LUCIANA PAZ
Al revés de lo que se esperaba, el gobierno argentino comenzó por reducir los subsidios en las tarifas eléctricas y retrasar las subas del gas que debería entrar en vigencia el 1° de febrero y aún no tiene fecha prevista.
En medio de una ola de calor y a días de haber terminado las dos audiencias para la revisión tarifaria de las cuentas eléctricas, según informaron fuentes oficiales el cronograma implica subir desde febrero el precio estacional (PEST) que pagan las distribuidoras y recortar los subsidios a las generadoras de electricidad, lo que impactará en las boletas de marzo.
Es el caso de la suba en las boletas de gas, previsto originalmente para febrero tras la concreción de la primera audiencia pública convocada para el último 8 de enero.
La urgencia del sistema eléctrico y la necesidad de generar recursos para sostener la alta demanda con mejoras en la infraestructura, el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió adelantar la suba. El primer día de audiencia el secretario de Energía, Eduardo Rodriguez Chirillo manifestó que “el impacto de esta situación en el funcionamiento técnico del sistema, derivado de que la tarifa no refleja el costo económico y eficiente del suministro, supone que nos pone al borde de quedarnos sin luz".
Otro estado de alerta describió la subsecretaria de Planeamiento Energético, Mariela Beljansky, "el sistema argentino de interconexión se encuentra saturado. Hoy no está permitiendo nuevas incorporaciones de generación eléctrica. Opera como un cuello de botella ya que no permite evacuar toda la energía adicional que podría instalarse. Las ampliaciones y obras de infraestructura necesarias no se han producido de manera natural siguiendo la ampliación de la demanda e integrando nuevos fondos de generación"
Para financiar la generación, en 2022 el Tesoro dispuso US$ 10.000 millones y en 2023 US$ 7.200 millones.
Para lograr la proyección de ingresos estimada, la suba de Edenor implica un incremento promedio del 89% en la factura para el 80% de los clientes, la factura promedio pasará a ser de $ 7.619, que representa un incremento diario de $ 246. Edesur no dispuso de cifras específicas pero proyecta hacer lo propio. En el caso de la transportistas, el pedido de subas va desde el 114% al 255% según la empresa y la zona.
Para que el sistema deje de ser ineficiente y para que el Estado deje de destinar recursos, la subsecretaria afirmó que "resulta importante realizar una actualización en la remuneración de los transportistas, lograr la estabilidad en los pagos, corregir las señales equivocadas a la demanda de transporte, garantizando la confiabilidad del suministro, la eficiencia económica y la competitividad comercial", concluyó Chirillo en el marco de las audiencias.