Los tres pilares clave de la estrategia que posicionará al país camino a la sotenibilidad
Argentina va camino a la sostenibilidad y no puede perder el tren. Mientras la producción de gas y la infraestructura para transportalo crece y consolida el rol del país para ser proveedor de un hidrocarburo de gran importancia para la transición, el hidrógeno brilla en la escena.
El gobierno de Argentina presentó la hoja de ruta para la industrialización del hidrógeno como vector productivo en la transición energética. El país promueve un proceso de planificación de sus políticas públicas orientado a alcanzar objetivos de sostenibilidad ambiental junto con los de desarrollo productivo y económico.
La Estrategia Nacional del Hidrógeno (ENH) es una herramienta de política pública que traza líneas de acción y metas a largo plazo para generar certidumbre en torno al sendero de desarrollo de la economía del hidrógeno de bajas emisiones, un vector clave de energías limpias y como insumo para la industria. La estrategia establece los lineamientos para industrializar el hidrógeno de bajas emisiones en la Argentina, a partir de la integración de los recursos naturales y las capacidades industriales, científicas y tecnológicas. El objetivo es el aprovechamiento de la transición energética como una oportunidad para un desarrollo productivo justo y sostenible, que promueva la generación de empleo con perspectiva federal.
La estrategia contempla la producción del hidrógeno de bajas emisiones por medio de diferentes tecnologías en función de los recursos disponibles en el territorio. En particular, explora el desarrollo de H2 por medio de fuentes renovables (verde), a partir de energía nuclear (rosa), y a partir de combustibles fósiles con captura de carbono (azul).
La elaboración y diseño de la estrategia se dio en el marco de la Mesa Intersectorial para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno, espacio creado en febrero de 2023 en el ámbito del Consejo Económico y Social, y liderado por la Secretaría de Asuntos Estratégicos.
La estrategia fija metas y acciones específicas de cara a 2030 y a 2050 en materia de consolidación de los mercados interno y de exportación; el desarrollo y adopción de nuevas tecnologías para la fabricación de bienes de capital con proveedores locales; la formación y capacitación de profesionales con nuevos perfiles; y la generación de empleos directa e indirectamente relacionados con el hidrógeno.
Asimismo, establece objetivos para posicionar a la Argentina como un proveedor seguro de hidrógeno y sus derivados. Para tal fin, el documento detalla los desafíos a resolver en materia de infraestructura, creación e integración de polos productivos y puertos con capacidad para exportar hidrógeno, investigación y desarrollo, y fomento de las inversiones.
A 2050, se proyecta para la Argentina una producción doméstica de al menos 5 millones de toneladas anuales de hidrógeno de bajas emisiones, destinadas en un 80 por ciento al mercado de exportación. También, se prevé la creación de más de 80.000 puestos de trabajo calificados.
"Las competencias argentinas en la industria del gas y del petróleo posicionan al país en un lugar privilegiado para el desarrollo de tecnologías de almacenamiento y uso del dióxido de carbono, clave de cara a la transición energética. No cabe duda que el país está en condiciones favorables para impulsar la economía del hidrógeno y toda su cadena de valor: Argentina con una industria consolidada, capaz de desarrollar electrolizadores y demás elementos que la industria del hidrógeno requiere y, en la Patagonia, existen puertos de aguas profundas y condiciones propicias para la actividad. Sin embargo, para alentar a estas inversiones capital intensivas es necesario un marco promocional y de seguridad jurídica", define en el documento la secretaria de Energía, Flavia Royon.
Y agrega que "por eso, a instancias de la Secretaría de Energía, el Poder Ejecutivo elevó al Congreso en 2023 el proyecto de ley de Promoción del Hidrógeno bajo en emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero, que define un marco normativo de estabilidad fiscal y regulatoria para el desarrollo de la economía del hidrógeno y sus vectores, buscando garantizar las condiciones de inversión necesarias y fomentar la diversificación del entramado industrial y tecnológico de la Argentina".
“Desarrollar sectores estratégicos como la economía del hidrógeno y todos sus eslabones requiere políticas públicas activas. Debemos aprovechar las capacidades industriales y tecnológicas del país para torcer el curso natural que limita nuestro rol a de exportadores y promover la industrialización”, expresó la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, durante la presentación de la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno (ENH).
El lanzamiento del documento que establece la hoja de ruta para alcanzar objetivos de sostenibilidad ambiental junto con los de desarrollo productivo y económico en el sector del hidrógeno bajo en emisiones contó con la participación de los gobernadores de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, y de Río Negro, Arabela Carreras. Las secretarías de Energía, Flavia Royón, y de Cambio Climático, Cecilia Nicolini, también encabezaron del evento celebrado en el Salón Pueblos Originarios de la Casa Rosada donde participaron más de 120 funcionarios del gobierno nacional, autoridades provinciales y representantes de cámaras empresarias, sindicatos y del sistema científico tecnológico nacional.
“Tenemos una oportunidad histórica. Celebramos el trabajo articulado entre el sector público y privado para pensar juntos un plan de desarrollo. El crecimiento futuro va a venir de la mano de la transformación de la matriz energética”, indicó Melella, al destacar la potencialidad para el desarrollo de la economía del hidrógeno.
Carreras señaló que “la transición energética requiere fuertes inversiones que deben ser incentivadas con distintos tipos de estrategias políticas de acompañamiento al sector. Argentina necesita que levantemos la mirada y asumamos las enormes oportunidades que tenemos a largo plazo”.
En 2020 junto con su actualización de 2021, el país estableció el compromiso de no superar la emisión neta de 349 millones de toneladas (Mt) de dióxido de carbono equivalente a 2030. La Estrategia de Desarrollo Resiliente con Bajas Emisiones a Largo Plazo, elaborada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, reconoce la necesidad de hacer todos los esfuerzos para alcanzar la neutralidad en emisiones de GEI para el 2050.
La Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno el resultado de un trabajo articulado entre la SAE, Energía y distintas áreas del Gobierno nacional que contó con la activa participación de las provincias así como de actores del sector privado. “El trabajo coordinado entre distintos actores que permitió darle forma a esta hoja de ruta para el sector es el punto de partida para profundizar la articulación de políticas y acciones necesarias para lograr el desarrollo industrial y la generación de empleo, con perspectiva federal”, consideró Marcó del Pont.
La secretaria de Energía consideró que “las peculiaridades geográficas, industriales y científicas de la Argentina la posicionan en un lugar de privilegio a la hora de poder encarar la industrialización del hidrógeno y convertirse en un proveedor internacional de esta nueva fuente de energía”.
La titular del área de Cambio Climático, anticipó que el trabajo realizado será complementado con la realización de una Evaluación Ambiental Estratégica. En ese sentido, Nicolini expresó que “Argentina contará con herramientas para encauzar proyectos que contemplen tanto la sostenibilidad ambiental, como la económica, política y social”.
La visión que guía la estrategia nacional del hidrógeno tiene tres ejes. En primer lugar, reconoce la importancia de impulsar el desarrollo tecnológico y productivo en toda la cadena de valor, incluyendo la producción de los bienes de capital críticos y la provisión de servicios tecnológicos.
En segundo lugar, dando cuenta de los diferentes recursos y capacidades disponibles en el territorio argentino, contempla la producción del hidrógeno de bajas emisiones por medio de diferentes tecnologías, ya sea a partir fuentes renovables (verde), a partir de energía nuclear (rosa), o a partir de combustibles fósiles con captura de carbono (azul).
En tercer lugar, establece dos pilares para el despliegue de la economía del hidrógeno: el mercado interno, fundamental para generar condiciones iniciales, evaluar prototipos y desarrollar tecnología nacional; y los mercados de exportación, orientados a la producción en gran escala altamente competitiva, sacando de ventaja de la calidad de los recursos naturales y las capacidades construidas.
Representantes de Y-TEC, Hychico, Profertil y el Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE) realizaron intervenciones donde celebraron el trabajo realizado en el marco de la Mesa Intersectorial del Hidrógeno y realizaron presentaciones sobre su experiencias vinculadas a la industrialización del hidrógeno y la potencialidad para el desarrollo del sector.
Hacia 2050 Argentina tendrá una producción doméstica total de al menos 5 Mt anuales de hidrógeno de bajas emisiones. El 20% estará destinado al mercado local, tanto para la descarbonización de los usos actuales del hidrógeno (industrias del acero, petroquímica y refino) como para atender los nuevos usos (principalmente combustibles sintéticos). El 80% restante, es decir unas 4 Mt anuales, estará destinado a abastecer, a través de exportaciones, el mercado internacional de vectores energéticos de bajas emisiones.
Para alcanzar estas metas de producción será necesario instalar al menos 30 GW de capacidad de electrólisis y 55 GW de generación eléctrica renovable, lo que implica multiplicar por 11 la generación renovable actual y más que duplicar la generación total de electricidad en la Argentina.
La producción de hidrógeno girará en torno a polos productivos, ubicados en función de la calidad de los recursos y la cercanía a los mercados internos y puertos para la exportación.
La vinculación de estos polos con la red de universidades y centros tecnológicos locales será clave para el desarrollo de nuevas tecnologías, así como para la adopción temprana y adaptación a las condiciones productivas locales.
La realización de los objetivos establecidos requiere una fuerte transformación de la infraestructura, en corredores viales críticos y puertos. El despliegue de la nueva actividad redundará en la creación de más de 80.000 empleos calificados. Argentina se propone participar en el mercado internacional de hidrógeno potenciando el desarrollo productivo a lo largo de toda la cadena de valor.