"Nuestra provincia es "un laboratorio natural" al que no sólo lo abordamos nosotros, sino que llegan desde otra provincia para estudiarlo". Así se refiere a San Juan Gustavo Ortiz, subdirector de Departamento de Geofísica y Astronomía, dependiente de la FCEFyN de la UNSJ.

Ante todo, él se define como geólogo y un orgulloso de cómo los estudiantes avanzados y los egresados se insertan en lo laboral y ganan terreno en nuevas zonas no exploradas, entre ellas, la Patagonia.

El especialista explicó que tanto esta carrera como Geofísica se inscriben en las que tienen mejor salida laboral, pese a no ser tan populares en la oferta educativa y la elección de los estudiantes.

"En Geología el ingreso es de 100 a 120 alumnos para Primer año pero después, decae la matrícula y egresan 5 estudiantes por año, en promedio. El geólogo trabaja con los procesos que influyen en la tierra y es demandado por la minería para la exploración de recursos. Se realiza un trabajo directo ya que va al campo o terreno y trabaja con muestras de rocas que analiza. Usa el método directo de la observación", manifestó.

En minería, las empresas buscan a quienes están por egresarse, debido a la necesidad que tienen de sumar profesionales mientras que quienes se reciben tienen prácticamente un puesto seguro.

Pero no sólo en esta actividad se destacan sino que, junto a los geofísicos, están ampliando el abordaje de los sismos avanzando poco a poco en la Patagonia.

"En el Observatorio Sismológico que tenemos en nuestra universidad abordamos la arista de la ciencia, principalmente con apoyo de CONICET. Actualmente se estudia la sismología de San Juan, de Cuyo y de la Patagonia. Hemos estado trabajando en el Sur y en Vaca Muerta, ya que también hay sismos que ocurren en la parte industrial. Estamos como un órgano de control de la actividad para su desarrollo sea sostenible", detalló Ortiz.

Gracias al trabajo del Observatorio, que está conectado a una red que le permite obtener datos de sismos, se encaran investigaciones valiosas para conocer desde su estructura a su impacto. También, trabajar en lugares en los que antes "no temblaba" y ahora, sí.

"Hay un trabajo docente y de estudiantes siempre en apoyo al INPRES, con el que trabajamos en conjunto. En su momento nos convocó el gobierno de Neuquén, en base a la problemática que tenía, para llevar soluciones a problemas reales. Estamos trabajando en zonas donde antes no hubo sismos y estudiando el por qué y cómo llevar adelante una industria sostenible. Migramos, entonces, a la Patagonia que era una zona poco estudiada y dimos charlas a la comunidad que percibía esos sismos. El INPRES se orientó al ámbito de la construcción para que conocieran los marcos de trabajo y normas", agregó. 

En el Observatorio actualmente se desempeñan 7 integrantes, entre docentes, egresados y estudiantes."Hay proyectos e investigaciones en las que se brinda la información de base y el año pasado, con el terremoto en San Juan estuvimos trabajando ampliamente. Elevamos la información de base para el protocolo de "Riesgo de desastre", que es a nivel nacional y lo administra el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ante los sismos, elaboramos uno en el que consignamos cómo debería desarrollarse la información, por ejemplo. Hacemos relevamientos de daños y de la profundidad del sismo, su estructura, si hubo deformación de terreno, entre otros. Hay que estudiarlos y prepararnos ya que no pueden predecirse", consignó el geólogo.

En este campo, los desafíos y oportunidades para los geólogos se multiplican y ahora avanzan con la impronta de quien fue una influencia e inspiración para ellos, la recientemente fallecida Patricia Alvarado. "Tenemos su legado fuerte. Detalló marcas y metas; de cómo continuar y cómo seguir. Siempre nos marcó un camino y vamos a continuar con lo que ella dejó", sentenció Ortiz.