El grupo petrolero público Saudi Aramco anunció un aumento del 39% interanual sus ganancias netas en el tercer trimestre, gracias a los elevados precios del crudo.
El resultado fue publicado después de que el cartel de países exportadores OPEP+, liderados por Arabia Saudita y Rusia, decidieran el mes pasado recortar la producción para sostener los precios del crudo, una política que generó indignación en Estados Unidos.
Los ingresos netos de Aramco sumaron US$ 42.500 millones con respecto a los US$ 30.430 millones recaudados en el tercer trimestre de 2021, "principalmente gracias al alza de los precios de petróleo y los volúmenes vendidos", dijo la empresa.
El consejero delegado de Aramco, Amin Naser, celebró los "sólidos beneficios" y el "flujo récord de tesorería disponible", de US$ 45.000 millones, frente a los US$ 28.700 millones del mismo periodo del año pasado.
"Nuestra perspectiva a largo plazo es que la demanda de petróleo siga creciendo el resto de la década, dada la necesidad global de energía más asequible y fiable", declaró el ejecutivo en un comunicado.
Aramco, que es mayoritariamente propiedad del Estado, es el buque insignia de la economía saudita, que depende esencialmente de la exportación de petróleo.
Tras haber sufrido una caída de los precios desde 2014, Arabia Saudita está aprovechando la actual escalada de las cotizaciones del crudo que se aceleró desde el inicio de la guerra en Ucrania.
La empresa está bien posicionada para beneficiarse de la subida de los precios de la energía, ya que "tiene de lejos los costes de producción más bajos", explicó Ellen Wald, autora de "Saudi Inc.", un libro sobre la historia de la empresa.