalente a unos US$ 9 millones por la construcción de los reactores CAREM y RA-10, según le notificó a la Secretaria de Energía.
La movilización por los 230 despidos que cortó la autopista Panamericana a la altura del acceso al Complejo Atucha Zárate y contó con personal de ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA. Julio González de UOCRA Zárate confirmó que la protesta es en torno de un proyecto que estaba pronto a finalizar, y que se enmarca en el ataque ideológico del gobierno a la ciencia nacional.
CAREM, la primera central de potencia de diseño 100% nacional, se consolida como un Proyecto referente de esta nueva generación de reactores diseñados para la producción de electricidad en bajas o medianas potencias, siendo, además, una innovadora variante de los llamados Pressurized Water Reactor o Reactores de Agua Presurizada (PWR).
Los PWR representan tres cuartas partes de los más de 400 reactores de potencia que hay en operación en el mundo. Además, cuentan con una serie de características distintivas que permiten planificar procesos de construcción, operación y mantenimiento relativamente más sencillos y eficientes que otras clases de centrales.
La CNEA trabaja fuertemente en la construcción de la primera versión de la central CAREM, que, como todo desarrollo ‘primero en su tipo’ (FOAK, por las siglas en inglés de ‘first of a kind’), atravesará luego de su puesta en marcha un proceso de validación y calificación que resulta fundamental para consolidar el escalamiento a versiones comerciales de mayor tamaño y potencia.
En esta línea, se avanza con la puesta en marcha de un primer reactor CAREM que generará 32 MW eléctricos (lo que permitiría abastecer a una población de unos 120.000 habitantes aproximadamente) que, además de ser la referencia de ingeniería para los módulos de mayor potencia que se encuentran en etapa de diseño conceptual, también permitirá facilitar el proceso de licenciamiento de los futuros CAREM de escala comercial.
La principal virtud de esta clase de tecnología es generar energía eléctrica sin emitir dióxido de carbono ni otros gases de efecto invernadero, lo cual se vuelve trascendental ante el urgente desafío que afrontan los países para descarbonizar su matriz energética.
Por eso, los reactores tipo CAREM se constituyen como el complemento ideal de las fuentes de energía renovables, permitiendo la creación de sistemas híbridos que combinen la solidez y constancia de una fuente de base como la nuclear, con la versatilidad de fuentes como la solar o la eólica, las cuales aportan un importante volumen de energía al sistema de manera intermitente debido a su dependencia a factores climáticos favorables