En días comienzan los trabajos en el tramo entre Olacapato y Salar de Pocitos. Habrá un camino nuevo, que se consolidará antes de fin de año. Luego se pavimentará
PABLO FERRER
Entre la incredulidad de los pobladores de la Puna salteña por tantas promesas que no se cumplieron sobre arreglos de caminos y la esperanza de que esa realidad cambie de una vez, está previsto que en los próximos días comience la obra de acondicionamiento de la ruta provincial 27 entre los casi 39 kilómetros entre Olacapato y Salar de Pocitos, una vía clave tanto para los habitantes de esa zona como para el desarrollo de la minería.
El estado de la ruta 27, que arranca en la intersección con la ruta nacional 51, llegó al punto de que ya ni siquiera los trabajos de mantenimiento ocasionales que se realizan no dan abasto para revertir su situación calamitosa, por lo que se decidió reconstruirla desde cero.
La obra será financiada por Remsa (Recursos Energéticos y Mineros de Salta) y la ejecución estará a cargo de Vialidad de la Provincia.
La inversión será de $212 millones y el plazo de construcción es de 18 meses, aunque el director de Remsa, Alberto Castillo, aseguró a El Tribuno que la ruta estará consolidada antes de fin de año.
“Será una ruta nueva, paralela a la que ya existe. Antes de fin de año estará terminada con ripio y después sigue la pavimentación, que eso está previsto para una segunda etapa”, dijo el administrador de la empresa estatal.
El justificado recelo por los anuncios de mejoras de caminos fue manifestado el martes pasado por la diputada del departamento Los Andes, Azucena Salva, frente al ministro de Infraestructura de la Provincia, Sergio Camacho, quien asistió a la Cámara baja para brindar un informe sobre su área.
Allí, el funcionario anunció que la obra de la ruta 27 arrancará en esta semana que inicia “con la ejecución de las obras de arte; esto es alcantarillado, la subbase y base”.
Adelantó, además, que se conformará un consorcio vial entre el Gobierno provincial y las empresas mineras que están a cargo de yacimientos colindantes a la ruta 27 o que utilizan esa vía para llegar a las minas. Esa sociedad se encargará del mantenimiento del camino a partir de Salar de Pocitos hacia Tolar Grande.
“Será el primer consorcio mixto, público y privado, que se constituirá en Salta”, destacó Camacho.
“Estamos trabajando también en poder avanzar con un proyecto, porque no había, sobre la ruta 163 (que arranca en Caipe y termina en el límite con Chile), que es la que termina de sustituir en algunos lugares el poco acceso que tiene la 27”, dijo también el ministro.
RUTA 51
La otra gran deuda que existe con los habitantes de la Puna es la pavimentación de la ruta nacional 51, que desde San Antonio de los Cobres hacia el Paso Internacional de Sico es camino de tierra, destruido en varios sectores.
“Con el crecimiento de tránsito que hoy ya tiene la ruta 51 se torna muy peligrosa por la enorme cantidad de baches que tiene. Entonces si la obras de infraestructura y desarrollo vial no van paralelas de acuerdo a la actividad productiva que se van a desarrollar nos estamos sometiendo a varios inconvenientes”, reclamó el martes la legisladora Salva.
Al respecto, Camacho repasó los proyectos que existen para pavimentar la 51, que están divididos en cinco tramos.
“En tres tramos se inicia la ejecución este año y los dos están en proyecto, con el compromiso de Vialidad Nacional de licitarlos el año que viene”, resumió el titular de Infraestructura.
URGENCIA
Según las estimaciones que se hicieron en el Gobierno, dentro de un año, cuando ya estén en producción dos plantas de litio en Salta, circularán por la ruta 51 y los caminos afluentes unos 250 camiones por día. Anticipan que sin la infraestructura necesaria ese tránsito vehicular será caótico.
Es por eso que también gestionan ante las autoridades del ferrocarril Belgrano la puesta punto del ramal C14, para poder llevar una parte de las cargas mineras en tren.
MESA SOCIAL MINERA
Las necesarias obras para los caminos puneños estuvieron entre los principales planteos de la mesa social minera que se realizó el miércoles pasado en Tolar Grande. Estuvieron la secretaria de Minería, Flavia Royón; el intendente de Tolar Grande, Sergio Villanueva; el director de Vialidad de Salta, Gonzalo Macedo, representantes de mineras y empresas proveedoras y referentes de las comunidades de la zona.
Las autoridades detallaron los trabajos previstos sobre las rutas provinciales 27, 129 (que va desde San Antonio de los Cobres hacia Pastos Grandes), 17 y 163. Y sobre los avances de los proyectos en la ruta nacional 51.
Un dato económico revela la urgencia de las obras. El costo de transporte de carga desde la capital salteña hacia Tolar Grande, por ejemplo, es prácticamente el 70% de lo que sale un flete desde la misma ciudad hasta Buenos Aires.
En el mismo caso, los neumáticos de los camiones que transitan la ruta nacional 51 y la provincial 27 hasta Tolar Grande, duran entre 40.000 y 50.000 kilómetros cada uno, es tres veces menos de la vida útil que podrían tener en un camino pavimentado.