Refinerías de gasoil paradas por falta de petróleo liviano. Establecen mecanismo para fijar precio de modo excepcional y proponen producirlo sin maíz
Un relevamiento reciente, en medio de la crisis de escasez de combustible que afecta gravemente al campo, indica que la producción de gas-oil en Argentina es la más baja desde 2014. Mientras tanto una medida reciente del gobierno para cambiar la base sobre la que se fija el precio del etanol, así como la propuesta de un senador oficialista para producirlo sin utilizar maíz, muestran intentos de adecuar la producción de este biocombustible a la realidad.
La producción de gasoil fue la más baja desde 2014 en nuestro país durante febrero. Las 680.000 toneladas significaron una caída de casi 200 mil toneladas respecto a enero y casi 80 mil en comparación con febrero del 2021. Los números fueron reportados por un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en medio del paro de transportistas de granos por la escasez y el encarecimiento del combustible.
La Bolsa de Comercio de Rosario destacó el aporte que podrían hacer los biocombustibles en el contexto de escasez de combustible (Foto: Reuters / Agustin Marcarian)
Por un lado, el gobierno facultó a la Secretaría de Energía de la Nación a establecer “un mecanismo alternativo para la determinación del precio del bioetanol a base de maíz de aplicación excepcional en los casos en que se verifiquen desfasajes sustanciales” entre el precio por resolución que sigue lo que pasa con la nafta en los surtidores y los costos de elaboración de ese biocombustible, indica La Nación.
Por otro lado un senador oficialista por Salta presentó un proyecto que busca promover la producción de “biocombustibles de segunda generación”, creados a partir de materias primas que no tienen un uso alimentario, según informó el portal especializado en agro Bichos de Campo.
El relevamiento contempló la fabricación, en todos sus grados, sin considerar los valores del 2020 durante la pandemia, dado que las restricciones sanitarias generaron un escenario por fuera de los parámetros normales del mercado.
Según información brindada por especialistas y actores del mercado energético a la entidad santafesina, algunas refinerías estarían paradas porque se necesita petróleo liviano para refinar, de compleja disponibilidad en el país, informa Reuters.
La producción de gasoil es la más baja desde 2014, exceptuando al 2020, dado que las restricciones sanitarias de ese año afectaron a las condiciones normales para analizar al mercado. (Fuente: BCR)
La novedad en cuanto a la fijación del precio la medida se conoció mediante el decreto presidencial 184. Los valores del etanol de maíz y de caña de azúcar se establecen por resolución en base a la variación de las naftas. A comienzos de mes, el gobierno subió 11,75% el precio del etanol, a $73,11 por litro.
El decreto considera que “producto de factores exógenos originados por el contexto internacional actual” se registró “un marcado incremento en el precio del maíz -insumo principal para la elaboración del bioetanol a base de maíz-” y que en esta línea el criterio para fijar el precio quedó “distorsionado respecto de los costos de su elaboración”.
Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, señaló: “Es una medida necesaria para habilitar la publicación de los nuevos precios, distintos a los resultantes de la resolución 852. Como un decreto anterior -el 717- estableció que debía ser aplicada dicha resolución, para que no se aplique -hecho que se necesita ahora, porque los números no dan-, se requiere un decreto que rectifique el 717 y eso fue lo que hizo el 184. De lo contrario, una resolución de Energía publicando precios que se aparten de la resolución 852, como va a ocurrir de acuerdo a lo acordado con la industria, sería ilegal.
Podrían producirse 3,9 millones de toneladas de producción de biodiesel, especialmente en la provincia de Santa Fe.
SE PRODUCE MENOS GASOIL
El relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario contempló la fabricación, en todos sus grados, sin considerar los valores del 2020 durante la pandemia, dado que las restricciones sanitarias generaron un escenario por fuera de los parámetros normales del mercado.
Según información brindada por especialistas y actores del mercado energético a la entidad santafesina, algunas refinerías estarían paradas porque se necesita petróleo liviano para refinar, de compleja disponibilidad en el país.
Explicaron que esto lleva a profundizar la importación de gasoil, lo que a su vez dificulta la comercialización debido a las diferencias de precios entre el mercado interno y el externo. En este sentido, la caída en la producción de febrero se dio principalmente en el gasoil grado 3, que disminuyó 130 mil toneladas, mientras que el gasoil grado 2 cayó 66 mil toneladas en sus volúmenes productivos.
En el informe, la BCR recordó que, junto con las otras bolsas del país, sostienen que la agroindustria argentina está “en condiciones de responder a este importante desafío a través de una sustitución rápida de importaciones de combustibles utilizando los biocombustibles”.
“Nuestro país puede alcanzar 3,9 millones de toneladas de producción de biodiesel, concentradas principalmente en la provincia de Santa Fe, donde se integran con las empresas de molienda de soja”, ejemplificaron, en medio de los problemas que han surgido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania en los mercados energéticos, especialmente los de gas y petróleo.
“En la actualidad, este importante sector industrial tiene casi un 60% de capacidad productiva ociosa. Los estándares vigentes para la producción de biodiesel establecidos para un corte del 10% y las experiencias en su uso puro, al 100%, muestran el potencial técnico del producto para sustituir al gasoil en el transporte”, indicó la BCR.
Incluso, remarcaron que se cuenta “con experiencias exitosas” del uso del biodiesel puro B100 en flotas de camiones y buses de transporte de pasajeros. “En este sentido, incrementar la utilización de fuentes de energía renovables producirá beneficios para el medioambiente y la salud humana”, acotó el análisis.
Al profundizar la importación de gasoil, se dificulta más la comercialización debido a las diferencias de precios entre el mercado interno y el externo.
Sobre eso, recalcaron que las bolsas de cereales y de comercio han propuesto a las autoridades nacionales establecer por norma que, más allá del corte obligatorio vigente del 5%, las empresas mezcladoras puedan usar biodiesel al 20%.
“Este adicional deberá ser consecuencia de mercado libre de oferta y demanda en la que podrán participar todas las empresas productoras de biodiesel registradas en Argentina, de manera de asegurar el abastecimiento en las mejores condiciones posibles de calidad y precio para el consumidor”, evaluaron.
En este contexto, estimaciones de consultoras especializadas calcularon que, a valores actuales de energía, Argentina podría llegar a tener fuertes importaciones de gas, gasoil y fuel oil de Bolivia, para usinas y transporte, y naftas para vehículos.
“La caída de producción, con un marco creciente de consumo, encuentra un volumen importado que sigue siendo insuficiente para el abastecimiento interno de gasoil. Consecuentemente, parte de la demanda se está cubriendo con los stocks disponibles, que han tocado mínimos históricos”, alertó la BCR.
Además, el relevamiento señaló que el volumen de importaciones de gasoil se disparó “a máximos históricos” durante febrero. “Suelen surgir necesidades de importación de gasoil para generación de energía con el advenimiento de las bajas temperaturas en los meses de junio y julio, lo que explica picos de importaciones en esos meses. No obstante, nunca se había visto un volumen de compras desde el exterior de esta magnitud para un mes de febrero, superando incluso el volumen importado en el pico del invierno pasado”, detallaron.
A su vez, la Bolsa indicó que la demanda de gasoil “se ha venido intensificando en los últimos meses desde varios sectores”. Se conjuga aquí, señaló, una “enérgica recuperación” en el nivel de actividad económica e industrial luego de la caída en pandemia, una creciente demanda para producción de energía eléctrica ante el faltante de gas natural, y un mayor requerimiento estacional para las tareas del campo, con productores agrícolas “intentando asegurarse el insumo de cara a la cosecha gruesa”.
A su vez, una menor disponibilidad de gas natural para producción energética, en un contexto de fuerte consumo de energía, ha redundado en un mayor consumo de gasoil para la producción energética.
De esta manera, los requerimientos de gasoil para producción de energía eléctrica en los meses de enero y febrero fueron de 490.000 m3, incrementándose un 320% respecto lo solicitado en el mismo período de 2021.
“Esta demanda de carácter sustitutivo se ha mostrado muy elevada para febrero, contrariamente a las tendencias estacionales, que, al igual que las importaciones, muestran sus picos de demanda en los inviernos”, puntualizó la entidad.
BIOCOMBUSTIBLES DE SEGUNDA GENERACIÓN
Respecto al proyecto presentado, su autor, el senador salteño Sergio Leavy del Frente de Todos, argumenta que “El conflicto inherente en cuanto a los biocombustibles de primera generación es justamente que su materia prima es también alimento, y que su utilización en alguna medida afecta el precio de este. La biomasa comestible requiere normalmente de suelos ricos en nutrientes y con abundancia de agua. Contrariamente, los biocombustibles de segunda generación crecen típicamente en suelos marginales, ofreciendo una alternativa económicamente viable y respetuosa con el medio ambiente”.
Esquema de producción de bioetanol de segunda generación a partir de especies vegetales no alimentarias.
La materia prima a utilizar serían desde pastos perennes -el switchgrass-, especies arbóreas como el álamo para el etanol, y oleaginosas no alimentarias comprendiendo especies arbustivas o arbóreas perennes como la Jatropha, el Tártago, la Moringa y diversas especies de palmeras. Esta biomasa puede ser reconvertida por dos vías: la bioquímica y la termoquímica.
El régimen de promoción propuesto en este proyecto tendrá como objetivo fomentar el desarrollo de estos cultivos no tradicionales, impulsar la investigación en torno a ellos, apoyar la conformación de cadenas de valor mediante la integración de PyMes, coordinar esfuerzos con autoridades jurisdiccionales e impulsar un programa de certificaciones, entre otros.
Las estaciones experimentales del INTA que se encuentran desarrollando actividades alrededor de cultivos con aptitudes energéticas: Colza Estación Barrow y Junín, en Mendoza, Cártamo Estación Ascasubi, Maíz Estación Pergamino, Topinambur Estación Manfredi, Remolacha Azucarera Estación Valle Inferior del Rio Negro, Panicum virgatum Estación Anguil, Sorgo Estación Manfredi, Caña de azúcar Estación Famaillá.