El CEO de Saudi Aramco ha sido noticia al destacar una vez más la necesidad de invertir más en petróleo y gas natural
Amin H. Nasser, CEO de Saudi Aramco, fue claro en su reciente discurso cuando expuso las principales razones de la actual crisis energética. Señaló la falta de inversión en combustibles fósiles, la escasez de fuentes de energía alternativas y la ausencia total de un plan de respaldo.
Arabia Saudita ha señalado a la escasa inversión en exploración de petróleo y gas de la actual crisis energética. Como uno de los mayores productores de petróleo del mundo, sus opiniones sobre la seguridad energética han sido cortés y firmemente desestimadas por la Unión Europea y el G7, mientras seguían adelante con los ambisiosos planes de transición energética.
El problema de este planteamiento es que mientras Europa y sus socios presionaban para que se abandonara el petróleo, el gas y el carbón, la industria petrolera se fue resintiendo con la disminución en inversiones, al igual que la exploración.
Según un reciente informe de Rystad Energy, el gasto mundial en exploración ha disminuido en los últimos años, ya que las empresas petroleras y de gas tratan de limitar el riesgo centrándose en los principales activos de producción y en las regiones con producción garantizada, con el objetivo de racionalizar sus operaciones y construir un negocio más resistente en medio de la incertidumbre del mercado y la amenaza de una recesión.
El panorama político también está contribuyendo a la disminución de las concesiones de licencias, ya que muchos gobiernos han suspendido o interrumpido los arrendamientos y han animado a las empresas a concluir las actividades de exploración en los bloques ya adjudicados.
La consultora energética afirmó que las nuevas superficies concedidas a las empresas petroleras y gasísticas este año se han reducido al nivel más bajo de los últimos 20 años y que las rondas de arrendamiento para este año van a ser las más escasas desde el año 2000.
"Estas son las verdaderas causas de este estado de inseguridad energética: falta de inversión en petróleo y gas; alternativas que no están preparadas; y ningún plan de respaldo. Pero eso no se sabe por la respuesta dada hasta ahora", dijo Amin Nasser, de Aramco, en el Foro Digital 2022 de Schlumberger.
"NUESTRO MUNDO ES ADICTO A LOS COMBUSTIBLES FÓSILES"
Mientras tanto, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, volvió a señalar a industria petrolera, acusándola de "darse un festín" con miles de millones en subvenciones y de disfrutar de beneficios inesperados mientras "nuestro planeta arde".
"Nuestro mundo es adicto a los combustibles fósiles. Es hora de intervenir", dijo Guterres, añadiendo que hay que pedir cuentas a las empresas de combustibles fósiles "y a sus facilitadores". La rendición de cuentas, según él, debería venir en forma de beneficios extraordinarios, que se distribuirían entre los más afectados por el cambio climático por los que luchan contra la inflación energética y alimentaria.
Aunque las acusaciones de Guterres hacia la industria del petróleo y el gas son bastante emotivas en cuanto a las declaraciones, es cierto que la industria ha visto incrementado su apoyo financiero, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En un informe del mes pasado, elaborado conjuntamente con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la AIE afirmaba que "las principales economías aumentaron bruscamente el apoyo a la producción y el consumo de carbón, petróleo y gas natural, y muchos países se esforzaron por equilibrar las promesas de larga data de eliminar los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes con los esfuerzos para proteger a los hogares del aumento de los precios de la energía".
Si se le hubiese preguntado a Nasser, de Aramco, por qué podría ser esto, probablemente habría tenido una respuesta preparada: porque estos países se han dado cuenta de la importancia de la seguridad energética y por qué es más importante que los objetivos de transición. Por desgracia, la AIE no pidió al director general de Aramco que compartiera su opinión sobre la situación.
También es dudoso que los encargados de establecer la agenda y los responsables de la toma de decisiones en las capitales europeas y en Washington escuchen la última advertencia de Nasser, incluso cuando tratan de mejorar su suministro de petróleo y gas.
Para estos países, el motivo de esta vuelta a los combustibles fósiles es que se trata de una medida temporal, sólo mientras dure la crisis. Aunque no parecen comprender que la crisis podría durar un tiempo.
Aun cuando los precios excesivos de la energía llevarán a la destrucción de la demanda, siempre ha sido así, y esta crisis no será una excepción. El problema es que con la demanda se destruirá mucho más si se llega a eso. Algunos ya hablan de la inminente desindustrialización de Europa a causa de la crisis energética.
De hecho, las fundiciones de aluminio, las acerías, las plantas de fertilizantes y las explotaciones agrícolas han cerrado en toda la UE porque no pueden permitirse seguir funcionando con estos precios de la energía. Los gobiernos han prometido ayuda, pero la cuestión de cuánto pueden aportar y durante cuánto tiempo sigue abierta.
Muchos analistas han señalado que la actual crisis en Europa tiene sus raíces mucho más atrás en el tiempo que el 24 de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania.
Europa lleva años en el camino de apostar todo por la transición energética sin tener en cuenta un plan B. Han estado caminando por una cuerda floja sin una red de seguridad y ahora que la cuerda se ha vuelto inestable, puede ser demasiado tarde para intentar recuperar la red. Al menos lo suficientemente rápido como para amortiguar la caída.