La Bolsa de Metales de Londres (LME) está planeando discutir la prohibición de metales rusos como el aluminio, el níquel y el cobre de su lista de marcas que pueden ser entregadas contra sus contratos.

Luego de que especuladores compren la semana pasada grandes cantidades de aluminio, en medio de un aumento de US$ 100 la tonelada, la Bolsa de Metales de Londres (LME) estaría analizando ecluir pronto a los metales rusos, entre ellos y además del aluminio, el níquel y el cobre. 

Las fuentes dijeron que a algunos en el mercado les preocupa que el productor de aluminio ruso Rusal no pueda vender su metal y tenga que entregarlo a los almacenes registrados en la LME.

“Las discusiones giran en torno a la posibilidad de prohibir nuevas entregas”, dijo una de las fuentes, añadiendo que tratar de prohibir el metal que ya está en los almacenes de la LME y que ha sido producido por Rusal “sería una locura”.

“Nuestra prioridad es mantener un mercado ordenado en beneficio de todos los participantes. Por lo tanto, mantendremos la situación bajo constante revisión y nos aseguraremos de mantener un diálogo con las partes interesadas a medida que la situación evoluciona”, dijo la LME.

INVERSIÓN DE INVENTARIO DE ALUMINIO 
El inventario de aluminio de la LME aumentó en unas 45.000 toneladas entre agosto y septiembre, revirtiendo la tendencia de caída de este año. Los informes indican que la mayor parte del metal ruso continúa saliendo de los puertos marítimos del este para su entrega en los almacenes de la LME asiática. Aún así, los volúmenes siguen siendo modestos en la actualidad.

La LME parece ansiosa por evitar que el drenaje continuo de aluminio no Rusal en sus almacenes sea reemplazado únicamente por nuevas entregas de metal Rusal. De hecho, dentro de seis meses, la mayoría del inventario del almacén podría ser de origen ruso. 

Esto pone a la LME en riesgo de ver una futura sanción o prohibición que devalúe drásticamente esa acción. Si esto ocurriera, el precio de la LME dejaría de reflejar el precio del mercado global, socavando fundamentalmente la razón de ser de la LME.

Sin embargo, la LME no es la única salida de Rusia para el metal. Muchos se quejaron de la inundación de metal ruso en Europa durante la Exposición Anual de Aluminio en Düsseldorf. Muchos asistentes mencionaron cómo esto socavó el mercado, particularmente para los productos extruidos.

Por ejemplo, Turquía fue el sexto proveedor extranjero de extrusión de Alemania el año pasado. Este año, es el más grande. Pero las plantas de extrusión turcas confían en métodos únicos para garantizar el éxito. 

El país simplemente importa gas natural ruso barato y palanquillas de extrusión rusas con descuento. Luego produce extrusiones terminadas y exporta el producto a sus vecinos en Europa, donde tiene acceso de puerta abierta de libre comercio.

FABRICANTES EN GUARDIA
No es sorprendente que muchos extrusores europeos quieran respuestas. No solo continúan preguntando cómo se permite que esto suceda, sino también cuánto más durará. Después de todo, toda la cadena de suministro fue testigo de un colapso catastrófico de la demanda desde el primer semestre de 2022 hasta el segundo semestre de 2022.

La expectativa de demanda para el próximo año es aún peor, con algunos contratos de energía fija que vencen a fines de este año. Mientras tanto, Alemania casi entrará en recesión, al igual que el Reino Unido. 

En resumen: la mayoría de los productores no son optimistas sobre el próximo año. Además de esto, las ventas del segundo semestre sufrieron debido a la reducción de existencias durante el verano, y los distribuidores se encontraron con un exceso significativo de existencias y se enfrentaron a una reducción de los precios. Algunos mercados se deshicieron del inventario para reducir las presiones del flujo de efectivo en medio de las crecientes tasas de interés.

MANUFACTURA CON RACIONAMIENTO ENERGÉTICO INVERNAL
La esperanza es que la industria pase el invierno cojeando sin racionamiento. Sin embargo, el impacto a largo plazo de los altos costos de la energía arraigará firmemente las importaciones de fuentes de menor costo en el panorama del mercado. 

Esto, a su vez, dificultará la resurrección de la oferta total para los productores y procesadores nacionales en los próximos años. Esto puede no ser la "desindustrialización de Europa", como han proferido algunos traficantes de fatalidades. 

Sin embargo, seguimos viendo vientos en contra que el sector industrial del continente no ha enfrentado en décadas. Desafortunadamente, es posible que Europa nunca se recupere de algunos de ellos.