El potencial argentino para la generación de hidrógeno verde en Argentina está en pleno desarrollo. Actores coinciden en que es necesario de una política de estado y de un marco regulatorio con el consenso entre el sector público, privado y académico, así como también el desarrollo de capacidades técnicas, de la innovación y de los recursos humanos.

Las conclusiones quedaron plasmadas en el webinar “Oportunidades de desarrollo del Hidrógeno Verde en Argentina y su contribución a la aceleración de la transición energética”, donde la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) presentó su informe homónimo elaborado con el apoyo de la Embajada Británica en Argentina.

El encuentro contó con la participación del sector público y privado. En la primera mesa se explicaron los avances en instrumentos legales y emprendimientos de generación y utilización del vector energético, según informó Antonio Ojeda en LMNeuquén.

Ya sea la declaración de interés público a la iniciativa de Fortescue en Río Negro, el proyecto piloto de Misiones sobre el blending entre H2V y butano para uso domiciliario, o el marco normativo en el que trabaja Jujuy.

Mientras que la mesa del área privada insistió en la trascendencia de tener normativa que permita que sea posible una economía del hidrógeno en Argentina.

“Hay ejemplos en el mundo que armaron su hoja de ruta. En esencia no creo que este lejos de lo que ya se está trabajando”, Santiago Sacerdote, gerente general de YTEC Consorcio H2Ar, y destacó que se deben unificar voluntades, intereses y facilitar los detalles, para traccionar la oportunidad del desarrollo tecnológico y de las pymes. El gerente general de YTEC subrayó que esa hoja de ruta debe tener tres puntos: los proyectos pilotos para reducir la incertidumbre de cómo operar la tecnología, un marco normativo y aprovechar la sinergia de proyectos complementarios.

METAS DEL DESARROLLO
Por su parte, Alejandro Montaña, jefe de Sector Energía Renovables e Hidrógeno de Hychico, consideró que esa guía debe estar construida por la participación de lo público y lo privada. 

“Necesitamos de un marco jurídico que brinde seguridad en el largo plazo y brinde estabilidad. Esta nueva ley de hidrógeno implica qué aspectos mejorar y hay que hacer más énfasis en el hidrógeno bajo en carbono”, aseveró.

“Es importante que se tenga en cuenta el uso energético del mismo como, también, el uso industrial ya que quizás sean los primeros consumos o mercado del hidrógeno a futuro. Esa estrategia debería definir metas para mercados internacionales como así también metas para el mercado local”, agregó.

Esas metas permitirán definir estratégicas específicas para que Argentina se pueda posicionar internacional, pero Montaña advirtió que no se trata solo de un tema de recursos. 

“Creo que es un error quedarnos con la tranquilidad de que tenemos un recurso extraordinario, Argentina será un gran exportador de combustible. Si nos aseguramos que estos proyectos tengan un gran financiamiento, el costo de producción por más bajo que fuese, cuando le sumemos el costo logístico hacia los centros de consumos internacional, vamos a estar muy penalizados por lo cual es fundamental tener una gran competitividad en la producción de ese hidrógeno que se va a destinar a la exportación”, analizó.

En la misma línea, Juan Carlos Villalonga, presidente de GLOBE y miembro de la Plataforma H2 Argentina, planteó que Argentina debe entender lo que sucede en el mundo y cuáles son sus verdaderas posibilidades. 

“Debemos crear un fuerte acuerdo de consenso político entre las provincias. Por más que tengamos recursos potenciales, no tenemos nada asegurado. Va a requerir un buen marco regulatorio para tener una buena forma de ejecución”, afirmó.

“Estamos ante un desafío que no se parece a nada de lo que hemos conocido. El sector público no se debe dormir en esto. No tenemos un yacimiento de hidrógeno que nos va estar esperando. Habrá que ser muy competitivo para fabricar esa molécula de hidrogeno”, consideró.

DESAFÍOS
El desafío está puesto en que el sector público pueda entender que hay que ser eficiente en todos las partes que involucran la producción de hidrógeno.

“La eficiencia debe ser clave para la generación de energía renovable, en el hidrógeno, en el transporte y en poder venderlo. Es todo un desafío y ese es el mensaje que debemos tener claro: el desafío es político administrativo”, aseveró Villalonga.

Asimismo, Sacerdote consideró que el país está en una etapa de construir una acción en común. “Necesitamos que las instituciones, las empresas y las personas interesadas en la transición energética se involucren porque Argentina tiene una enorme oportunidad y necesita la colaboración de todos”, destacó.

En tanto, Montaña recordó que en el 2016 aprobó la primera ley de hidrógeno, pero nunca se reglamentó por lo que pidió reglas claras para volver a empezar. “Hoy hay países de la región con estrategias en curso promoviendo proyectos pilotos y nosotros estamos discutiendo cuál será la hoja de ruta. Es necesario retomar el ritmo para volver a posicionarse y lograr esos acuerdos a largo plazo para que se convierta en la oportunidad que todos vemos hoy”, ponderó.