Cifras al primer trimestre del 2022 revelan que el royalty se concentra en pocas mineras, siendo Collahuasi, Escondida, Los Pelambres y Candelaria las que más pagan este gravamen
VALENTINA IBARRA
Una revisión al pago de impuestos a las mayores empresas del sector minero reveló que la carga impositiva equivale entre el 44% y hasta el 53% de las ganancias finales, como es el caso de Collahuasi, que además es la firma que más paga impuesto específico, con US$ 108 millones a marzo de 2022.
Esto se da en un contexto ante el inminente envío de una indicación sustitutiva al Congreso de parte del Ejecutivo, que modifica el proyecto de royalty minero, en marco de la reforma tributaria.
Escondida, de BHP, si bien es la firma con más utilidades trimestrales (US$ 973 millones) paga impuestos por el equivalente al 46% de sus ganancias y desembolsó US$ 65,2 millones en royalty. Los Pelambres, del grupo Luksic (Antofagasta) obtuvo US$ 198 millones de ganancias y pagó en impuesto específico minero US$ 16 millones.
Anglo American Sur, cuya mayor operación es Los Bronces, canceló casi US$ 7 millones en royalty. Candelaria, en la Tercera Región, obtuvo ganancias por US$ 142,1 millones y pagó US$ 62,7 millones en impuestos totales, de los cuales US$ 8 millones corresponden a royalty.
Según expertos mineros, el actual impuesto específico a la minería concentra su cobro en estas cinco empresas, que representan cerca del 90% de la recaudación total por este gravamen.
Además, no todas las firmas mineras lo pagan porque cuando partió las compañías pudieron elegir continuar con la invariabilidad tributaria contenida en los contratos de inversión extranjera que suscribieron al ingresar al país bajo el DL600.
Las mineras pagan el impuesto de primera categoría, que ha ido subiendo desde 17% en 2010 hasta 27% en 2018 y que con la reforma tributaria bajaría a 25%. A este gravamen se suma un impuesto adicional al distribuir utilidades y dividendos, con una tasa de 35% (el impuesto de primera categoría opera como crédito) tratándose de inversionistas extranjeros de países con convenios de doble tributación.
IMPACTO EN LA PRODUCCIÓN
El nuevo royalty propuesto por el Ejecutivo es visto con suspicacia por los gremios mineros. El presidente de Sonami, Diego Hernández, manifestó su preocupación por el efecto de este gravamen en la inversión y la producción chilena.
El dirigente explica que en los últimos años las compañías han restringido las inversiones en las faenas, por ejemplo, para enfrentar la caída de leyes o la falta de agua, y que ello tiene consecuencias en la producción, que este año registra una baja de -6,4%, más pronunciada que los años anteriores.
“Un royalty alto y mal estructurado va a afectar aún más las inversiones”, señala.
Y aunque esperaban que el proyecto, al ser preparado por el equipo de Hacienda, mantuviese los equilibrios entre recaudación inversión, hay aspectos que no comparten como considerar ingresos ad valorem y subir conforme se eleve el precio del cobre.
“Al tener un royalty híbrido, que combina un componente sobre las ventas y uno sobre la renta minera, el componente sobre las ventas no considera los costos y la realidad minera de Chile. Actualmente nos encontramos con yacimientos con leyes medias que van del 0,3 al 0,6%, por lo que agregar un royalty que no considere las bajas leyes y altos costos se compromete la viabilidad de futuras inversiones”, afima Alejandro Montt, abogado socio de Dalgalarrando y Cía.
El socio del estudio Baker McKenzie, Antonio Ortúzar Vicuña, expresa que “a pesar de que la reforma asegura cuidar y mantener los incentivos para invertir en el sector, es importante que, una vez se encuentre en tramitación, sí tomen en cuenta los comentarios y opiniones de la industria, para efectos de poder asimilar y ponderar correctamente los efectos que un royalty de esta naturaleza puede causar en el desarrollo de una industria tan relevante, especialmente atendido la discrepancia de los umbrales establecidos en comparación con otras países relevantes en el sector minero, como son los casos de Australia y Perú”.
ROYALTY COMBINA VENTAS Y RENTABILIDAD OPERACIONAL
El proyecto estipula que el royalty será de carácter híbrido, que combinará, por un lado, un componente sobre las ventas (ad valorem) que oscilará entre tasas efectivas entre 1% y 2% para los productores entre 50.000 y 200.000 toneladas métricas de cobre fino (TMCF), y entre 1% 4% para aquellos con más de 200.000 TMCF.
Por otro lado, tendrá un componente sobre la renta minera, con tasas de entre 2% y 32% sobre la rentabilidad operacional, para precios del cobre entre dos y cinco dólares la libra. Las tasas serán crecientes a medida que aumenta el precio del metal rojo, por lo que el impuesto crecerá a medida que aumentan las rentas económicas en el sector.
Esta es una de las mayores críticas de la industria, ya que al considerar la cotización del cobre, no contempla efectos como la inflación global que eleva los costos de los insumos, por lo que no hay mayores rentas.