Rodolfo Fernando García, geólogo de Alpha Lithium, explicó la hidrogeolgía de las mineras de litio y el potencial del oro blanco más allá de la transición energética.

Alpha Lithium tiene su proyecto en el Salar del Tolillar, Salta, donde recientemente anunció el recurso inaugural con una estimación detallada incluye 2.119.000 toneladas de carbonato de litio indicado y 1.158.000 toneladas de carbonato de litio inferido (Li 2 CO 3) equivalente (LCE). La estimación de recursos también incluye 7.387.000 toneladas de potasio equivalente (KCl) en la categoría indicada y otras 4.786.000 toneladas de KCI en la categoría inferida.

El litio es el metal más liviano con una densidad que es la mitad del agua. Al ser igual que los demás metales alcalinos, es univalente y muy reactivo, por lo que no se encuentra libre en la naturaleza.

Tiene muchísimas aplicaciones, por ejemplo, en baterías a través de su potencial electroquímico, se emplean en el tratamiento de la manía y la depresión bipolar como un estabilizador del estado de ánimo, tienen una elevada higroscopicidad por lo que son excelentes secantes, el estearato de litio es un lubricante para aplicaciones a alta temperatura, y el hidróxido de litio se utiliza en las naves espaciales y submarinos para depurar el aire extrayendo el dióxido de carbono.

"Estos minerales sólidos en el ambiente de la geología suelen estar representados por el espodumeno (silicato de aluminio y litio) y lepidolita (silicato de aluminio, potasio y litio) que suelen estar en rocas muy específicas dentro de la geología. La otra forma de encontrar este metal es formando sales en distintos salares", explicó el geólogo.

En los salares, el litio se encuentra formando sales disueltas en salmueras, es decir, agua subterránea almacenada en unidades hidrogeológicas conocidas como acuíferos. Y agregó "el conocimiento básico de qué es lo que es un acuífero y los tipos que existen, debería primar y conocerse desde los estados iniciales de cualquier tipo de exploración".

"Tanto la exploración como la explotación de este mineral en la salmuera, sin lugar a duda, es un problema hidrogeológico, ya que lo que se explota es un fluido, mediante una obra de captación que alcance el o los niveles acuíferos que almacenan esa salmuera que es varias veces más salada que el agua del mar (algunas hasta seis o siete veces)".

Y determinó que los estudios iniciales tanto de exploración como de explotación, y luego el manejo de los recursos, debe ser atendido y conducido por especialistas en el tema, por geólogos especialistas en hidrogeología, ya que utilizan diferentes técnicas y metodologías que requieren formación y preparación profesional especializada.

"Muchos tienen la idea de que la hidrogeología se termina cuando se finaliza el pozo y no es así. El pozo es la manifestación puntual de la explotación, de cómo vamos a acceder al mineral. Ahí comienza el camino de la hidrogeología que determina que lo que conocemos como ambiente hidrogeológico sea extremadamente complejo de comprender. La mayoría de las veces los problemas los encontramos cuando no hemos sido capaces de conocer o interpretar debidamente estos ambientes hidrogeológicos, que son la conjunción de todo lo que le ocurre al acuífero: la geología, la hidroquímica, el movimiento del agua, la porosidad, la permeabilidad, la densidad, y más". 

En los salares terrígenos o de facies mixtas (clásticos — evaporíticos), se presentan acuíferos libres, semiconfinados y confinados, conformando, en la mayoría de los casos, sistemas multicapas. En estos casos, la Transmisividad puede variar desde 5 a 500 m2/día; mientras que la porosidad media suele encontrarse en el orden del 8 a 15%, señalando así la enorme heterogeneidad y anisotropía de los depósitos sedimentarios.

Hidroquímicamente, las salmueras son cloruras sódicas y, menos ocasionalmente, sulfatadas sódicas. Los aniones más comunes son los cloruros y sulfatos, mientras que los más abundantes son sodio, potasio y calcio. Otros elementos que se encuentran casi siempre son litio, magnesio, arsénico, boro y estroncio. 

"Sabemos que existen salares donde se encuentran concentraciones por debajo de los 100 mg/l, otros dónde están cerca de los 300 mg/l, otros por encima de los 600 mg/l y otros muy puntuales que alcanzan los 900 mg/l", dijo García. 

Hay cierta anarquía en el comportamiento de la distribución de la concentración de litio ya que en algunos salares hay altas leyes en acuíferos superficiales, mientras que en otros hay muy baja ley o están diluidas con agua dulce. Hacer generalizaciones puede ser bastante riesgoso.

"Cuando nos encontramos con anomalías de litio no solamente hay que preguntarse si están relacionadas las condiciones climáticas del pasado geológico y actual, sino también que van a depender del tipo de litología donde se almacena la salmuera. Además, hay que preguntarse el tiempo de permanencia que puede cambiar muchas cosas. Y por supuesto el estilo estructural, poco se conoce y poco se ha investigado todavía cuál puede ser el efecto controlador de las estructuras profundas o la reactivación de estructuras viejas como fallas y en conocer si han actuado o no como verdaderos vehículos del movimiento de fluidos de concentraciones diferentes o de diluciones de leyes", detalló García. 

Y agregó que "mi visión particular de por qué ocurre esta situación es porque hay una muy escasa socialización del conocimiento".

Según el geólogo de Alpha Lithium, otra característica de estos ambientes hidrogeológicos de salares es que además, muchas veces, para complicar las cosas, aparece agua dulce. Es el juego de buscar el bien más preciado de este lugar, por eso algunos se ponen contentos y otros no. El agua es un bien escaso. 

"Cuando tenemos conocimiento de 'modelos hidrogeológicos conceptuales' indica cómo funciona el ciclo en ese lugar en particular, con las interacciones que deben y tienen que existir. Así, encontramos que existe además una zona de mezcla de agua dulce y agua salada que puede tener una trascendencia extraordinaria cuando se explota el recurso. Tanto la salmuera como el agua dulce".

Y hay que preguntarse de dónde viene el agua y si tiene posibilidad de que se renueve. "Esto se llama el estudio de la recarga". Estudios recientes sobre algunos salares de la Puna argentina señalan que la recarga puede encontrarse en un rango del 13 al 18% de las precipitaciones. 

La estimación de recursos se debe hacer sobre la base de cosas que parecen ser simples: conocer el volumen de reservorio, la concentración media de litio y la porosidad drenable. Los primeros dos parece fácil, pero establecer la porosidad donde hubo una roca o un sedimento no es sencillo. 

Cada vez se utiliza más el registro de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) que, convenientemente realizado e interpretado, ofrece valores de porosidad total y porosidad drenable, aceptables.

"Cuando explotamos la salmuera todos tenemos que saber que estamos explotando un recurso no renovable, mientras que cuando explotamos agua dulce tenemos que saber y sentir que estamos explotando algo que tiene que tener sentido de sustentabilidad porque en un ambiente como este el sentido de la sustentabilidad lleva a que haya un sentido de la escasez del recurso. Un recurso que se comparte con otros seres vivientes y con la sociedad", concluyó García.