ELÍAS GARCÍA OLANO
Los altos precios de los metales que produce y exporta el Perú llevaron a que en el 2022 nuestro país rompiera por dos años consecutivos récord en la recaudación tributaria que genera la minería.
Sin embargo, la conflictividad social fue tan perjudicial que, pese a que se mantuvo elevada la cotización de metales como el cobre y el oro, no pudo evitar una caída en esa recaudación en enero último.
¿CÓMO LE FUE A LA RECAUDACIÓN MINERA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS?
En el 2022, el país recaudó de la industria minera un total de S/15,844 millones, la mayor cifra registrada hasta ahora, y que fue 12.28% superior a los S/14,110 millones recibidos en el 2021, año en que hubo también un récord en el aporte de dicha actividad.
Sin embargo, en el primer mes del 2023 se recaudó del sector minero un total de S/540 millones, lo que significó una disminución de 2.6% respecto a lo percibido en igual mes del 2022 (S/554 millones), según el Ministerio de Energía y Minas (MINEM).
Del total recaudado, el mayor aporte lo configuró el Impuesto a la Renta del Régimen General con S/ 518 millones, al representando el 95.9% de lo percibido.
De la recaudación del Impuesto a la Renta, el 50% se destina a gobiernos regionales y municipios provinciales y distritales, donde se ubican las minas, en forma de canon.
Así, tras la recaudación extraordinaria a las minas en el 2022, ese año, por canon, regalías y derecho de vigencia se transfirieron S/7,844 millones a los gobiernos regionales y locales, lo cual, comparado con los S/2,947 millones transferidos en el 2021, significó un incremento de 166.1%.
Otros aportes (en enero último) lo comprendieron las regalías mineras, con S/ 22 millones, y el Impuesto Especial a la Minería (S/ 0.09 millones), con una participación del 4.1% y 0.02%, respectivamente, en el total de lo que aporta el sector.
¿QUÉ CAUSÓ LA CONTRACCIÓN DE LA RECAUDACIÓN MINERA?
Para Marcial García Schreck, experto en tributación minera de EY, la caída de la recaudación minera en enero obedeció a la contracción en la producción minera a causa de la conflictividad social.
En ese mes se agudizaron las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, y los manifestantes mantuvieron bloqueos de vías, como el denominado corredor minero del sur, lo que paralizó las operaciones de minas como Las Bambas, Hudbay y Antapaccay.
Además, la producción de Las Bambas ya venía cayendo en forma constante a raíz de los bloqueos de vías por parte de las comunidades campesinas en torno a esa mina en los últimos años (ver gráfico).
Esa situación llevó a que la producción minera, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) cayera -3.61% en enero, comparada con la del mismo mes del 2022, por la menor extracción de cobre (-1.6%), oro (-6.8%), plata (-19-9%), molibdeno (-12.4%), zinc (-6.9%), y plomo (-6.7%), mientras que solo creció el hierro (51.7%).
Esa caída se produjo, según García Schreck, a pesar de que el precio del cobre (nuestro principal producto de exportación) rompió la barrera de los US$4.00 la libra (aunque hoy cotiza en US$3.90 la libra).
Refirió que el récord de recaudación en el 2021 y 2022 se explicó sobre todo por la mejora de la cotización del metal rojo, que también se mantuvo sobre los US$4.00 la libra la mayor parte del último año.
INCERTIDUMBRE EN TORNO A LA COTIZACIÓN DEL COBRE
No obstante, el experto, socio de la División de Tax Services de EY Perú, advirtió que ahora hay incertidumbre sobre el comportamiento futuro de la cotización del cobre en el mercado mundial, por factores diversos.
“Por un lado está la transición global hacia el uso de energías renovables, que nos hace pensar que la demanda y el precio del cobre podrían mantenerse en niveles altos, y la reapertura de China luego de tres años de confinamiento por su política de cero covid”, manifestó.
Pero, al mismo tiempo hay temores a una recesión de nuestros principales socios comerciales, como Estados Unidos, China y la zona Euro, porque han subido las tasas de interés para frenar la inflación en esas regiones, al igual que en la mayor parte del mundo.
“Si suben las tasas de interés, eso encarece el crédito para frenar la inflación, pero como un efecto secundario no deseado podría generar recesión y, por lo tanto, comprometer la demanda de commodities, entre ellos el cobre”, avizoró.