A horas que se inicie las sesiones legislativas, el hidrógeno verde se pone, nuevamente en escena. La intención es crear un marco que permita la llegada de más inversiones y el desarrollo del proyecto Pampas de Fortescue en Río Negro.
Según el proyecto que Sergio Massa enviará al Congreso tendrá una vigencia de 30 años y se presenta como una alternativa para estimular la reducción de las emisiones, están en eje con los objetivos del Acuerdo de París y correr la carrera de un mundo en transición.
Según definieron expertos de McKinsey, los países ricos en hidrocarburos (HRC) podrían convertir este desafío en una oportunidad aprovechando sus recursos de hidrocarburos, ubicaciones geográficas, acceso a abundante energía renovable (en ciertos casos) e infraestructura altamente desarrollada para desarrollar y exportar hidrógeno limpio, definido como hidrógeno, producidos con muy bajas o nulas emisiones de carbono, y sus derivados, incluidos los combustibles limpios
+ Con un régime de promoción por 30 años, la Ley determina que la autoridad de aplicación será la Secretaría de Energía
Se creará una “Agencia Nacional del Hidrógeno” (Anhidro), que dependerá de la secretaría de Industria y Desarrollo Productivo que tendrá entre sus funciones elaborar un Plan de Desarrollo para la cadena de valor incluyendo objetivos de fabricación de bienes de capital, formación de recursos humanos, seguridad y cumplimientos de estándares ambientales internacionales, además de aprobar la Certificación de Origen y auditar los proyectos de inversión.
+Fomentar el desarrollo científico y tecnológico en hidrógeno de bajas emisiones y el escalado de tecnologías y sus componentes críticos, en los procesos de los denominados hidrógeno verde a partir de fuentes renovables de energía; azul obtenido de combustibles fósiles con captura de carbono, y rosa de origen nuclear.
+ contempla las plantas electrolizadoras, la infraestructura de captura y almacenamiento de gases de efecto invernadero; las plantas de producción de vectores de hidrógeno, las obras de infraestructura destinadas a la obtención, procesamiento, almacenaje y despacho del hidrógeno de bajas emisiones y sus vectores, y las de almacenamiento de energía y transmisión.
+ Los potenciales beneficiarios deben ser empresas o personas argentinas habilitadas o titulares de nuevos proyectos de inversión y proveedores locales de bienes y servicios al sector. Además de las habituales exclusiones (por caso, personas o empresas en proceso de quiebra) el régimen promocional será incompatible con otras franquicias tributarias y fiscales u otros regímenes de promoción vigentes.
+ Incentivos fiscales. Los requisitos de integración de contenido nacional serán de 35% hasta el quinto año de la sanción de la ley, de 45% a partir del sexto y de 50% a partir del undécimo, habiendo variaciones en función del tipo de hidrógeno a producir. Amortización acelerada en el Impuesto a las Ganancias y acreditación o devolución anticipada del Impuesto al Valor Agregado (IVA), además de la extensión a 10 años del plazo para computar los quebrantos y la deducción de la carga financiera del pasivo financiero.
+Para acogerse a la promoción un proyecto deberá obtener un “Certificado de Inclusión al Régimen de Hidrógeno”, sujeto a pautas sobre las condiciones de producción, avance de obras, fuentes de energía, materias primas utilizadas y/o el nivel de emisiones de carbono, sujetos a revisión.
+ Exenciones de los derechos de importación para consumo de bienes de capital, repuestos, partes, componentes e insumos que estén destinados a las diversas etapas de los procesos que involucren la producción de hidrógeno verde, rosa o azul, por un plazo de 10 años. Acceso al mercado libre de cambios por hasta el 50% de las divisas obtenidas en las exportaciones vinculadas al proyecto, para destinar al pago de capital e intereses de pasivos comerciales y/o financieros con el exterior.
+Los derechos de exportación aplicables no pueden exceder alícuotas porcentuales máximas fijadas en 0% desde la entrada en vigor de la Ley hasta el año décimo cuando se trate de hidrógeno verde o rosa y sus vectores asociados y 1,5% en el caso de hidrógeno azul, con incrementos progresivos por plazos.
+ El financiamiento de la promoción estará a cargo del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), que constituirá un Fondo de Afectación Específica, constituido con bienes aportados a un fideicomiso con el 0,5% del monto de inversión declarado en el “Certificado de Inclusión”, el recupero de capital e intereses de las financiaciones otorgadas y dividendos y utilidades por la titularidad de acciones o participaciones en los proyectos, e ingresos de su venta, más aportes de organismos de nacionales e internacionales de crédito y otras contribuciones. Este Fondo será a su vez eximido “de todos los impuestos, tasas y contribuciones nacionales existentes y a crearse en el futuro, incluyendo el Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto sobre los Créditos y los Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias”.
El “Comité Ejecutivo del Hidrógeno” del Fondep podrá brindar fondos y otorgar facilidades a través de préstamos, adquisición de valores fiduciarios públicos o privados emitidos “con el objeto exclusivo de la obtención de financiamiento para proyectos alcanzados por la ley en cualquier fases de la cadena de valor del hidrógeno, realizar aportes de capital en sociedades a cargo de los proyectos, bonificar la tasa de interés de créditos y títulos valores y disponer de un aporte mínimo obligatorio de sus recursos totales para inversiones en Ciencia & Tecnología, Innovación & Desarrollo, en entidades públicas y privadas acreditadas del “Sistema Nacional de Innovación para la promoción del desarrollo de la industria del hidrógeno”.
LA ESTRATEGIA 2030
Según determinaba Norma Amadeo, Directora del Instituto de Tecnologías del Hidrógeno y Energía del CONICET/UBA en la "Estrategia Nacional del Hidrógeno 2030" (ver documento adjunto) elaborada por el gobierno, las opciones de producción, tanto actuales como futuras, se pueden dividir según el grado de contaminación que invo-lucra el proceso: hidrógeno gris, que se produce a partir de combustibles fósiles; el hidrógeno azul, que es el gris al cual se lo somete a un proceso de purificación con captura y almacenamiento de CO2; y por último el hidrógeno verde, que es el que se basa en las energías renovables. En un horizonte de 15 o 20 años, el hidrógeno azul constitu-ye para la Argentina una apuesta importante porque nuestro país es un gran productor de gas natural.
Esto es fundamental para desarrollar tecnología propia y contribuir a la forma-ción de nuevos puestos de trabajo. El hidrógeno verde, por su parte, es el que se obtiene a partir de energías renovables. Este lo podemos dividir en dos. Un hidrógeno que se produce a partir de la electrólisis de agua empleando energías renovables como la eólica. Este proceso tiene dos ventajas: no es contaminante en sí mismo y además se obtiene hidrógeno puro, o sea, libre de óxidos de carbono.
"Por ende, hablamos del más adecuado para usarlo en pilas de combustible, que van a transformar la energía química del hidrógeno en energía eléctrica. Sin embargo, la desventaja es que este proceso es muy demandante de energía y cons-tituye un desafío a futuro, a largo plazo, con el objetivo de encontrar electro-catalizadores que disminuyan el consumo energético y aumenten la eficiencia de este proceso.El segundo tipo de hidrógeno verde es el que se produce a partir de la biomasa", detalló Amadeo
Un ejemplo es la obtención de bioetanol a partir de los residuos agroforestales y el posterior reforma-do de etanol para dar hidrógeno. Se trata del mismo proceso de obtención de hidrógeno a partir de gas natural, pero aquí la ventaja es que el proceso es neutro en carbono, ya que el CO2 producido es consumido mediante el proceso de fotosín-tesis de la biomasa en crecimiento.
La ventaja de esta forma de producción es que el reformado es una tecnología madura, muy conocida en el país desde hace muchos años. En este punto, se abre la posibilidad de reemplazar a las refinerías tra-dicionales que usan petróleo en biorrefinerías que emplean biomasa.
Como conclusión, para la Argentina, la transición hacia una economía del hidrógeno es viable a través de ambos tipos de hidrógeno, el azul y también el verde, a partir de biomasa. Este es el camino de transición hacia una economía del hidró-geno y hacia la implementación de celdas electrolíticas para producir hidrógeno libre de carbono mediante una tecnología mucho más eficiente que la actual.Hidrógeno azul y verde: la viabilidad de la transición para la Argentina.
EL POTENCIAL ARGENTINO
El territorio argentino compone un sinfín de oportunidades, desde la producción de gas y petróleo, de energía eólica, so-lar, biomasa y biocombustibles. Esta versatilidad del terri-torio le abre las puertas al país para adaptarse a los ritmos cambiantes y a las nuevas oportunidades.
El gas puede convertirse en hidrógeno azul. En nuestro país tenemos 16 mil kilómetros de gasoductos; tenemos petróleo y gas convencional, pero también somos la segunda reserva mundial de gas no convencional, con 308 trillones de pies cú-bicos comprobados. La potencialidad en el hidrógeno azul es infinita. Tenemos trabajadores calificados, ciencia y tecnolo-gía. Todas las experiencias compartidas son válidas para que la Argentina pueda encontrar un camino de energías verdes y limpias, pero también un camino de exportación, trabajo calificado y de ingreso de divisas al país.
Según la investigación de McKinsey, la demanda total de hidrógeno puede llegar a 600 a 660 millones de toneladas para 2050, reduciendo más del 20% de las emisiones globales.
Darse cuenta de esta oportunidad requerirá que todas las partes interesadas relevantes se unan para desarrollar cadenas de valor de hidrógeno limpio, a menudo a través de geografías. Aquellos que tomen medidas decisivas en estas áreas estarán en una posición única para crear nuevas fuentes de valor y desempeñar un papel de liderazgo en los futuros mercados energéticos globales.
Según los expertos hoy en día la mayor parte del hidrógeno es "gris", lo que significa que proviene de hidrocarburos, generalmente gas natural. Esto requiere un proceso conocido como reformado con vapor, que libera emisiones de carbono. El hidrógeno “azul” también depende de los hidrocarburos, pero se combina con la tecnología de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS), que ayuda a mitigar el impacto ambiental pero puede requerir inversiones incrementales. Finalmente, el hidrógeno "verde" se crea utilizando energía renovable, generalmente a través de la electrólisis del agua, y no produce emisiones.