Buscan producir un combustible de bajo impacto ambiental que pueda ser utilizado para procesar minerales
CLAUDIO LEIVA
El hidrógeno verde es considerado "el combustible del futuro" por el bajo impacto ambiental que tiene su proceso de producción, ya que para fabricarlo no se libera dióxido de carbono, sino vapor de agua. Esta fuente de energía es generada mediante electrólisis –proceso que separa los elementos de un compuesto, como el hidrógeno y el oxígeno, por medio de la electricidad– a partir de energías renovables como la eólica y la solar.
El hidrógeno es un transportador de energía y se produce gracias a un proceso de electrólisis del agua a partir de energías renovables, como la solar y la eólica. En la actualidad, el 99% del hidrógeno usado como combustible se produce a partir de fuentes no renovables.
Y se utiliza principalmente en la refinación de petróleo y para la producción de fertilizantes. Otros usos son en el transporte, para todo tipo de vehículos motorizados, desde autos, colectivos, camiones hasta trenes, aviones y barcos.
El hidrógeno verde se obtiene por electrólisis a partir de fuentes renovables. Este proceso consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). Y se puede usar en el transporte y en distintos procesos productivos
En San Juan la intención oficial es aplicar el combustible en el proceso de extracción de mineral de las empresas que trabajan en la provincia. Por eso en el laboratorio se hará investigación y desarrollo para obtener hidrógeno verde y después lo van a ofrecer a las mineras para que lo adopten. Incluso se espera que también las empresas que explotan mineral y las que están en etapa de exploración puedan aportar capital para el desarrollo de la iniciativa porque después se podrán beneficiar con el producto. Y se quiere combinar con la energía solar y eólica.
Por ejemplo en Veladero se puede usar el agua que se utiliza después del proceso de extracción del oro para producir hidrógeno verde.
Según datos oficiales, el hidrógeno ha comenzado a ganar mayor atención alrededor del mundo en los últimos años por su potencial utilización como vector energético, como combustible y para el almacenamiento de energía.
La no emisión de dióxido de carbono en su combustión podría significar un gran aporte para la transición energética hacia un mundo más descarbonizado. Además, el desarrollo de una economía del hidrógeno no sólo tiene beneficios ambientales, sino también importantes beneficios económicos.
Según los expertos en la materia, Argentina tiene el potencial de producir hidrógeno de manera competitiva, lo que le permitirá ser un actor de relevancia en este futuro mercado internacional generador de divisas, y a su vez contribuir de manera significativa a la transición hacía una matriz energética renovable.
El gobierno aportará $80 millones divididos en 50 este año y 30 el próximo, según informó Ciencia y Tecnología.
UN ANTECENDENTE EN RÍO NEGRO
Dos antecedentes en la producción de hidrógeno verde son los de la empresa australiana Fortescue Future Industries, que anunció una inversión por US$ 8.400 millones para construir una planta de producción en la zona de Sierra Grande, Río Negro.
Otro es el de la compañía estadounidense MMEX Resources, que prevé invertir US$ 500 millones para edificar un campo eólico y su respectiva planta en Río Grande, Tierra del Fuego.
Además, está en danza un tercer proyecto impulsado por la gobernación de Jujuy, en conjunto con la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), a realizarse en base a energía solar, aunque en una etapa preliminar.
De los tres proyectos en marcha en la Argentina, el más ambicioso y con mayor desarrollo en la actualidad es el de la firma australiana, que se encuentra en etapa de "prefactibilidad", a la espera de una legislación federal que regule esta industria incipiente en todo el mundo.
Según La Nación, el proyecto de Fortescue prevé, en su etapa final, una capacidad de producción de hidrógeno verde de 2,2 millones de toneladas anuales para exportación, lo que cubriría una producción energética equivalente al 10% de la electricidad consumida por Alemania en un año.
Una vez concluida la etapa de "prefactibilidad", la empresa procederá con la etapa piloto, que comenzaría una vez que haya un marco regulatorio y finalizaría en 2024, para luego proceder con otras dos etapas, que finalizarían en 2030.
Pero hace falta legislación para que este combustible avance. Ya hay proyectos de ley en el Congreso que procuran regular la industria del hidrógeno verde.