Por las obras del Gasoducto Norte, Enarsa afirmó que se logró que el contrato de importación de gas de Bolivia tenga nuevo recorte de seis meses hasta el 30 de junio de 2024
Argentina se esfuerza por fortalecer la infraestructura energética para dejar de importar gas de Bolivia mientras negocia con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) el cumplimiento de sus obligaciones contractuales hasta mayo del 2024.
“En el marco de las negociaciones, lo que estamos tratando de generar es el contexto para que YPFB cumpla con sus obligaciones de entrega de gas hasta junio del año que viene, que entendemos que es el espacio de tiempo que necesitamos para la ejecución de la obra (de reversión)”, sostuvo el el presidente de Enarsa, Agustín Gerez,
Bolivia y Argentina firmaron en octubre de 2006 un contrato de compra-venta de gas natural vigente hasta diciembre de 2026.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, reconoció públicamente por primera vez la importante reducción en la producción de gas en el país al señalar que la misma “ha tocado fondo”.
El presidente hizo hincapié en que ha habido una declinación sostenida en la producción desde aproximadamente 2014, llevándola a un nivel mínimo. Y subrayó que el gobierno está invirtiendo en la exploración de nuevas reservas de gas con el propósito de revitalizar el sector.
“De un tiempo a esta parte hay una declinación en la producción, desde el 2014 más o menos, que lamentablemente ha ido cayendo hasta tocar fondo. Nosotros, se los decimos como Gobierno nacional para que estén más tranquilos, estamos invirtiendo ‘harto’ en exploración para tratar de reconstituir las reservas de gas”, sintetizó Arce.
COMO DEJAR DE IMPORTAR
La secretaria de Energía de Argentina, Flavia Royon, informó que Bolivia está planteando “finalizar” el contrato antes de 2026. Según la funcionaria, en las negociaciones que se realizaron con YPFB para nuevas adendas al contrato, la petrolera boliviana indicó que ya no “está en condiciones” de cumplir el acuerdo.
Días atrás se lanzó la Reversión del Gasoducto del Norte, para poder abastecer al norte argentino con gas de Vaca Muerta y así poder hacer frente a la merma de importaciones provenientes de Bolivia. La reversión significa una inversión cercana a los US$ 710 millones, Cammesa y Enarsa complementaron el préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) -de US$ 540 millones- para financiar la Reversión del Gasoducto Norte.
La obra consta de tres partes, complementarias a la segunda fase del GNK, y generará 3.000 puestos de trabajo directos y 12.000 indirectos, y un ahorro anual de US$ 1.960 millones en importaciones de gas y combustibles líquidos. Además, bajará el costo de generación eléctrica y del gas natural para las industrias.
“Las partes ya están entendiendo que, realizada la obra de la reversión del Gasoducto Norte, la disponibilidad por parte del gas boliviano de Argentina no va a ser necesaria porque Argentina ya puede cubrir esos volúmenes enviando gas desde Vaca Muerta”, sostuvo Gerez.
Gerez recordó que YPFB les notificó que quiere firmar un contrato interrumpible lo que significa u envió del energético de acuerdo a las posibilidades de la petrolera boliviana, y “eso pone en riesgo todo el abastecimiento del norte argentino”.
La proyección de Argentina con las obras dentro del plan Transport.Ar es acomodar la cuentas. El año pasado la balanza energética de Argentina fue negativa en US$ 4.500 millones, para este año proyecta que sea levemente positiva en 100 millones de dólares, y de ahí comienza a tener un sendero de crecimiento hacia el 2030 con US$ 18.000 millones”.