Según estudio de Cochilco, las concentradoras e impulsión y desalación de agua de mar serán los procesos de mayor intensidad en consumo
Cochilco lanzó dos informes de referencia para la minería donde estima el consumo de electricidad y agua que demandará la industria a 2032.
Durante la presentación de los estudios, la analista de Cochilco, Camila Montes, informó que al año 2032 se proyecta una demanda de agua de 20,9 m3/seg, de los cuales 68% provendrán de agua de mar y 32% de aguas continentales.
Agregó que el consumo de agua de origen continental esperada para la próxima década alcanza los 6,7 m3/s, lo que representa una disminución de un 45% respecto al consumo de 2020, mientras que el consumo de agua de mar llegaría a 14,2 m3/s al 2032, lo que significa un crecimiento de 165%.
Respecto al consumo de energía eléctrica, la analista de Cochilco, Rosana Brantes, señaló que se espera que éste crezca 31% al año 2032, esto es que pase de 25,8 TWh en 2021 a 33,8 TWh, siendo el proceso de concentración el mayor demandante.
Añadió que la desalación e impulsión de agua de mar será el segundo proceso que más exigirá energía eléctrica, el cual pasará de representar el 6% del total en 2021 a 13% del total en 2032.
En relación a las energías renovables señaló que el 44% del consumo eléctrico minero es abastecido de fuentes limpias y que en 2025 se espera llegue a un 62%.
CONSUMO ELÉCTRICO
El estudio proyecta el consumo eléctrico de la minería del cobre en el periodo 2021-2032 en base a: i) la cartera de proyectos y operaciones mineras vigentes, ii) la proyección de producción de los proyectos futuros de cobre iii) operación actual y la entrada en operación de plantas de desalación e impulsión de agua de mar. Asimismo, dada la incertidumbre asociada a la producción, las estimaciones de consumo eléctrico se construyen en base a tres escenarios: esperado, máximo y mínimo. Se estima que el consumo eléctrico crezca desde 25,8 TWh en 2021 hasta 33,8 TWh en 2032 (~2,5% CAGR).
En concreto, en la última década el consumo de electricidad de la industria minera del cobre creció un 39%, y en la próxima década crecerá un 31%, de acuerdo al estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) sobre proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre hasta el 2032, año en que podría estar en operación gran parte de la actual cartera de proyectos.
Este crecimiento se atribuye al alto consumo en concentración, proceso que por sí solo en el 2032 consumirá 22,0 TWh representando el 65% de la electricidad del sector. El consumo energético para desalación e impulsión de agua de mar es otro proceso para el cual se proyecta un alza importante, pasando de 1,5 TWh en 2021 (6% del total) a 4,5 TWh en 2032 (13% del total), convirtiéndose en el segundo proceso de mayor intensidad de consumo eléctrico.
Para el proceso de lixiviación por su parte se proyecta una caída significativa desde 5,0 TWh en 2021 (19% del total) a 2,0 TWh en 2032 (6%), mientras que para el de fundición se estima un leve incremento en el consumo, pasando de 1,7 TWh en 2021 (7%) a 1,9 TWh en 2032 (7%).
Por último, los procesos de mina subterránea, refinería y servicios se mantendrán con participaciones relativamente bajas, ninguno de ellos sobrepasando el 3% del consumo durante el periodo de estudio.
Se trata de una industria cuyo crecimiento esperado en producción –de un 21% entre 2021 y 2032- es significativamente menor a la proyección de consumo eléctrico, que crecería un 31% durante el período.
LOS FACTORES DEL MAYOR CONSUMO
Según explica el director de Estudios y Políticas Públicas, Jorge Cantallopts, en las últimas décadas, y asimismo se estima a futuro, el aumento progresivo en el consumo eléctrico de la industria minera se atribuye a causas estructurales y de producción en la industria del cobre.
Apunta al continuo envejecimiento de las minas, lo que a su vez se relaciona con menores leyes del mineral, a una roca más endurecida que contribuye a aumentar los requerimientos de electricidad.
“En paralelo, se cuenta las restricciones a la extracción de agua continental, que ha impulsado a varias faenas a instalar plantas de desalación e impulsión de agua de mar hacia las faenas, proceso que es altamente intensivo en electricidad”, dice.
Sobre las causas productivas, destaca la sucesiva mayor producción de concentrados de cobre, lo que acrecienta la necesidad de energía, sobre todo eléctrica, por dos vías.
“La directa, mediante el proceso mismo de concentración de mineral intensivo en energía eléctrica. La indirecta, por el mayor uso de agua en este proceso, lo que a su vez refuerza la tendencia al uso de agua de mar y su impulsión a la faena, proceso intensivo en energía eléctrica”, agrega.
El informe plantea que este desarrollo ha significado un verdadero “cambio en la matriz productiva de la industria”, lo que indudablemente supondrá una mayor intensidad en el consumo de energía eléctrica. Según el estudio, se estima que el consumo eléctrico crezca desde 25,8 TWh en 2021 hasta 33,8 TWh en 2032. Se requerirá agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.154 MW hacia el año 2032.
LOS PROCESOS QUE MÁS GASTARÁN
Hacia el 2032, la demanda de electricidad de las concentradoras se incrementará llegando a 22,0 TWh, representando el 65,1%. El consumo energético para desalación e impulsión de agua de mar es otro proceso para el cual se proyecta un alza importante, pasando de 1,5 TWh en 2021 a 4,5 TWh en 2032, convirtiéndose en el segundo proceso de mayor intensidad de consumo eléctrico.
Con esto, se proyecta que a fines del período la impulsión y desalación de agua de mar será el proceso de mayor intensidad en consumo energético después de la Concentradora, con un 13,3% del total.
A nivel regional, Antofagasta, en línea con su alta producción y las inversiones mineras a materializar, seguirá concentrando más de la mitad del uso energético, pasando de 15,3 TWh (59% del consumo eléctrico cuprífero nacional) en 2021 a 17,6 TWh (52%) en 2032.
Si bien al 2021 las faenas actualmente en operación concentran prácticamente la totalidad del consumo eléctrico esperado en minería cuprífera, al 2032 los proyectos potenciales, posibles y probables llegan a representar alrededor de un 26% del total.
Asimismo, analizando por tipo o propósito del proyecto, las iniciativas de expansión, reposición y los nuevos, en conjunto, adquirirán una importancia creciente pasando de representar un 28% del consumo estimado en 2021 al 63% en 2032.
En tanto, se proyecta que los proyectos nuevos pasen de representar el 10,2% del consumo esperado en 2021 al 31,8% en 2032.
La creciente importancia de estas iniciativas se atribuye en gran parte a los proyectos de Esperanza Sur y Encuentro Sulfuros, que en conjunto corresponden al proyecto distrito Centinela de Antofagasta Minerals, Quebrada Blanca Fase 2/Hipógeno de Teck Resources, entre otros.
AGUA: DESALINIZACIÓN Y NUEVAS FUENTES
El cambio climático a nivel mundial está transformando la manera de relacionarnos con el agua, ya sea continental o proveniente del mar, y la pregunta que nos toca responder es si estamos preparados para afrontar ese cambio como sociedad.
Camila Montes, analista de Estrategias y Políticas Públicas de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), detalla que “los proyectos que vienen con agua de mar de acá a 2025 son 10: siete son nuevos y tres son ampliaciones o reemplazos de acueductos en proyectos que ya están funcionando”.
Destaca que “en poco tiempo más ya deberían haber varios nuevos, esa es la medida y la solución que ha tomado la industria minera. Pero también hay otras medidas que se pueden tomar, y son soluciones más rápidas de concretar, como la eficiencia y la optimización, y también la reutilización de las aguas en la misma operación. Estas son soluciones que se pueden aplicar de manera más rápida”.
“También podemos abastecernos con nuevas fuentes que no sean solamente agua de mar. Existen las aguas servidas tratadas, y allí es donde también se hace hincapié en el informe “Proyección de consumo de agua en la minería del cobre”, que es importante definir el marco legal de estas aguas”, asegura.
Es así como bajo un escenario de menor disponibilidad hídrica y un panorama futuro donde el cambio climático influye directamente en la disponibilidad presente y futura del agua, el objetivo de este informe es estimar la proyección de demanda de agua continental y de mar de la industria minera del cobre, y a su vez, realizar un análisis considerando una visión por región, tamaño, proceso, estado de avance, condición y estado de los permisos ambientales.
Los resultados obtenidos en la proyección de producción esperada de cobre para el periodo 2021-2032 muestran que, en comparación con la producción real de 2020, existe un incremento de 21,15% hacia el cierre del período de análisis. Esto quiere decir que nuestro país alcanzaría una producción de cobre de 6,95 millones de toneladas al año 2032.
Para sostener este aumento de producción, se proyecta una demanda de agua por parte de la minería del cobre de 20,9 m3/seg para la próxima década, de los cuales 68% (14,2 m3/seg) provendrían del mar y 32% (6,7 m3/seg) de aguas continentales.
Esta proyección es reflejo, en parte, del cambio de la matriz de producción, que se vuelca a los minerales de sulfuros, que a su vez deben ser procesados a través de flotación, proceso mucho más intensivo en el uso de agua., y por otra parte la caída en las leyes de los minerales hace necesaria una mayor cantidad de agua para obtener una tonelada de cobre fino, ya que es necesario procesar una mayor cantidad de mineral.