En 2019 se logró contener el alza de los precios de la energía eléctrica con fondos que debían durar hasta 2023, pero se agotaron. La inflación y las fluctuaciones del dólar también han afectado
VERÓNICA REYES
El gobierno de Chile presentaría la próxima semana un proyecto de ley que apuntaría a evitar variaciones abruptas en las tarifas eléctricas.
De no mediar ningún subsidio, la Comisión Nacional de Energía (CNE) calculó que las cuentas deberían subir entre 40% y 45%, a causa de los mayores costos y el congelamiento que se aplicó en 2019.
Los precios asociados a la energía han subido en todo el mundo.
El gobierno ya se mostró en alerta frente al inminente incremento de las cuentas de la electricidad y anunció que la próxima semana presentaría un proyecto de ley para evitar variaciones muy pronunciadas.
De no ser por ese eventual proyecto, la CNE calculó que las cuentas deberían reajustarse entre un 40% y un 45% el segundo semestre. Esto responde a los contratos de energía entre distribuidoras y generadoras, que han subido con fuerza producto de la inflación y el tipo de cambio.
Pero, además, hay un efecto combinado con pagar los US$ 1.350 millones que se aplicaron como una suerte de préstamo para congelar el alza de las tarifas a contar de 2019, fondos que se agotaron.
Así lo explicó Humberto Verdejo, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Usach, quien cree que no sería eficiente aplicar un nuevo “crédito” para postergar los pagos.
Donde contrastan esta visión es entre las agrupaciones de consumidores, como Odecu, donde su presidente Stefan Larenas dijo que es importante que haya una discriminación por niveles de consumo.
Cuando se aplicó el fondo de US$ 1.350 millones para congelar las tarifas en 2019, se esperaba que su duración fuera hasta 2023, pero ya se agotó, principalmente producto del dólar.