Si en la Cámara Baja la ausencia de Máximo Kirchner y los diputados de la Cámpora a la hora de votar el acuerdo con el FMI fue chocante, se da por hecho que una fotografía parecida en el Senado protagonizada por su madre se amplificaría hasta ser un escándalo que trascienda fronteras. Por eso Cristina apostaba a que la aprobación en Diputados fuera tan amplia que le hiciera muy difícil a sus senadores rechazar el acuerdo. De este modo le evitarían el mal trago de tener que llegar a un desempate y convertirse en copia de su archienemigo Julio Cleto Cobos. Porque, llegada a esa instancia ¿De qué otro modo podría ella sostener su negativa al acuerdo que no fuera dando un voto "no positivo"? Pero nada de esto sucederá. No hará falta. El acuerdo tiene un 80% de apoyo y seguramente se convertirá en ley mañana jueves. 

Más allá de los votos en el recinto, la actitud de la vicepresidenta y su hijo es un golpe más al gobierno de Alberto Fernández y un modo de preservar la base propia para futuras elecciones. 

En consonancia se descuenta que un grupo de senadores no acompañará el proyecto ya que la bancada dio “libertad de acción".

YO GOBIERNO Y ME OPONGO A MI GOBIERNO
No hay oposición como el propio oficialismo para un gobierno peronista que se precie y Cristina repite el signo del gobierno justicialista 1973-1976, el de Juan Perón sucedido por Isabel Perón, cuando los montoneros socavaron la paz y la estabilidad institucional luego avasallada por el golpe militar. 

Le guste o no a peronistas, kirchneristas y demás variantes del hoy Frente de Todos, fue Carlos Menem quien ordenó a la tropa detrás de su receta liberal en los años ´90. Una receta a la que se rindieron tanto aquellos antiguos revolucionarios como los militantes de cuño liberal. 

Las líneas internas estuvieron bien marcadas por entonces entre menemistas y renovadores que exponían diferencias constantemente sin romper filas y ejerciendo el disenso para buscar consensos. Una de las claras diferencias entre aquella situación y este presente caótico fue que Menem había sido elegido por los afiliados en elecciones libres y democráticas, como pocas veces se vivieron en el PJ, y no a dedo por líderes carismáticos. 

La estabilidad de aquel gobierno no sólo se debió a la economía marcada por la convertibilidad, en las filas internas tuvo la impronta pacificadora de aquel origen institucional democrático e indiscutible, gustara o no gustara. 

Carlos Menem, ordenó a la antigua izquierda peronista detrás las banderas liberales de los ´90

Así las cosas, tras la votación en Diputados, Alberto señaló que el acuerdo era una "decisión que había que tomar" y destacó que a nadie "hace feliz tener una deuda con el FMI".

"Quiero dar las gracias a todos los diputados que votaron acompañándonos con responsabilidad. Les pido reflexión a los que se abstuvieron; por ahí tienen dudas y podemos aclararlas. Tengo la tranquilidad de que hemos hecho el mejor acuerdo posible", había dicho. No obstante no hizo ninguna referencia a la hostilidad manifiesta hacia el acuerdo de su compañera de binomio presidencial y jefa.

La tensión política en la coalición gobernante se hace aún más intensa tras la  iracunda reacción de Cristina luego que su oficina en el Senado fuese uno de los tantos blancos del ataque a piedrazos –que destruyó ventanas del despacho de la vicepresidente por parte de manifestantes que se desprendieron de las agrupaciones de izquierda movilizadas contra del Fondo.

Con dos videos que la vicepresidenta posteó desde su cuenta de twitter –uno que se conoció en la mañana el viernes cuando ya se había aprobado en Diputados el proyecto de ley y el otro el lunes con imágenes en los que se observe a quienes arrojan piedras contra el Palacio del Congreso, se definió como víctima del ataque por su oposición al acuerdo con el FMI con directas críticas a Mauricio Macri al atribuirle haber contraído la deuda con ese organismo financieros internacional y velados cuestionamiento al gobierno de Alberto.

Las diferencias entre el núcleo duro del kirchnerismo y la Casa Rosada se fueron acrecentando en las últimas horas a partir de algunas recriminaciones que partieron desde algunas de las espadas de Cristina, como  Andrés “Cuervo” Larroque: “Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la vicepresidenta”, dijo.

Fernández quiso minimizar la grieta y mostrarse ayer -en la inauguración de la renovada estación Tortuguitas del ferrocarril Belgrano Norte en el partido de Malvinas Argentinas- con el presidente de la cámara baja, Sergio Massa y el gobernador bonaerense Axel Kiciloff, pero Massa faltó a la cita. Los intendentes también, ante el desconcierto reinante. 

El jueves se aprobaría el acuerdo con el Fondo, Cristina se evita el mal trago de votar

La grieta que no minimiza el presidente es la que tiene con la realidad ya que afirmó que era un "día de celebración" a pesar de conocerse por esas horas el alto índice de la inflación de febrero. Más allá de su ficticia euforia, se especula con una ruptura real de ese frente interno que ya no tiene retorno y algunos observadores hasta ven la posibilidad de fórmulas divididas para 2023.

MUCHO MÁS DE LO MISMO
En todo caso, en la práctica, el presidente repite las viejas fórmulas; más impuestos; más retenciones a las exportaciones. Y para mostrar que ante todo la terquedad, el kirchnerismo puro también aportó lo suyo: un nuevo aporte "solidario" obligatorio que obre como revolucionaria transferencia de riquezas.

El diputado nacional Pablo Carro (Frente de Todos – Córdoba) presentó este martes un proyecto de ley de Aporte Solidario y Temporario para mitigar el Impacto del Endeudamiento con el FMI. Tal es la denominación de una iniciativa que tiene una decena de artículos prevé que sea abonado por las personas más ricas de la Argentina por el término de diez años.

Esto es, sería pagado por aquellos argentinos que poseen las mayores fortunas, con patrimonios declarados superiores a 320 millones de pesos.

El dipusindical considera necesario este aporte por la necesidad de “garantizar que el peso del endeudamiento no recaiga -otra vez- sobre las y los trabajadores, sobre las y los jubilados”.

Martín Guzmán en el Senado. La oposición aprueba el financiamiento pero no el acuerdo, es decir su plan económico

LA OPOSICIÓN SE UNIÓ EN EL VOTO
La sensata fórmula hallada para votar el financiamiento de la deuda en Diputados -sin tener por eso que votar el plan económico del gobierno- no solo permitió que el gobierno pueda contar con los votos para aprobar el acuerdo sino que resultó un elemento conciliador para el bloque de Juntos que exhibió desde diciembre enfrentamientos y fuertes debates entre sus socios, de los cuales los peores fueron filas adentro del PRO y de la UCR. 

Fuentes muy confiables del bloque radical confiaron a MININGPRESS que el presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales, tiene la mira puesta en alcanzar la unidad interna de la UCR y en "traer de vuelta a los 12", en referencia al sub bloque "UCR Evolución",  los diputados liderados por Rodrigo De Loredo que en diciembre se escindieron del bloque que conduce Mario Negri, por eso ya participó de una reunión de su bancada en Diputados y repetirá la visita.  

Gerardo Morales, presidente de la UCR, intenta reunificar al bloque en Diputados

No será tarea sencilla teniendo en cuenta la interna que ya se ha abierto en las filas radicales - tan afectos a las mismas - para la pre-candidatura presidencial a jugarse en 2023. Y, más allá de estos fines, al vedetismo propio de ciertas figuras con fuerte personalidad que se han incorporado y buscan su promoción. 

EL JUEVES SE APRUEBA
El trámite en el Senado marcha con celeridad. El lunes ingresó el proyecto y el martes tuvo dictámen de comisión, para tratarse el jueves debería habilitarse con dos tercios de los presentes ya que no se cumplen los tiempos reglamentarios. 

El jefe del bloque radical en el Senado, Luis Naidenoff, aclaró este martes que desde Juntos por el Cambio “no tenemos la decisión tomada si es que vamos habilitar o no los dos tercios” para poder tratar sobre tablas el proyecto del acuerdo con el FMI en sesión este jueves pero la cuestión va a definirse hoy.

Si bien el anuncio de nuevas retenciones al campo volvió a encender los ánimos en la oposición, se descarta que esto impida el voto al financiamiento de la deuda. El formoseño aseguró que el acuerdo alcanzado en Diputados “prácticamente fue articulado por Juntos por el Cambio” y “no hay nada que pueda indicar no acompañar la media sanción que fue introducida por nuestro espacio”.

A instancias de la oposición, el oficialismo debió retirar del proyecto el artículo que hacía referencia al programa económico de Martín Guzmán y solo habilitar la autorización al Poder Ejecutivo para que refinancie la deuda.

De acuerdo al conteo de voluntades que realizó EL PARLAMENTARIO el acuerdo con el Fondo contaría con el apoyo del 80% del Senado y tiene un respaldo holgado de los dos tercios.

"La segunda jornada de tratamiento del proyecto aprobado en la madrugada del viernes pasado por la Cámara Baja fue un mero trámite en el seno de la Comisión de Presupuesto del Senado que conduce el riojano Ricardo Guerra", se informa en el portal de la publicación especializada. El formoseño oficalista José Mayans,  pudo recabar el voto unánime de los 17 senadores de la comisión de Prespuesto que preside. Dos senadoras del oficialismo firmaron en disidencia, la bonaerense Juliana Di Tullio y la santacruceña Ana María Ianni.

LOS VOTOS DE UNOS Y OTROS
Siempre según EL PARLAMENTARIO, el Frente de Todos aportaría unos 22 votos a favor y 13 negativos (o ausencias) como máximo. 

Se descuenta el voto favorable al acuerdo de los senadores Guillermo Andrada (Catamarca), Daniel Bensusán (La Pampa), Maurice Closs (Misiones), Lucía Corpacci (Catamarca), Carlos “Camau” Espínola (Corrientes), María Teresa González (Formosa), Ricardo Guerra (La Rioja), Edgardo Kueider (Entre Ríos), Sergio “Oso” Leavy (Salta), Claudia Abdala de Zamora (Santiago del Estero), Marcelo Lewandowski (Santa Fe), Carlos Linares (Chubut), Cristina López Valverde (San Juan), José Mayans (Formosa), Sandra Mariela Mendoza (Tucumán), Gerardo Montenegro (Santiago del Estero), José Neder (Santiago del Estero), José Antonio Rodas (Chaco), Guillermo Snopek (Jujuy), José Rubén Uñac (San Juan) y Pablo Yedlin (Tucumán). Habría que sumar también al puntano Adolfo Rodríguez Saá, enemistado con su hermano gobernador, cuyos diputados no votaron el acuerdo.

En contra, más no necesariamente votando así -tal vez absteniéndose-, habrá que considerar a la puntana María Eugenia Catalfamo, a Juliana Di Tullio ya los camporistas Martín Doñate (Río Negro), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Mariano Recalde (CABA) y Matías Rodríguez (Tierra del Fuego). 

También por supuesto a Oscar Parrilli (Neuquén), a su comprovinciana Silvia Sapag, muy cercana a la vicepresidenta; a la santacruceña Ana María Ianni, a la fueguina María Eugenia Duré y la chaqueña María Inés Pilatti Vergara. También la salteña Nora del Valle Giménez reveló días pasado un rechazo al acuerdo con el Fondo que veremos si se traduce en el mismo sentido al a hora de votar, y probablemente no apoye el acuerdo Silvina García Larraburu, muy cercana a la vicepresidenta, aunque algunas veces ha tomado distancia en temas como el aborto cuando se debatió en 2018. Di Tullio y Ana Ianni firmaron este martes el dictamen, pero lo hicieron en disidencia, lo que podría prever como la posibilidad de abstención.

El bloque de senadores del Frente de Todos, sólo se ponen de acuerdo para la foto

En ese caso, suponiendo una votación unificada del interbloque JxC, más el respaldo de Alberto Weretilneck, la misionera Magdalena Solari Quintana, la riojana Clara Vega y la cordobesa Alejandra Vigo, el aval al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional podría salir con un total de 59 votos sobre 72. A propósito de la riojana Vega, el domingo anunció que estaba reuniéndose con especialistas para definir su postura sobre el tema. Y difundió una foto que debe haber causado inquietud en el oficialismo: junto a Alejandro Olmos, un encendido crítico del tema de la deuda externa.