El índice S&P 500 ha perdido en lo que va de año casi un 8%, el Dow Jones un 5% y el Nasdaq casi un 12%
ANA B. NIETO
Después de dos años de subidas y récords en los índices de Wall Street, en 2022 el rojo está protagonizando buena parte de los cierres de unos mercados que acumulan ya importantes pérdidas.
Más aún, el descalabro de empresas de tecnología, lideradas por la Plataforma Meta (antes conocida como Facebook) y otras empresas de fuerte crecimiento ha hecho que a finales de enero el S&P 500 cotizara por debajo de las proyecciones de ganancias para los próximos 12 meses que tenía con respecto al inicio del año. Se pasó de un múltiplo de 21.5 a 19.3, según datos de FactSet, en apenas un mes.
Con estas rebajas de valoraciones emergen atractivas oportunidades de inversión que no se ven desde hace dos años. Sin embargo el dinero se muestra cauto y titubeante ante un momento lleno de incertidumbres y volatilidad. ¿Por qué?, por las interrogantes sobre el ritmo en el endurecimiento de la política monetaria por parte de la FED dada la fuerte subida de la inflación.
A eso se le suma el conflicto en Ucrania y su efecto en la economía, especialmente su impacto en el precio de materias primas como el gas y el petróleo.
S&P Oil & Gas Exploration & Production Select Industry Index
ADIÓS AL DINERO "GRATIS"
Buena parte de las subidas de la bolsa de los últimos dos años tienen mucho que ver con el hecho de que para contener la crisis derivada de la pandemia de la COVID la autoridad monetaria pusiera en marcha una batería de medidas de estímulo en la primavera de 2020.
Las rebajas de tasas de interés al 0%-0.25% y la inyección de liquidez con la compra de bonos del tesoro y deuda hipotecaria titulada (el llamado QE, quantitative easing) permitieron mucha comodidad a los inversores para apostar incluso por valores de alto riesgo.
La mejora de la economía, sobre todo en 2021, ha permitido que estas apuestas se vieran posteriormente validadas en fuertes ganancias de las empresas, especialmente comparadas con los resultados de un mal año anterior dominado por los cierres de actividad a causa de la pandemia.
Y este entramado tiene que desmontarse, no solo porque la emergencia de la pandemia se haya reducido, sino por la fuerte subida de la inflación. Actualmente esta es un 7.5% superior a la de enero del año pasado.
La inflación subyacente (a la que se resta el precio más volátil de los alimentos y de la energía) es del 6% y está haciendo barajar a muchos analistas que la Fed suba las tasas de interés entre cinco o seis veces este año y que la primera pueda ser de 50 puntos básicos (o 0.5 puntos porcentuales) en vez de un 0.25%.
El martes se conoció que los precios de los productores (PPI) subieron un 1% en enero lo que deja el aumento interanual en el 9.7%, un récord que además duplica las estimaciones de los analistas. Es una subida que llegará a las empresas en forma de mayores costos y los consumidores que pagarán precios más altos.
OBSESIÓN POR LA INFLACIÓN Y MENOS GANANCIAS
FactSet ha analizado las conferencias con analistas y encontrado que de las 337 del S&P 500 que habían presentado resultados desde mediados de diciembre hasta el 10 de febrero, 246 han citado la palabra inflación. Se espera que cuando acabe la temporada de presentación de cuentas suba esta cifra.
En su nota a inversores el analista de FactSet, James Butters, explica que la estimación de ganancias netas para el primer trimestre y el año están ligeramente por debajo de lo calculado hace apenas mes y medio.
Ante semejante evidencia y las posibilidades del aumento del precio de la energía dada la situación en Ucrania, Barclays explicaba el14 de febrero a sus clientes que los bancos centrales “se han visto obligados a abandonar su narrativa de que la inflación es transitoria y ahora se preparan para un alza mucho más anticipada”.
El presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, James Bullard, ha reiterado que espera una acción decisiva para empezar.
Ademá, explicó que la FED debería tener las tasas al 1% en julio y es algo de lo que tratará de convencer a los otros miembros de la autoridad monetaria. No le va a ser fácil porque hay un cierto consenso en que estas medidas rápidas pueden ser desestabilizadoras.
Si las subidas de tasas, dejan a los inversores algo fríos pese a las oportunidades, los efectos de lo que pueda hacer la FED al deshacer un balance que es de unos US$ 9 billones son una interrogante.
David Kotok, presidente y jefe de estrategia de Cumberland Advisors resumía su sentimiento en apenas un párrafo en una comunicación con clientes.
“Las preguntas sobre las tasas de interés son: 1. ¿Cuánto las subirán? 2. ¿Cómo de rápido? y 3. el mayor misterio, ¿cómo afectará la reducción del balance de la Fed a los mercados y la estabilidad financiera?. Las respuestas: 1. No sabemos. 2 No sabemos. 3. Realmente, de verdad, no sabemos”.