TOM BALMFORTH
Canadá quiere ser un buen socio energético de Europa, pero no abandonará sus objetivos climáticos ni su plan de transición a combustibles más limpios, declaró el domingo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Trudeau, en una visita no anunciada a Ucrania, también dijo que confía en el Banco de Canadá en sus intentos por controlar la inflación. Anteriormente, Trudeau dijo que Canadá proporcionará nuevas armas y equipos a Ucrania y reabrirá su embajada en Kiev, la capital del país.
En marzo, Canadá dio a conocer una hoja de ruta para alcanzar los objetivos climáticos de 2030, en la que se establecen planes detallados y un gasto de 9.100 millones de dólares canadienses (US$ 7.300 millones) para reducir las emisiones de carbono que calientan el planeta, tras años de incumplimiento de sus objetivos. Tiene previsto reducir las emisiones de carbono un 40-45% por debajo de los niveles de 2005 para 2030.
El sector del petróleo y el gas es el más contaminante de Canadá, con un 26% del total de las emisiones. Para cumplir el objetivo del gobierno, el sector tendría que hacer recortes drásticos.
"Canadá es uno de los mayores productores de petróleo y gas del mundo, pero al mismo tiempo sabemos lo importante que es avanzar aún más rápido en la transición hacia el cero neto", dijo Trudeau.
El gobierno está discutiendo con Repsol y Pieridae Energy, las empresas que están detrás de dos propuestas de instalaciones de exportación de gas natural licuado (GNL) en la costa este, para ver cómo puede acelerar los proyectos y ayudar a impulsar el suministro a Europa, dijo el ministro de recursos naturales de Canadá a Reuters.
"Queremos ser buenos socios en materia de energía con nuestros amigos europeos, pero nunca vamos a frenar nuestra lucha contra el cambio climático", dijo Trudeau.
"Parte de eso es reconocer que la misma infraestructura que puede usarse para el GNL también puede usarse para el hidrógeno y el amoníaco que posiblemente van a impulsar la transición fuera de los combustibles fósiles", completó.
