Los ingenieros que conocen la ciencia y pueden operar la maquinaria de fusión son “como polvo de oro”, dijo Ian Chapman, director de la Autoridad de Energía Atómica del Reino Unido
El responsable del mayor experimento de energía de fusión del planeta está tratando de volver a contratar a ingenieros retirados, que poseen conocimientos fundamentales para hacer progresar un reactor inconcluso situado en el sur francés.
El ITER (por sus siglas en inglés, Reactor Termonuclear Experimental Internacional), integrado por treinta y cinco países, pretende reiniciar este proyecto de fusión, cuya cadena de suministro se vio trastocada por la guerra y una pandemia.
Las demoras suponen que los intentos del ITER de utilizar la tecnología de la energía no contaminante del Sol en la Tierra puedan verse rebasados por otras startups más dinámicas.
“Hemos perdido lo que se requiere para gestionar una instalación como el ITER y para diseñarla desde el principio”, afirmó Pietro Barabaschi, director general del ITER. “Tenemos los conocimientos en algún sitio, pero sin consolidar. Hay que recuperar a personal jubilado”, agregó.
El Reactor Experimental Termonuclear Internacional, revelaba la laguna de conocimientos este lunes durante una conferencia del OIEA en Londres, donde centenares de científicos e ingenieros se han reunido para examinar el estado de un sector que suscita la inversión de multimillonarios como Jeff Bezos y Bill Gates.
Probablemente, esto aumentará la presión sobre este proyecto gubernamental, que actualmente enfrenta competencia de docenas de startups que cuentan con financiamiento privado.
Originalmente estaba previsto que el ITER costara unos US$ 5.000 millones y comenzara las pruebas en 2020. El presupuesto se ha disparado hasta superar los US$ 22.000 millones, sin fecha fijada para las pruebas.
La vertiginosamente compleja máquina ensambla más de un millón de piezas procedentes de todo el mundo e incluso la más mínima anomalía en las mediciones puede causar meses o años de retraso.
“La Fusión necesita combinar una serie de tecnologías diferentes que nunca se han visto. El sueño de los físicos del plasma es la pesadilla de los ingenieros”, dijo CEO de Kyoto Fusioneering, Satoshi Konishi.
Barabaschi del ITER dijo que los científicos de la fusión han hecho un mejor trabajo que los ingenieros en la gestión del conocimiento, en parte porque tienden a publicar y compartir descubrimientos en revistas revisadas por pares. Ese tipo de cultura no es tan fuerte en las ciencias de la ingeniería, pero debe cambiar con la próxima generación, afirmó.
Los ingenieros que conocen la ciencia y pueden operar la maquinaria de fusión son “como polvo de oro”, completó Ian Chapman, director de la Autoridad de Energía Atómica del Reino Unido.