Según Corficolombiana, la decisión tendría consecuencias sobre la inversión en exploración y aquella destinada a la explotación de yacimientos
NATHALIA MORALES ARÉVALO
La contienda electoral actual ha traído al centro del debate propuestas relacionadas con la naturaleza de la política energética de Colombia para los próximos años. Un estudio realizado por Corficolombiana, analizó la propuesta de Gustavo Petro sobre suspender la firma de nuevos contratos de exploración de hidrocarburos, en el contexto de transición energética global.
Según el análisis, para Colombia, esta decisión tendría consecuencias importantes no solo sobre la inversión en exploración, sino también en aquella destinada al desarrollo y explotación de yacimientos descubiertos de petróleo y gas.
"Los efectos macroeconómicos serían drásticos e inmediatos sobre la tasa de cambio y la balanza comercial, como lo analizamos en este informe. En particular, la propuesta del candidato Petro consiste en transformar la composición de la matriz energética de Colombia, sentando las bases de un desescalamiento gradual de la extracción de hidrocarburos. Esta propuesta debilitaría la actividad petrolera para crear una política centrada en energéticos renovables no convencionales", indica el documento.
"Lo anterior no solo desincentivaría las nuevas inversiones en exploración de hidrocarburos, sino también aquellas en proyectos de desarrollo de reservas y recursos descubiertos, haciendo más lenta su ejecución e incluso poniendo en riesgo su viabilidad económica", agrega.
Además, los investigadores explican que las señales actuales de política energética de un país son determinantes para la inversión presente y futura en el sector de hidrocarburos. En este sentido, anunciar que se suspende la nueva exploración de hidrocarburos en Colombia tendría efectos inmediatos sobre la inversión y la producción de hidrocarburos.
Ahora bien, sobre los efectos proyectados en la tasa de cambio y la balanza comercial, Corficolombiana estima que se empezarán a sentir desde el próximo año y llegarían a su punto más álgido en 2027.
En el escenario A, la producción petrolera continuaría alrededor de los niveles actuales (760.000 barriles por día) durante los próximos cinco años. En contraste, en el escenario B (ver gráfico) la producción empezaría a caer desde 2023, al ritmo de la declinación natural de las reservas y como resultado de la menor de inversión.
"En 2027, la devaluación del tipo de cambio nominal sería de entre 39,9% y 43,7%, lo que implica que el dólar se cotizaría entre $5.080 y $7.020, mientras que el déficit comercial de bienes aumentaría entre 15,4% y 38,6% y el valor de las importaciones se contraería entre 4,8% y 8,9%. Lo anterior tendría un duro impacto sobre el consumo y la inversión en la economía colombiana, que seguramente se vería arrastrada hacia una recesión", concluyen.