Minera Los Pelambres pidió un Protocolo para un camino de 170 km del lado sanjuanino. El que quiere Lundin Mining es para la producción de Josemaría y ese mismo podría incluir la exploración del Proyecto Los Helados, en Chile
FLAVIA SEVA
El Tratado Minero Binacional, que el año pasado cumplió un cuarto de siglo, está vigente en toda la frontera argentino-chilena, pero latente. Es decir, solo se aplica cuando un proyecto minero lo solicita en un área de operaciones que circunda el yacimiento.
Se activa únicamente con un Protocolo Adicional Específico solicitado por las empresas y confeccionado con las herramientas que tiene el Tratado firmado en 1997, tras cinco años de negociación entre ambos países. Cualquiera sea el Protocolo sale de la Comisión Administradora del Tratado Minero Argentino Chileno, donde intervienen las dos Cancillerías y las autoridades mineras de cada país, sumando cuatro personas en total. Hay dos tipos de Protocolo, el de Exploración y el de Explotación y pueden modificarse las veces que requieran las empresas.
Para que se entienda, el Tratado viene a ser como un backup de herramientas y el Protocolo, según las necesidades de operación del yacimiento, rescata algunas y las pone en un Protocolo Adicional Específico. En el mundo, es uno de los pocos que tiene vida propia ¿por qué?, es que un Tratado se redacta y luego se interpreta, éste no. Directamente se trabaja porque se usa para hacer los protocolos individuales.
En su momento, el objetivo del Tratado fue que la Cordillera de Los Andes se vendiera al mundo como un distrito único que abarcaba ambos países. Tuvo su primera aplicación con los proyectos Pascua Lama (se terminó de firmar en el 2004) y El Pachón.
Lo cierto es que han pasado largos años sin que se trabajara en un Protocolo bajo el paraguas del Tratado Minero. Hasta ahora. Es que, en abril de este año Minera Los Pelambres, que produce concentrados de cobre (contienen además oro y plata) y molibdeno, en la IV Región de Chile y en plena Cordillera de Los Andes, pidió un Protocolo que les garantice un camino del lado argentino para que circulen proveedores de los dos países.
“Ellos tienen un camino de acceso del lado chileno que es limitante. En este caso, Minera Los Pelambres tendrá que hacer una empresa minera en Argentina que se encargará del mantenimiento del camino usando en parte por El Pachón, llega hasta donde estaban las escombreras Cerro Amarillo y termina en Los Berros, en el departamento Sarmiento. Si el camino lo comparten hay que dejarlo definido en los protocolos así pueden compartir el mantenimiento", comentó Eduardo Traian, secretario Ejecutivo de la Comisión Administradora del Tratado Minero Argentino Chileno sección argentina, dependiente de la Secretaría de Política Minera.
"Nos piden un área de operaciones sobre el camino con 1 Km para cada lado y tendrán que modificar algunas partes para hacerlo más ancho. Ellos quieren llevar toda la cal que compran en Argentina y que ahora sale por el Paso Los Libertadores. Esto va a facilitar que proveedores mineros de San Juan puedan cotizar allá y tener mayor facilidad de prestar servicios. No solo es para aumentar las compras de suministros en Argentina, sino porque en la ruta de acceso tienen varias comunidades agrícolas que hicieron piquetes parando el suministro por una semana”, agregó.
Antofagasta Minerals (AMSA), posee el 60% de Minera Los Pelambres y es el principal Grupo Minero privado de Chile. Opera cuatro minas cupríferas y se ubica en el top five de productores de cobre en el país trasandino.
En cuanto al Protocolo de Josemaría, el proyecto de cobre que está ubicado en el departamento Iglesia, del lado sanjuanino de la Cordillera de Los Andes, y en etapa de construcción avanzada, hace tres años se dividió debido a la magnitud que iban tomando los proyectos mineros del Distrito Vicuña: Josemaría, Filo del Sol, Tamberías y Los Helados.
“Achicamos el Protocolo original de Vicuña a Josemaría y Los Helados. Y creamos uno nuevo para Filo del Sol y Tamberías. Filo del Sol es un depósito de mineral que está a caballo del límite fronterizo y va a necesitar, si o si, del Tratado porque no hay forma de que se haga en un solo país. Ellos van a solicitar que el Protocolo de Exploración se convierta en uno de explotación porque compraron Los Helados y Caserones. Yo les dije que, si quieren, podríamos hacerles un Protocolo de explotación en dos etapas, la primera etapa cuando arranqué Josemaría totalmente en Argentina y, la segunda, cuando pongan en marcha Los Helados y usen la planta de Josemaría. Entonces, sería un Protocolo de explotación por Josemaría y continuarían con la exploración del resto, y eso hay que dejarlo escrito en el Protocolo”, explicó Traian a Los Andes San Juan.
Los proyectos que tienen un Protocolo son El Pachón (Glencore), Los Azules (McEwen Mining), Josemaría y Los Helados (Lundin Mining) y Filo del Sol-Tamberías (Lundin Mining). Para El Pachón, proyecto de cobre que está del lado argentino, originalmente se preveía un mineraloducto hasta el Puerto de Los Vilos, en Chile y hasta ahora no hubo un pedido para readecuar ese Protocolo.
El cuprífero Los Azules, que también se ubica completamente en el país, pidió en su momento un Protocolo para acceder vía Chile porque del lado argentino el camino era dificultoso y acortaba la temporada de exploración.
MÁS SOBRE EL TRATADO
Considerado una herramienta de política exterior para el desarrollo de la frontera, nació en pleno litigio con Chile cuando, casi a punto del conflicto bélico, el Papa Juan Pablo II intervino firmando el Tratado de Paz y Amistad en 1984.
En su artículo 12 dice que las partes acuerdan crear una Comisión Binacional de carácter permanente con el objeto de intensificar la cooperación económica y la integración física, y estará encargada de promover y desarrollar iniciativas sobre varios temas como la explotación de recursos naturales y protección del medio ambiente, y complementación turística.
En función de esto, cuando asumió la presidencia Carlos Menem se reunió con su par chileno de entonces, Patricio Aylwin, y el 29 de agosto de 1990 firmaron el Acuerdo de Complementación Económica ACE 16 que se terminó de suscribir al año siguiente y es una pieza fundamental porque posibilitó que ambas naciones comenzaran a hablar de alianza estratégica. En el ACE 16 estaba la intención de solucionar todos los problemas fronterizos que existían, sobre todo de límites.
“En su momento, yo estaba como secretario de la Comisión Bicameral de Minería del Congreso y con algunos legisladores participamos con Cancillería en la redacción de lo que quería Argentina y logramos establecer un Protocolo N° 3 de Cooperación e Integración Minera, eso fue en 1991. Pusimos que ambos países convienen en alentar la concreción de programas y proyectos específicos de cooperación en las áreas de minerales metalíferos, no metalíferos, rocas de aplicación y concentrado metalúrgico”, dijo el funcionario.
La base conceptual del Tratado es el aprovechamiento conjunto de los recursos que se extienden a ambos lados de la frontera de tal modo que su exploración y explotación se haga de forma racional e integrada aplicando las normas y prácticas de la ingeniería más avanzada.
Y, a tal efecto, se alentará la constitución de empresas conjuntas entre personas físicas y jurídicas de ambos países, así como también la participación de inversores extranjeros en las mismas. También se acordó la adquisición de equipamiento y servicios mineros, así como facilitar el tránsito de estos y del personal adecuado a través de la frontera a fin de permitir la investigación, exploración y explotación integrada de esos recursos minerales.
El paso siguiente fue constituir una Comisión Binacional y fue a principios del ‘92 cuando comenzaron las reuniones entre ambos países. Cinco años después se firmó el Tratado.
“No pensábamos en un Tratado, estábamos buscando qué forma podíamos adoptar para llevar adelante la posibilidad de que los yacimientos mineros se puedan explotar en frontera. Un Tratado permite estar sobre la legislación interna de ambos países y, en la pirámide jurídica, está por encima de la legislación. Si acordábamos una normativa de legislación en ese Tratado, aprobado por los dos Congresos, iba a neutralizar la legislación de Defensa que no permitía poner en funcionamiento la producción de minerales en la zona fronteriza. Por eso., en el Tratado definimos que iba a tener un ámbito de aplicación coincidente con el área de seguridad de frontera”, detalló el secretario Ejecutivo de la Comisión Administradora. Justamente por ello nace el Protocolo Adicional que, en ciertos casos y para algunos servicios, contiene normas específicas que no están en la legislación corriente.
Por ejemplo, con el proyecto binacional Pascua Lama (tuvo su Protocolo antes de que se firmara el Tratado y lo mismo El Pachón y después se readecuaron) en un momento era tal la cantidad de gente que ingresaba por Chile al área de operaciones, como también por la Argentina, que ambas Cancillerías descartaron la necesidad del visado de trabajo porque se abarrotaban los consulados.