Donde parece no haber tanto acuerdo es en la transición ambiental. Javier Milei esbozó una postura rupturista como es salir del Acuerdo de París, que concentra los compromisos en cuanto a la descarbonización. La pregunta es si eso implica también un no apoyo a las renovables, al litio, la nuclear, la hidroeléctrica y el gas natural.
La otra diferencia crucial es qué rol tendrá el Estado y cuál el mercado. Entre UxP y JxC veo diferencias de graduación o de velocidades. En LLA es una vuelta a un esquema noventista, donde el mercado es un regulador que dirige la inversión de forma exclusiva.
Habrá sectores que van a poder avanzar, como en los noventa, pero el cuello de botella estará en la infraestructura: hay obras troncales que requieren una gran inversión y no reciben inversión privada, como gasoductos o líneas de alta tensión. Le pondrá una gran restricción a la ampliación de la oferta al mercado interno y de exportación.
- De varias maneras. Por un lado, de forma directa en las importaciones de combustible, que pueden incrementarse. Pero, la contrapartida es que Argentina exporta crudo, y ya empezó la nueva temporada de gas a Chile en firme, por lo que ahí hay un balance. Lo que si, el Plan Gas Ar ya fija los precio para el mercado interno y las empresas no lo pueden mover, está contractualizado hasta 2028. En crudo, la pugna pasará por la transferencia entre productores y refinadores de los costos.
Los próximos días la dinámica será en cuanto al incremento de los precios en surtidor y hasta cuánto lo permite el Gobierno. Por otro lado, las empresas importan insumos para la producción, lo cual sin dólares, ralentiza la producción y eso siempre tiene efectos en la inversión.
Siendo que más de la mitad de la producción de petróleo y gas son no convencional, tiene un impacto directo la caída en la inversión en términos de producción. Por ende, se avizoran coletazos que pueden incidir tanto a nivel productivo como de comercialización.
- ¿Cómo presionará la suba del dólar en los combustibles?
- Los dos componentes principales a la hora de cerrar un acuerdo entre productores y refinadores son el precio del dólar y del barril a nivel internacional. Cualquiera de los dos que se modifique le mete presión al precio que pagan los refinadores, por el hecho de que después tienen dificultades para darse vuelta y trasladar eso al surtidor, en la venta de nafta en las estaciones de servicio.
Ahí es donde los productores intentan exportar todo lo que pueden, las refinadoras salen al cruce y la Secretaría de Energía debe terciar para que el mercado interno esté satisfecho, pero a precios razonables para los productores y las provincias que cobran regalías.
Ahora con la suba del precios internacional del crudo por el conflicto en Israel, o a nivel interno con la depreciación de la moneda, lo que surge al día siguiente son presiones para alterar el precio de los combustibles. El gobierno intenta desacoplar los 2 mercados y que el de export parity no influya en el interno, pero eso deriva en el gran diferencial con los países vecinos, o la disociación entre canal minorista y mayorista en el gasoil.
Al final del día vemos noticias de desabastecimiento porque se empieza a resquebrajar el sistema. Será una foto repetida de acá al 22 de octubre.
- ¿Cómo se vive la diaria en Vaca Muerta en una jornada en la que el dólar blue superó los $1.000?
- El problema no es tanto el precio del dólar, sino el cepo. Los productores invierten y después quieren acceder al mercado de cambios. Lo que tienen que terminar haciendo es reinvertir, si es que tienen renta e utilidades. Los productores miran la cotización del crudo del Brent, y luego el precio de la divisa, pero sobre todo para acceder al mercado de cambios y poder repagar créditos o repartir dividendos.
Como esto está condicionado, les queda reinvertir el excedente en el mercado interno, lo que hizo que el mercado de gas se expanda. Pero estos vaivenes cambiarios como la situación electoral le ponen mucha incertidumbre a la inversión en el sector productivo e hidrocarburífero.
- ¿Por qué?
- Porque el sector es muy regulado y dependiente de las concesiones y de la autoridad de aplicación. Todavía no se resolvió cuál será a nivel del Poder Ejecutivo. Eso ralentiza la toma de decisión de inversiones. La producción no convencional tiene una doble cara: puede crecer rápidamente si hay inversión, pero también cae a una velocidad mayor que el convencional si se deja de invertir.
Ya lo vimos para las PASO. Puede que caiga la producción debido a la incertidumbre, pero no dejaría de señalar que es coyuntural. Hay informes de las propias compañías de cuál es la actividad para el año que viene, y uno se lleva sorpresas al ver esos números: se baten récords en cuanto a equipos de fractura, que muestra de manera concreta si va a haber actividad o no.
Las compañías estiman que la actividad va a seguir creciendo, estamos exportando cada vez más crudo, ya lo empieza a hacer YPF. En gas natural las previsiones son de seguir ampliando la oferta exportadora.
El lunes se aprobó tratar el proyecto de ley de GNL en el Congreso. Todo eso tracciona la inversión, pero el ciclo electoral, hasta que no lo pasemos, va a dar sobresaltos.