Los precios de la energía suben en Europa y con ellos se dispara la inflación. A la crisis por los cortes de gas de Rusia, como respuesta a las sanciones impuestas por el bloque, se le suma la ola de caor y sequía. Este panorama no es nada atractivo para los inversores que aumentan sus apuestas contra el euro dándole más vida al dólar.
Europa, como fue el caso en la década de 1970, es un importador neto de gas y petróleo, por lo que se encuentra en el punto más álgido de la crisis energética. Los precios del petróleo se multiplicaron por más de cuatro a fines de 1973, mientras que los precios del gas se multiplicaron por quince desde principios de 2022. Según describió Larry Elliot en The Guardian, Los costos de importación están aumentando mucho más rápido que el valor de las exportaciones, lo que empeora los términos de intercambio.
El precio de referencia del gas en Europa se disparó casi un tercio la semana pasada a más de 343 euros por megavatio hora el viernes, ya que los comerciantes y las empresas de servicios públicos se apresuraron a asegurar el suministro antes del invierno. Eso es más de 30 veces más alto que los precios de hace dos años y más de 10 veces su nivel actual en los EE. UU.
el canciller federal de Austria, el conservador Karl Nehammer, calificó como “locura” la situación en el mercado europeo de electricidad y exigió desvincular el precio de la electricidad del precio del gas, que se encuentra en su máximo histórico. El Gobierno austríaco, formado por democristianos y ecologistas, celebró esta noche una cumbre de crisis con expertos y representantes del sector energético para analizar las posibilidades para reducir los precios de la electricidad.
Las apuestas de los inversores a que el valor del euro caerá han alcanzado su nivel más alto desde que la pandemia golpeó a Europa hace más de dos años a medida que crece el riesgo de que los precios récord de la energía arrastren a la región a la recesión.
El euro débil está alimentando la inflación, aumentando el precio de las importaciones, incluida la energía. Los economistas esperan que los precios al consumidor de la eurozona hayan aumentado a una tasa récord de 9 por ciento en el año hasta agosto, cuando se publiquen los últimos datos el miércoles.
Una semana atrás, el euro cerró en paridad con el dólar, un tipo de cambio de uno a uno, después de haber caído temporalmente por debajo del billete verde a primera hora de la tarde en Alemania. El Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio de referencia del euro en 0,9927 dólares. Las preocupaciones derivadas de la alta inflación y de una posible nueva alza de intereses por parte del FED ha tenido al euro bajo presión desde hace varias semanas y a mediados de julio se situó en paridad con el dólar, aunque después se había recuperado.
Según destacó La Información, la pérdida de la paridad frente al dólar tiene un alto componente psicológico para hogares, empresas e inversores, pero sobre todo destapa una consecuencia práctica: más inflación. El reinado del billete de EEUU como referencia en el mercado de materias primas provoca que para los importadores europeos sea cada vez más caro hacerse con petróleo y gas en un contexto de precios récord.
Sólo desde el 7 de junio, la divisa europea ha perdido un 20% de su valor, echando así más gasolina al fuego a unos precios energéticos que ya estaban desbocados. La lectura de julio de los IPCs de ambas áreas económicas apunta en esa dirección. Mientras en EEUU el índice general de precios de consumo bajó del 8,9% al 8,5% en tasa interanual, la zona euro vio cómo escalaba del 8,6% al 8,9%.
Algunos legisladores del BCE han propuesto acelerar el ritmo al que eleva las tasas para controlar la inflación, diciendo que debería considerar un aumento de 0,75 puntos porcentuales en su reunión del 8 de septiembre, mientras que Schnabel le dijo a Jackson Hole que se necesitará un "sacrificio" mayor para controlar la inflación que durante episodios anteriores de endurecimiento de la política monetaria.
Entre julio de 2021 y julio de 2022 los precios de los productos energéticos han subido casi el 40%, mientras que los del sector servicios y los precios de los productos industriales no energéticos, han aumentado en torno al 4%, esto es, casi diez veces menos que los energéticos.
El presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, advirtió que Europa podría necesitar racionar el acceso a la energía durante varios años, ya que es probable que la crisis que enfrenta la región dure más de un invierno.
Según informó Financial Times, los especuladores acumularon posiciones cortas netas en el euro , una forma de apostar a que la moneda perderá valor, de 44.100 contratos en la semana hasta el 23 de agosto, frente a los 42.800 de la semana anterior, según datos publicados por la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos el viernes. . Marca la mayor posición bajista frente al euro desde el comienzo de la pandemia en la primera semana de marzo de 2020, cuando los inversores mantuvieron posiciones cortas netas de 86.700 contratos cuando la economía de la eurozona se desplomó en una contracción récord de la posguerra.
Con el verano cerca del fin y la llegada del invierno diversos países de la Unión Europea (UE) preparan sus planes de ahorro energético. Alemania y España impusieron restricciones en la calefacción y el aire acondicionado en edificios públicos. Además de apagar las luminarias de los comercios durante la noche y
Francia, Italia y Portugal van por el mismo camino. La semana pasada la electricidad alcanzó los 562 euros megavatio por hora. En Alemania y Francia, los precios mayoristas de la electricidad para 2023 batieron nuevos récords, con 850 y más de 1.000 dólares por megavatio hora, respectivamente.
El regulador energético del Reino Unido, Ofgem, anunció que el tope del precio de las tarifas de los servicios de energía subirá hasta las 3.549 libras esterlinas (unos 4.190 dólares) desde octubre. Esto significa un 80% más en los servicios de gas y electricidad para el año calendario, es decir, en 12 meses.