Luego de la previsión inicial de US$4.500 millones para salvar la ruta del fenecido Gasoducto Sur Peruano (GSP), el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó en S/19.157 millones el capital requerido para poner en marcha el SIT Gas, llamando a enmendar la promesa de seguridad energética a más de 900.000 familias de Apurímac, Puno, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna que hasta hoy no gozan plenamente del recurso de Camisea.

Según el Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad (PNISC) 2022-2025, que actualiza al del 2019, a partir de julio del 2023 se programarán dos etapas cruciales: la determinación de demanda de gas natural en la zona y la definición preliminar del nuevo recorrido, “la traza”, para que dos años después, en 2025, se pueda declarar su viabilidad y colocar en la cartera de proyectos del país, mediante Asociación Público Privada (APP), informó Esteban Salazar.

La actualización del Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad (PNISC) 2022-2025, cuya versión original se lanzó en 2019, coloca en posición angular la construcción del Sistema Integrado de Transporte de Gas - Zona Sur (SIT-Gas), con una inversión confirmada de S/ 19.157 millones para su ejecución.

El presupuesto del proyecto en fase de formulación se ajusta a los US$ 4.500 millones de inversión en capital previstos por el Ministerio de Energía y Minas (Minem) en 2020, contando con la infraestructura adicional para llegar el gas de Camisea a 900.000 familias tras el fracaso del Gasoducto Sur Peruano (GSP) de Odebrecht.

Debe estar en 2028

Jaime Gálvez, exministro de Energía y Minas, no cree que una APP sea la mejor opción, pues considera que el modelo de Gobierno a Gobierno (G2G) permitiría acortar los procesos ante un inminente riesgo de que la obra no se entregue a tiempo, en 2028.

Menciona que la autoridad deberá sortear nuevos desafíos, como un postor convencido de la rentabilidad, un nuevo EIA y la interpretación actual de que incluso la obra pública debe pasar por consulta previa, lo cual podría complicar el panorama.

“Para un proyecto en su segundo debut que se frustró por corrupción, parece el cronograma de una obra que no existiera, pero ya tiene ingeniería, trazo de avance inicial y tubería comprada. Sería aconsejable buscar el mecanismo G2G una vez que no nos quede duda de que el proyecto es viable, para ir más rápido”, señala.

El exministro explica que con el modelo de APP se tendría que asegurar la rentabilidad económica del privado —como ocurrió con Siete Regiones—, pero el SIT Gas tiene una “rentabilidad más social”. “No es como el gasoducto de la costa, que tenía una gran demanda. Por ello, no hay certeza de que un proceso en Proinversión sea exitoso”, apuntó.

La cuestión de los tubos

El contrato del GSP caducó en 2017 luego de que Odebrecht no consiguiera quién le preste dinero —el llamado ‘cierre financiero’—, poco tiempo después de confesar sus sobornos. Desde entonces, el Perú ha gastado, anualmente, más de US$40 millones para resguardar la inversión de US$1.500 que, según la brasileña, tiene en tubos enterrados, a la espera de reutilizarlos, compra mediante, para el SIT Gas. Pero siguen en juicio.

Aurelio Ocho Alencastre, especialista en temas energéticos, explica que esta “buena voluntad” del Estado para resguardar los activos durante casi cinco años podría presentarse ante el árbitro para retomar las obras antes del fallo, sea cual fuere el resultado, como una garantía para quien venga a firmar el nuevo contrato. “Y eso incluye la maquinaria, también abandonada”, refiere.

SIT Gas: una promesa cuya ejecución se espera en 2026

Según MEF, SIT Gas mejorará la seguridad energética del transporte de gas natural y GLP a los mercados del país y a la generación eléctrica, abasteciendo con energía accesible a las regiones del sur, dinamizando su desarrollo y economía, y permitiendo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los S/19.157 millones previstos por el MEF están por debajo de los US$7.000 millones que costaba, cuando se adjudicó al consorcio integrado por Odebrecht, Enagás y Graña y Montero el Gasoducto Sur Peruano (GSP), en 2014.

Además de llevar gas a los hogares del sur del Perú, SIT Gas abastecerá a las centrales térmicas del Nodo Energético del Sur en Ilo y Mollendo, que hoy consumen diésel.

SIT-Gas: etapas confirmadas en 2023 y 2025

De acuedo al MEF, en julio de 2023 se desarrollará la etapa de “Estudios conducentes a la Etapa II del Estudio de Preinversión”, ligada a la determinación de la demanda de gas natural y la definición preliminar de la traza de la alternativa seleccionada en la “Etapa I - Elaboración de los TDR de la Etapa II del Estudio de Preinversión”.

Es en este bloque que se definirá, a ciencia cierta, cuál será la demanda detallada del recurso en la zona sur del país -la consultora Mott Mcdonald ya había dado un perfil favorable en este punto-, así como la ingeniería que se deberá seguir por la misma ruta que Odebrecht antes había diseñado, pero añadiendo los nuevos ramales.

Dos años después, en julio del 2025 se prevé la “Etapa II Estudio de Preinversión y declaración de viabilidad”, con la incorporación del proyecto al Proceso de Promoción en diciembre y la aprobación de la Versión Inicial del Contrato (VIC) por definirse con Proinversión.

Cabe precisar que, según diversos especialistas, el proyecto del SIT-Gas -presentado en el PNISC 2022 como APP- también podría desarrollarse bajo el modelo de Gobierno a Gobierno (G2G), pero ello también depende de que el estudio de demanda arroje la posibilidad de que pueda o no ser autofinanciado.