La CEPAL aplaude la iniciativa con miras al aprovechamiento de altos precios y la gran demanda por el recurso clave en la lucha contra el cambio climático
WALTER VÁSQUEZ
Bolivia, Argentina y Chile iniciaron un acercamiento político que apunta al diseño de un proyecto económico conjunto para la industrialización de recursos en el denominado ‘triángulo del litio’.
Los tres países, que al momento están dirigidos por gobiernos con tendencias políticas coincidentes, contienen el 58% de las reservas totales de litio del mundo, por lo que su desempeño particular o conjunto será clave para definir el futuro de la transición energética en el planeta y el avance de la electromovilidad global.
“Entre Argentina, Bolivia y Chile tenemos más del 85% de las reservas de litio de salares y eso abre una gran oportunidad y desafíos, e invita a pensar en forma regional”, destacó Marcela Hernando, ministra chilena de Minería, quien dijo sentirse “tremendamente motivada” por la posibilidad de establecer una “nueva relación” con carteras de Estado similares de Argentina y Bolivia.
“El trabajo coordinado entre Chile, Bolivia y Argentina es el camino para fomentar la sinergia entre los países y agregar valor a la producción regional de litio”, afirmó Guillermo Usandivaras, subsecretario argentino de Coordinación Institucional de Energía.
“Reconocemos que debe existir unión y coordinación entre nuestros países con miras a un futuro de oportunidades para nuestros pueblos con base en los recursos naturales y las reservas de litio”, indicó Franklin Molina, ministro boliviano de Hidrocarburos y Energía.
Las tres autoridades participaron en el foro ‘Perspectivas del Litio desde América Latina’, encuentro virtual realizado el 13 de abril que concluyó con el anuncio de un congreso internacional para este año, en el que participarán los presidentes de Chile, Argentina, México y Bolivia.
“Aplaudo esta convocatoria y a nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador expreso la disposición de mi país para continuar un trabajo conjunto”, afirmó durante el evento Rocío García, secretaria de Energía de México, que contiene el 1,7% de la reservas globales de litio y que está en proceso de nacionalizar esta riqueza.
“Los cuatro países concentran el 62% de las reservas mundiales de litio y el 90% de las reservas provenientes de las salmueras continentales”, destacó Benjamín Blanco, viceministro boliviano de Comercio Exterior e Integración.
La autoridad explicó que uno de los principales objetivos del foro fue identificar las potencialidades que existen para desarrollar “juntos” la producción de litio.
“Desde Bolivia estamos seguros que solo un trabajo conjunto, entre pueblos hermanos, nos permitirá encontrar los elementos de convergencia y complementariedad sobre este recurso que nos va a permitir poder superar nuestras limitaciones estructurales”, dijo.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) calificó el foro como “trascendental”, con miras a que los países aprovechen la “corta ventana de oportunidad (de una década)” de “los altos precios del litio”.
“Existen oportunidades de integración en toda la cadena de valor del litio (...). Hay que moverse muy ágilmente”, remarcó Jeannette Sánchez, directora de la División de Recursos Naturales de ese organismo de Naciones Unidas, quien destacó que hasta 2050 la demanda internacional de litio va a crecerhasta nueve veces más.
El analista Juan Carlos Zuleta coincidió en la necesidad de una articulación conjunta para el desarrollo del recurso en la región.
“Sería una locura pensar que cualquiera de nuestros países por separado avance solo en la industrialización del litio”, aseveró.
Sin embargo, agregó, este acercamiento entre los gobiernos de los países que conforman el ‘triángulo del litio’ forma parte de “un esquema de afianzamiento de fuerzas a nivel geopolítico regional, antes que de un emprendimiento económico real que sea beneficioso para sus poblaciones”.
El acercamiento con Chile — el más espinoso, pues ambos países rompieron relaciones diplomáticas en 1978— comenzó el 11 de marzo de este año, con la participación del presidente de Bolivia, Luis Arce, en la posesión del electo presidente chileno, Gabriel Boric; dio un segundo paso el 7 de abril, con la declaración pública de Arce de “coordinar” el “tema litio” no solo con Argentina —con la que ya se concretó un memorándum de entendimiento en esa materia — sino también “con otros países”; y mostró otra señal con la participación chilena en el foro organizado por Bolivia el 13 de este mes.
CADENAS DE VALOR
Por el lado de Argentina, el acercamiento político se tradujo en la suscripción el 7 de abril de un Memorándum de Entendimiento que establece el intercambio y transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos en recursos evaporíticos y litio.
El canciller argentino, Felipe Solá, ya había anticipado en marzo de 2021 que Argentina y Bolivia podrían encarar “una producción (de litio) conjunta”.
Al momento, las estrategias de aprovechamiento de este mineral en el ‘triángulo del litio’ difieren en forma y fondo, ya que la explotación y procesamiento del recurso en Argentina y Chile es realizada por privados, en tanto que Bolivia mantiene el control estatal sobre toda la cadena.
No obstante, el Gobierno chileno planea crear una empresa pública “que asegure la maximización de los beneficios para el país y la sustentabilidad de los salares, así como la agregación de valor”, anticipó la ministra Hernando.
Argentina, a su vez, considera al litio “un recurso central” para la transición energética y una oportunidad “para lograr una sinergia regional que permita a los países con reservas “compartir estrategias a mediano y largo plazo”, de acuerdo con Usandivaras.
“Creemos que estas potencialidades que se encuentran en nuestros países van a coadyuvar, sin duda, a la cadena de suministro y no solo elevar los niveles de producción de materias primas sino generar toda una cadena hasta lograr producir tanto cátodos como baterías”, sostuvo Molina.
En ese camino, Bolivia impulsa la industrialización de sus recursos evaporítivos con la construcción de una planta industrial de carbonato de litio con capacidad de producción de 15.000 toneladas por año; con la preselección de ocho empresas internacionales que competirán para la extracción directa del litio boliviano, una de las cuales coadyuvará en el proceso estatal; y con la identificación de más reservas en lagunas saladas y en otros salares como Pastos Grandes y Coipasa.
Además de tener un menor costo y reducir el impacto ambiental, la extracción directa disminuirá el tiempo en el que se realiza la separación de litio y otros metales que se encuentran en las salmueras.
“Creemos que es importante alcanzar un abastecimiento y una cadena de suministro de litio de manera continua con la visión de generar excedentes productivos con alto valor agregado”, afirmó el ministro boliviano, quien también anticipó que este año se iniciará el proceso para la construcción de una planta con capacidad de 40.000 t de litio con tecnología que “permita garantizar un menor impacto ambiental, un menor consumo de energía y una mayor recuperación y rendimiento del litio”.
Pero Zuleta no se muestra tan confiado ni en el proceso nacional ni en una posible integración regional basada en el litio.
“La situación es complicada. Nuestros gobiernos no son sinceros, son gobiernos de tinte populista, cuyo principal objetivo es permancecer anquilosadamente en el poder (...). Con gobiernos de esta clase es bien difícil avanzar en un tema tan central y tan importante como es el desarrollo de la cadena de valor del litio, en un momento tan importante como este, en el que el mundo entero ha apostado desde hace varios años al inicio y la consolidación de la nueva era del litio y de los vehículos eléctricos”, manifestó.