Mientras corre la cuenta regresiva para la subasta de 56 lotes con bienes menores de PRC, hay otros que aparecen en lista de los activos valiosos que servirán para la reactivación del proyecto
EDU GAJARDO
Es difícil, diría que casi imposible debido a la confidencialidad, saber todo lo que dejó la brasileña Vale a Mendoza cuando se desprendió de Potasio Río Colorado para entregar todos los activos al Estado mendocino.
Aunque el inventario total de todo lo que hay en las 80.000 hectáreas del proyecto en Malargüe es parte de la confidencialidad, los documentos existentes confirman que -en un cálculo grueso- es posible decir que hay varios millones de dólares en equipos que no son parte de la subasta que anunció la empresa.
En el listado hay por lo menos dos perforadoras y una gran máquina que se trajo en junio de 2012 desde Alemania para hacer las vías del tren que llevaría el potasio hasta Bahía Blanca. Además, se cuenta el terreno mismo donde está el yacimiento y oficinas en el centro de la Ciudad de Mendoza.
Una muestra de la cantidad de bienes y la diversidad de los mismos, es la subasta que se realizará a fin de mes con 56 lotes de productos que estaban en el campamento y que van desde ropa de trabajo hasta una camioneta, pasando por materiales de construcción y hierro. El dinero que se reúna servirá para capitalizar Impulsa Mendoza, la empresa que seguirá con el intento del desarrollo minero en la provincia cuando PRC se venda al inversor que debería activar el proyecto.
Pero más allá de lo que aparece en la subasta, que son bienes menores, en el yacimiento hay muchos equipos con un alto valor económico y que -por lo menos en parte- podrían utilizarse para el nuevo proyecto que se estima tendría una producción anual de 1,5 millones de toneladas de potasio.
En ese sentido, estos valiosos activos son parte importante para la negociación con los potenciales inversores, ya que sirven para que Mendoza negocie su participación accionaria en la futura explotación del yacimiento. Serán parte del aporte que haga el Estado mendocino para negociar el acuerdo, cuestión que no es menor, ya que sumado al yacimiento en sí, sumarían millones de dólares en equipamiento.
El año pasado el CEO de PRC e Impulsa Mendoza, Emilio Guiñazú, decía a Memo que el porcentaje de la participación accionaria de Mendoza dependerá en gran parte del tamaño del proyecto, según manifestó Guiñazú.
Es decir, si hay una propuesta para un proyecto muy grande, lo que aporte la provincia puede transformarse en una fracción menor. Sin embargo, si se propone un diseño más pequeño, los activos de la Provincia tienen un valor mayor y podría significar una participación accionaría proporcional. En resumen, la distribución final dependerá de la "magnitud y el tipo de propuesta".
LOS ACTIVOS VALIOSOS
Según lo que indica el Estado Contable de PRC del 2020, "la sociedad cuenta con un amplio inventario de activos fijos de los cuales sólo algunos tienen cierto valor recuperable independiente de la continuidad o no del proyecto".
En ese sentido, la subasta que se está realizando apunta a bienes que no son sirven para el que sería el futuro proyecto. Sin embargo, el listado de lo que sí tiene un valor significativo considera en primer término está el terreno del yacimiento de 78 mil hectáreas en Malargüe.
También se menciona un inmueble adquirido en el año 2011, ubicado en la Ciudad de Mendoza, que consta de un salón comercial en la planta baja, 3 pisos para uso profesional y 10 cocheras. Hoy funcionan allí las oficinas de PRC.
En la continuidad del listado ya aparecen los equipos que pertenecen a la empresa. En primer término se considera un equipo de perforación marca NOV usado con sus accesorios para operar, el cual está instalado y listo para trabajar. Es el equipo que se usó para hacer los pozos que existen en el lugar y que le darían un margen importante de tiempo de producción al nuevo proyecto.
Al momento de su compra el equipo costó US$24 millones. Tiene una capacidad de perforación de 1.500 metros. Es corto de alcance para petróleo, pero para el potasio funciona bien, dicen los entendidos.
En la mina hay un segundo equipo, marca Hyduke sin uso y listo para ensamblar, que estaba en Bahía Blanca y que una vez que se hizo cargo la provincia se llevó a Malargüe. Originalmente eran dos equipos los que compró Vale por unos US$20 millones la unidad. Uno llegó a la Argentina y otro fue a Brasil, por lo que una vez que se abandonó el proyecto, el segundo equipo nunca formó parte de los activos locales y se dejó en Brasil.
EL VALOR DEL TREN
Una gran cantidad del dinero de los US$ 1.500 millones que puso Vale en PRC hasta su salida, estuvo en todo lo que iba a ser el desarrollo de la vía férrea para el tren que iba a llevar el potasio desde Malargüe hasta el puerto de Bahía Blanca.
En la actualidad, el nuevo proyecto no considera esa idea y el traslado del mineral se haría con camiones. Sin embargo, aún hay activos valiosos que están relacionados con ese desarrollo logístico.
En primer término se considera una máquina de construcción de vía con un sistema continuo de construcción de vía férrea en alto rendimiento. Su marca es Plasser & Theuerm modelo SVM 1000 R. Se trata de una máquina que llegó en junio de 2012 a Bahía Blanca, donde fue recibida por el entonces ministro Julio de Vido. Llegó proveniente de Hamburgo, pero nunca llegó a utilizarse.
A este equipo se suman 31 vagones tipo tolva para distribución de balasto, de boca superior y compartimento único y 46 vagones tipo plataforma para transporte de rieles y carga similar.
Finalmente, se deja constancia que en el 2019 Vale fue autorizada para la venta de 471 toneladas de rieles ferroviarios.
Al final del listado aparecen rodados como 6 camionetas Nissan modelo 2021; 9 camionetas Toyota Hilux modelo 2012 (una es parte de la subasta que está activa); camión Ford F-4000 CUMMINS año 2008; camión Scania P420 6X4 año 2008 y un camión autobomba Scania P420 B4X4 modelo 2012.
Un punto importante que destacan los conocedores, es que el destino de muchos de algunos equipos puede estar atado al desarrollo minero y no pueden ser usados en otra actividad. Esto, porque fueron ingresados al país con el régimen de la ley de inversiones mineras (Ley 24.196), la cual indica que no pueden tener otro destino o de lo contrario se deben desafectar pagando los impuestos correspondientes.