CARLOS SANTANDER

En América Latina, uno de los desafíos que enfrenta el sector energético es cómo proyectar la oferta y la demanda de energía en el futuro a la luz de numerosos escenarios posibles. 

En esa planificación a largo plazo, estas proyecciones deben integrar una serie de variables, cada una de ellas esencialmente incierta, como la recuperación económica pospandemia, los esfuerzos de diferentes países para lograr la neutralidad de carbono y los avances regulatorios destinados a acelerar la transición energética.

Este proceso sofisticado y complicado es un gran desafío para el sector energético, ya que se esfuerza no solo por garantizar el suministro futuro de energía, sino también por integrar las tendencias que ya están transformando rápidamente la industria.

Aquí, analizamos cuatro tendencias que están dando forma al sector energético, a través de la experiencia de Chile.

LA ESTRATEGIA NACIONAL DE HIDRÓGENO VERDE TOMA FORMA
Chile tiene una agenda ambiciosa: convertirse en uno de los principales productores y exportadores de hidrógeno verde del mundo. Sin embargo, para lograr esto, es crucial reducir el costo de producción. Esto requerirá una gran cantidad de energía renovable limpia y barata.

El sector minero es el mayor consumidor de energía en Chile. Esto está demostrando ser positivo para la Estrategia de Hidrógeno Verde, porque las enormes necesidades energéticas del sector minero se han convertido en un poderoso impulso para que el país logre sus objetivos de hidrógeno verde. El acceso al hidrógeno verde podría ayudar al sector a reducir sus emisiones hasta en un 90 por ciento para 2050 a medida que la nación avanza hacia cero emisiones de carbono.

Recientemente, con el objetivo de fomentar la producción y el uso de hidrógeno verde, el gobierno de Chile otorgó importantes fondos a una serie de proyectos competitivos y en etapa inicial, que apuntan a utilizar hidrógeno verde para comenzar a producir combustibles electrónicos, amoníaco y metanol. , entre otros, para 2025.

LA DIGITALIZACIÓN COMO ELEMENTO CLAVE DEL SECTOR ENERGÉTICO
La digitalización jugará un papel disruptivo en el suministro de electricidad. Las innovaciones asociadas con las tecnologías energéticas, como la medición inteligente, los sistemas de automatización y control remoto y los sensores inteligentes y, más allá del medidor, las plataformas de optimización y agregación, los aparatos y dispositivos inteligentes, verán un uso cada vez mayor.

En general, la digitalización ocupa un lugar destacado en la agenda energética chilena. Esperamos que el despliegue de tecnologías digitales permita una mayor interconectividad y confianza en plataformas y servicios basados ​​en Internet para el sector.

Anticipándose al riesgo potencial de exposición a actos relacionados con la ciberseguridad, el Coordinador Eléctrico Nacional de Chile, entidad encargada de coordinar la operación del Sistema Eléctrico Nacional, ya elaboró ​​la Norma de Ciberseguridad para el Sector Eléctrico.

DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA PARA PERMITIR LA ELECTRIFICACIÓN
Como muchos otros países, Chile se está moviendo rápidamente para encontrar oportunidades para expandir la electrificación, que se considera una de las medidas más eficientes para limitar el calentamiento global.

Actualmente, la electricidad solo contribuye con una fracción del suministro total de energía de Chile, cerca del 25 por ciento del total. Sin embargo, las proyecciones muestran que la participación general de la energía eléctrica aumentará, a medida que la electrificación se extienda en áreas como el transporte, la calefacción, el aire acondicionado y los procesos térmicos.

Para permitirlo, durante 2022 se iniciará el desarrollo de infraestructura de gran envergadura, como el recientemente adjudicado proyecto de línea de transmisión HVDC Kimal-Lo Aguirre (2.000 kilómetros de longitud, que unirá Antofagasta y Santiago, con una inversión cercana a los US$ 1.500 millones).

Sin embargo, el crecimiento de tecnologías como la carga inteligente, las bombas de calor y la electromovilidad solo será posible si somos capaces de enfrentar los desafíos de transformar la infraestructura existente, actualizar la red y adaptar nuestros hogares, lo que requerirá una gran cantidad de proyectos de menor escala en todo el país.

LA DESCENTRALIZACIÓN DE LA ENERGÍA SEGUIRÁ CRECIENDO
La descentralización energética está transformando la industria en Chile. En 2022, las nuevas tecnologías de eficiencia energética, la generación y el almacenamiento distribuidos, las microrredes y los sistemas de respuesta a la demanda seguirán creciendo.

Estos nuevos desarrollos obligarán inevitablemente al sistema a ser más flexible, creando la necesidad de nuevos servicios para las demandas cada vez más sofisticadas de los clientes finales.

Destaca la generación de energía distribuida, que como motor de empleo y desarrollo eficiente y sostenible jugará un papel importante en la recuperación económica pospandemia, creando espacios interesantes para la entrada de nuevos jugadores en la industria.

Claramente, el proceso de electrificación que se vive a nivel mundial en las ciudades, el transporte y los procesos industriales seguirá creciendo rápidamente en Chile durante 2022, junto con la fuerte agenda del hidrógeno verde.

Los esfuerzos de Chile para promover la descentralización energética y desarrollar tecnología que proporcione fuentes de información que permitan una mayor trazabilidad también jugarán un papel clave.

Chile está incorporando estas tendencias, que ya están impactando al sector a un ritmo acelerado, en su planificación energética de largo plazo, lo que le permite a la autoridad proporcionar gradualmente una regulación clara, orgánica y dinámica, establecer objetivos y monitorear su cumplimiento.

Todo ello con el objetivo de acelerar la transición energética y potenciar al consumidor final como agente activo de la matriz energética global.