La canadiense Macusani Yellowcake recibió la autorización para explorar tras una espera de 20 meses. En ese intervalo, se evaluó la posibilidad de realizar peroraciones “sin permiso legal” como ya lo hizo en otra oportunidad.
“Falchani nos colocaría en el quinto lugar entre los proyectos de litio (en roca) más grandes del mundo, produciendo 25.000 toneladas de carbonato de litio al año”, indicó Ulises Solís, gerente general de la minera canadiense, en el XIII Congreso Internacional de Prospectores y Exploradores - proEXPLO 2023.
Al respecto, el empresario indicó que su presencia en proEXPLO se debió a un pedido especial suyo a los organizadores para “quejarse de las autoridades estatales por la demora en los trámites y la permisología” para ampliar la exploración en Falchani.
Esto es, por la dilación del gobierno en autorizar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto Quelcaya, permiso cuya evaluación duró “casi veinte meses” pero que fue aprobado finalmente la seman pasada.
Solís explicó que con este permiso la empresa ya puede sentirse tranquila y reanudar perforaciones con el objetivo puesto en incrementar los recursos minerales de Falchani, que ascienden a 4,7 millones de toneladas de carbonato de litio.
Añadió que, al mismo tiempo, se encuentran abocados a elaborar un estudio de impacto ambiental semi-detallado para convertir los recursos indicados de Falchani en reservas.
“Los tiempos (de los permisos) dan”, dijo, para iniciar desde mediados del 2026 la construcción de una planta relativamente sencilla y “una refinería para producir carbonato de litio de grado batería”.
Solís anunció también la reanudación de la exploración por uranio en el proyecto Macusani, la cual estaba detenida desde el 2017 debido al bajo precio de dicho mineral energético.
A ese fin, comentó que Macusani Yellowcake ha firmado un convenio con la comunidad de Isivilla, el cual le permitirá perforar en el objetivo denominado Quebrada Blanca, donde “hay un gran volumen de uranio”.
“Quebrada Blanca es el proyecto que nos va a dar gran cantidad de recursos de uranio. Esperamos aumentar, con esto, las 124 millones de libras (de óxido de uranio) con las que contamos ahora”, dijo.
EXPLORACIÓN SIN PERMISOS
El empresario señaló que confía en la diligencia de las autoridades peruanas para aprobar en un tiempo prudencial el instrumento ambiental de Quebrada Blanca, porque el permiso correspondiente a Quelcaya (litio) “demoró casi dos años”.
En esa línea, dijo que la empresa estuvo tentada de perforar sin permisos en Quelcaya, como lo hizo en una primera ocasión, “hace 3 o 4 años”, en Falchani.
“Hace tres o cuatro años perforamos sin permiso legal y nosotros lo declaramos. Ni siquiera fue el Oefa quien nos fiscalizó, sino que nosotros mismos lo declaramos. ¿Y qué hizo el Oefa? Me multó con S/2,3 millones”, indicó Solís.
De acuerdo al ejecutivo, el directorio de Lithium Americas, casa matriz de Macusani Yellowcake, le propuso volver a repetir este mismo procedimiento para sortear la tramitología en Quelcaya.
“¿Por qué no perforamos sin permiso y pagamos la multa? ¿Para qué esperamos tanto y no cambiamos (mejor) los recursos a reservas?”, relata que le inquirieron.
Desde la óptica del empresario, el costo-beneficio de la decisión de perforar sin permisos “hace tres o cuatro años” fue bastante positivo porque “nos multaron con S/2,3 millones” pero “perforamos y encontramos el yacimiento (de litio) en beneficio del país, no del bolsillo de la empresa”, dijo.
“¿Qué pasa si ahora perforo sin permiso? Otra multa, pero voy a encontrar las reservas y las voy a poner en el mercado. Las autoridades tienen que entender: si no agilizan los procedimientos, los inversionistas se cansan y se van”, advirtió.