Las colocaciones en bancos están exentas del gravamen desde su origen en 1991. Sin embargo, el dinero en efectivo que se declare sí está alcanzado. ¿Qué se puede hacer hasta fin de año?
PABLO WENDE
Los ahorristas que se asustaron con los rumores y optaron por retirar sus depósitos en dólares se enfrentan con otro problema, el impositivo. Sucede que el dinero que sale del banco automáticamente pasa a pagar el impuesto a los Bienes Personales, que en el caso de tratarse de fondos que permanecen en la Argentina pagan una alícuota que puede llegar hasta el 1,25% anual.
En noviembre salieron casi US$ 1.000 millones, aunque la tendencia se aceleró fuerte en las últimas jornadas del mes, luego de rumores infundados que mencionaban la posibilidad de una pesificación de los mismos. El propio Banco Central aclaró que la norma que obligaba a vender dólares regía exclusivamente para el patrimonio computable de los bancos y no para los depósitos de los ahorristas.
Sacar dinero del banco, tanto pesos como dólares, implica automáticamente perder la exención de Bienes Personales, aunque todo depende de la “foto” al 31 de diciembre. Es decir si el ahorrista que retiro el dinero lo vuelve a depositar, entonces recupera la exención.
La otra posibilidad es que lo consuma, pero si se trata de montos significativos es casi imposible conseguirlo. Por otra parte, la AFIP -a cargo de Mercedes Marcó del Pont- podría objetar un depósito en dólares efectuado el 28 de diciembre si luego se retira los primeros días de enero, en lo que podría considerar una clara maniobra de elusión fiscal.
El tributarista César Litvin advirtió que aún no se aprobó el proyecto de ley que establece un aumento del mínimo no imponible del impuesto. “El Senado le dio media sanción al cambio de $ 2 millones a $ 6 millones y aún resta que lo trate Diputados. Pero aún en el caso de que se tripliquen los valores para su aplicación, igual seguiría muy lejos del nivel original que se dispuso en 1991, que era de US$ 102.300″.
Al tipo de cambio libre, si se aplicaran los nuevos valores, quienes posean un patrimonio superior a los 30.000 dólares deberán pagar el gravamen.
El aliciente para los contribuyentes que tengan que pagar el impuesto incluyendo su tenencia de dólares físicos es que se aplica el tipo de cambio oficial, es decir apenas por encima de los 100 pesos por dólar. Por lo tanto, la brecha entre el oficial y el tipo de cambio en el mercado libre juega a favor del contribuyente, que en la prácticamente terminará pagando la mitad de pesos que correspondería.
Esta exención impositiva provoca que muchos ahorristas opten por efectuar colocaciones en dólares en estas últimas semanas del año para aprovechar y no pagar el tributo, al menos por lo que está depositado en moneda dura.
Un proyecto de ley del oficialismo había impulsado la iniciativa de solicitar una permanencia mínima de nueve meses para ese depósito en el banco para conseguir la exención. Pero levantó fuerte polémica y el proyecto fue retirado del Congreso.
Litvin también señala que “el proyecto de Presupuesto 2022 también mantiene la alícuota diferencial más alta de Bienes Personales para tenencias en el exterior, algo que ya se aplica hace dos años”.
Puntualmente, los fondos depositados en el extranjero pagan una alícuota creciente que va del 0,7% al 2,25%, o sea hasta un punto más en relación a los bienes en Argentina. Eso significa que al traer esos fondos del exterior a una cuenta local quedarían automáticamente exentos del impuesto.
Para eso deberían efectuar una repatriación de fondos desde una cuenta propia a otra cuenta local, algo que se volvió sumamente engorroso a partir de las nuevas disposiciones del Banco Central y la Comisión Nacional de Valores.
El ahorrista no tiene otro remedio que elegir, por lo tanto, entre dos opciones: quedar sujeto al riesgo del sistema financiero o bien engrosar su patrimonio computable para el pago de Bienes Personales. Además, tendrá que pagar una caja de seguridad para guardar el dinero o bien dejarlo en su domicilio, con todos los riesgos que eso significa.
Tanto el Banco Central como las entidades indicaron en reiteradas oportunidades que la liquidez de los depósitos en dólares se encuentra en valores sumamente altos. Por un lado, una buena porción está directamente encajada en el propio BCRA como resguardo y lo que está prestado es a cortísimo plazo, bajo la modalidad de prefinanciación de exportaciones.
La poca utilización que le dan los bancos a las colocaciones en dólares de los ahorristas y la obligación de mantenerse líquidos es lo que provoca que las tasas de interés se mantengan en niveles mínimos a pesar de los retiros. La mayoría de las entidades apenas pagan entre 0,5% y 1% anual por colocaciones en dólares, que compara contra una inflación de más de 6% anual en Estados Unidos.