En una nueva edición del Semáforo Minero, Juan Carlos Ortiz, segundo vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), señaló que el año 2024 inició con una noticia esperanzadora para la Amazonía peruana.

El Ministerio del Ambiente (MINAM), mediante del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, finalizó con éxito la restauración de 50 hectáreas de áreas naturales previamente afectadas por la minería informal aurífera en Quispicanchis (Cusco) y Tambopata (Madre de Dios).

La inversión de S/ 200.000 respalda esta iniciativa, que no solo subraya la capacidad de recuperación de los ecosistemas dañados, sino que también representa un hito en la lucha contra los efectos negativos de la minería ilegal.

Pese a este logro ambiental, destacó que el panorama minero en el país presenta matices complejos. Haciendo eco de las perspectivas del primer ministro, Alberto Otárola, quien proyectó el 2024 como el año de las inversiones mineras, Ortiz señaló la superación de obstáculos que antes impedían la realización de nuevos proyectos, especialmente en exploración.

Si bien el Plan Unidos se presentó como un catalizador para generar estabilidad económica y facilitar el camino hacia nuevos proyectos mineros, Ortiz aconsejó cautela, instando a observar de cerca cómo se desarrollarán en los meses venideros.

Por otro lado, se evidenció una reducción significativa de unidades mineras dedicadas a la búsqueda de nuevos yacimientos. De 429 en el 2022, se han perdido 103 unidades para octubre del 2023.

Al respecto, el experto señaló que dicho descenso despierta inquietudes pues sin nuevos proyectos, la prosperidad y el crecimiento de la industria se ve amenazado.

"La reducción en la actividad exploratoria podría traducirse en una escasez de recursos minerales en el futuro, afectando no solo la economía, sino también la posición del país en el mercado global de minerales", sentenció.

Por último, el vicepresidente del IIMP afirmó que este año nuevo 2024 presenta dualidades para la industria minera peruana. Para el especialista la armonía entre el desarrollo económico y la preservación ambiental será la clave para un futuro próspero y sostenible.