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ENERGÍA
La CE propone gas natural y nuclear como "verdes". Rechazos en la UE
DIARIOS/ENERNEWS

Polémica por borrador a 2025. En todo caso que sean "ámbar", dicen países críticos

03/01/2022

La Comisión Europea planteará que el gas natural y la nuclear se puedan incluir en su listado de "energías verdes", el organismo presidido por Ursula von der Leyen ha lanzado su propuesta para modificar la clasificación de energías que se consideran sostenibles desde un punto de vista medioambiental.

El texto de Bruselas, todavía en fase de borrador, incluye las centrales nucleares que ya están en marcha y las que se construyan al menos hasta 2045, al igual que las plantas de generación de electricidad con gas, que gozarán del mismo reconocimiento hasta 2030.

El denominado reglamento de la taxonomía verde tiene como objetivo guiar las decisiones de inversión sostenible de las empresas y de los inversores mediante un sistema de etiquetado de actividades y sectores económicos considerados ambientalmente sostenibles a efectos de contribuir a la reducción de CO2, metano y otros gases causantes del cambio climático.

La propuesta plantea dar la calificación de "verde" a los proyectos que sustituyan al carbón y emitan hasta 270 gramos de CO2 por kw/h, según el borrador, al que ha tenido acceso la agencia de noticias Bloomberg. Con esta calificación se podrían obtener licencias de construcción hasta 2030, siempre que exista un plan para cambiar a energía renovable o de bajas emisiones antes de finales de 2035.

España, Alemania y Austria han reiterado ya su oposición frontal a la propuesta de Bruselas por considerar que se trata de un paso atrás en la política medioambiental defendida hasta el momento por la Unión Europea de cara a lograr la descarbonización de la economía en 2050.

 Para lograrlo  deberán cumplir una serie de requisitos: disponer de un plan, fondos y un espacio para la eliminación de desechos radiactivos de manera segura. Para que se las puedan considerar ecológicas, las nuevas plantas también deberán ajustarse a un calendario: su permiso de construcción deberá expedirse a lo largo de las dos próximas décadas, antes de 2045.

Las inversiones destinadas a plantas de energía de gas se considerarían “ecológicas” siempre y cuando se ajusten a la pauta de que sus emisiones sean inferiores a 270 g de CO2 equivalente por kilovatio hora (kWh) y una serie de criterios: reemplazar una planta de combustibles fósiles más contaminante y recibir un permiso de construcción que, en su caso, deberá ser anterior a finales de 2030. Al igual que la energía nuclear, se consideraría una actividad “de transición”, publicó Xataka

ALEMANIA, ESPAÑA Y AUSTRIA SE OPONEN

Según informó El País, la propuesta de la Comisión busca un compromiso entre los dos bandos al incorporar ambas fuentes de energía, pero con el riesgo de arruinar la credibilidad de una taxonomía que aspiraba a convertirse en un referente mundial.

El malestar en el seno del Ejecutivo comunitario es de tal magnitud que la presidenta del organismo, Ursula von der Leyen (foto), asumió la tutela del proyecto. Sin embargo, no logró aprobarlo el año pasado como estaba previsto.

Biografía de Ursula von der Leyen: presidenta de la Comisión de la UE

Von der Leyen solo ha podido lanzar su propuesta en la última noche del año, pero únicamente para someterla a consultas e intentar aprobarla —si no hay una revuelta en contra— a mediados de enero. Desde ese momento, el proyecto pasaría a deliberación por parte del Consejo (en el que se sientan los 27 gobiernos), donde será aprobada salvo que una mayoría cualificada de los Estados se pronuncie en contra.

La presidenta de la Comisión ha buscado contentar tanto a los partidarios de la nuclear como a los del gas, lo que podría neutralizar la resistencia y facilitar la aprobación de la nueva clasificación.

Pero la partida, de momento, no parece ganada del todo. El vicecanciller y ministro alemán de Economía y Protección del clima, el ecologista Robert Habeck, se ha apresurado a expresar su disgusto con la propuesta de la Comisión.

“Etiquetar la energía nuclear como sostenible es un error con esta tecnología de alto riesgo”, ha señalado el vicecandiller del gobierno de coalición liderado por los socialistas. Habeck también ve “cuestionable” la inclusión del gas en la taxonomía. Y defiende que la apuesta para la transición energética debe centrarse en “construir la infraestructura necesaria e impulsar la producción de hidrógeno”.

“Cualquiera que diga que podemos conseguir cumplir los objetivos del Pacto Verde para 2050 sin energía nuclear, no está viendo la verdad porque las cifras están aquí”, señalaba, en cambio, el comisario europeo de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, en una reciente entrevista con EL PAÍS y un reducido grupo de medios europeos.

El comisario insistía en que se necesita, “sin duda, una clasificación que ayude a canalizar la financiación adecuada, también hacia la energía nuclear, para asegurar el llegar [a los objetivos de reducción de emisiones]”. Breton se abría a conceder similar reconocimiento al gas, en aras de facilitar el visto bueno de Alemania. “Estoy empujando, en la discusión de la Comisión, para tener esta clasificación que englobará tanto la nuclear como el gas”, apuntaba el político francés.

Efectivamente, el proyecto para enmendar la taxonomía reconoce a la energía nuclear y al gas como fuentes de generación de electricidad bajas en emisiones de carbono y para las que no hay una alternativa ni tecnológica ni económicamente viable. El proyecto legal señala que “al proporcionar una fuente estable de suministro de energía, la energía nuclear facilita el despliegue de fuentes renovables intermitentes y no daña su desarrollo”.

El texto fija los criterios técnicos que deberán cumplir las centrales nucleares para ser aceptadas como verdes. Y dado el largo plazo con que se gestiona la inversión en ese sector, se ofrece la etiqueta de verde a las centrales cuyo permiso de construcción se expida antes de 2045.

En el caso del gas, la etiqueta verde se concederá a las plantas en funcionamiento que emitan menos de 100 gramos de dióxido de carbono (CO₂) por kilovatio hora. El umbral es mayor (270 gramos de CO₂ por kWh) para las de nueva construcción, pero siempre supeditada a que la producción no pueda cubrirse con fuentes renovables y que la planta se utilice para sustituir otra fuente de generación con mayor nivel de emisiones.

España ha reiterado este domingo su rechazo a la propuesta de la Comisión Europea (CE) de incluir a la energía nuclear y la generación por gas natural en la tabla de clasificación de opciones verdes en el marco comunitario, algo que supondría "un paso atrás" y "una señal errónea" para los mercados financieros.


Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, tras un Consejo de Ministros.

En respuesta al borrador de propuesta de taxonomía verde de la CE, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha recalcado que "independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles”.

La vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que también ha instado a la Comisión Europea (CE) a "reconsiderar" la propuesta de clasificar como "verde" la inversión en ciertos proyectos de energía nuclear o de gas natural.

"Europa todavía tiene la oportunidad de reconsiderar esta decisión para evitar alejarse de la evidencia científica y la demanda social", ha subrayado a través de la red social Twitter.  En este sentido, Díaz ha apelado a "la responsabilidad política de perseguir un Green Deal transformador y ambicioso para la ciudadanía europea".

"Como estos planes se pongan en marcha tal y como están redactados, vamos a denunciarlos", ha avisado la ministra austriaca para Acción Climática, Leonore Gewessler, en su cuenta de Twitter.

Los partidarios de la medida creen que las plantas de gas son más limpias que las de carbón y que la energía nuclear no emite gases de efecto invernadero, pero los críticos de la propuesta entienden que las emisiones no son lo suficientemente inocuas como para ser calificadas como tal.

Gewessler ha acusado a la Comisión Europea de hacer un "lavado de cara" y asegurado que "la energía nuclear es peligrosa y en modo alguno representa una solución en la lucha contra la crisis climática".

También el líder adjunto de los Socialdemócratas en el Parlamento alemán, Matthias Miersch, ha declarado que "Alemania debería agotar todas las posibilidades a la hora de evitar la promoción de esta tecnología a nivel europeo" porque "la energía nuclear es insostenible y no tiene sentido, desde un punto de vista económico", dado el coste del almacenamiento de residuos y de la incapacidad para financiar nuevas plantas sin "enormes subsidios de por medio".

Según recopiló RTVE, La ONG Greenpeace se ha mostrado en contra de lo anunciado por Bruselas. "Promover estas formas de energía tóxica y costosa durante las próximas décadas es una amenaza real para la transición energética de Europa", ha manifestado la directora de programas de la sección europea de Greenpeace, Magda Stoczkiewicz, en un comunicado.

Stoczkiewicz ha asegurado que la medida es "una licencia para un lavado de imagen verde", ya que "las empresas contaminantes estarán encantadas de tener el sello de aprobación de la UE para atraer dinero y seguir destruyendo el planeta, quemando combustibles fósiles y residuos radioactivos".

También el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha emitido este sábado un comunicado mostrando su "preocupación" con la propuesta y con que la Comisión haya establecido el próximo 12 de enero como la fecha límite para que los países de la UE y los expertos de la Plataforma de Finanzas Sostenibles planteen sus observaciones a una medida que calificó de "compleja y controvertida".


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