Advierten por una "batalla campal" por el metal en las aguas amazónicas
Una fiebre del oro ha reunido cientos de balsas de dragado de mineros ilegales en el río Madeira, un importante afluente del Amazonas, mientras autoridades estatales y federales discuten quién es responsable de detenerlas.
Las balsas equipadas con bombas están amarradas juntas en líneas que se extienden a través del vasto Madeira. "Hemos contado no menos de 300 balsas. Llevan allí al menos dos semanas y el Gobierno no ha hecho nada", dijo el activista de Greenpeace Brasil Danicley Aguiar.
Las balsas de dragado han flotado río abajo desde la zona de Humaitá, donde ha habido un aumento de la extracción ilegal de oro, y fueron vistas por última vez a unos 650 kilómetros de distancia en Autazes, un distrito municipal al sureste de Manaos, según informó Reuters.
Un portavoz de la agencia brasileña de protección del medio ambiente, Ibama, dijo que el dragado ilegal en el río Madeira no era responsabilidad del gobierno federal, sino del estado de Amazonas y su agencia medioambiental IPAAM.
El Madeira fluye unos 3.300 kilómetros desde su fuente en Bolivia a través de la selva tropical en Brasil y en el río Amazonas.
El jefe del IPAAM, Juliano Valente, dijo que su agencia ha dado instrucciones a las fuerzas de seguridad del Estado para que actúen, pero insistió en que el río es jurisdicción federal y que, por tanto, la aplicación de la ley debe corresponder a la policía federal y a la Agencia Nacional de Minería (ANM).
La policía federal y la ANM no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
"Es una batalla campal. Ninguna de las autoridades está haciendo nada para detener la minería ilegal, que se ha convertido en una epidemia en la Amazonia", dijo Aguiar.
La fiebre del oro comenzó cuando los líderes mundiales se reunían en una conferencia de Naciones Unidas sobre el clima en Glasgow (COP26), donde Brasil prometió intensificar la protección de la selva amazónica.
Sin embargo, el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro ha debilitado la aplicación de la normativa medioambiental desde que asumió el cargo en 2019, haciendo la vista gorda ante las invasiones de tierras públicas e indígenas protegidas por parte de madereros ilegales, rancheros y mineros ilegales de oro.
EL OPERATIVO DEL GOBIERNO
El gobierno brasileño confirmó que lanzará un operativo para desalojar a cientos de embarcaciones ilegales de dragado que avanzan en busca de oro por el río Madeira, en la Amazonía, una actividad que vinculó al narcotráfico.
"La Polícia Federal y la Marina ya se están preparando para actuar", anunció el vicepresidente Hamilton Mourao ante periodistas en Brasilia.
La operación incluye además al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovable (Ibama), confirmó el organismo a la AFP.
La Policía Federal no dio detalles sobre cuándo y cómo serán estas acciones, ante el riesgo de reacciones violentas, según la prensa local. El miércoles, el diario Estadao difundió audios atribuidos a mineros ilegales que hablaban de rechazar los controles con un "paredón" de balsas.
El Ministerio Público Federal (MPF, fiscalía) recomendó en la víspera una acción urgente y coordinada de distintos órganos y fuerzas, incluyendo al ejército y a la policía, para detener la actividad ilícita en el estado de Amazonas (noroeste).
Mourao, presidente del Consejo Nacional de la Amazonía Legal, órgano responsable por la protección y desarrollo de la región, estimó que las actividades de extracción clandestinas cuentan con el apoyo de traficantes, que buscan proteger sus rutas.
"Una de las formas de mantenerlas es apoyando acciones de esta naturaleza", señaló en referencia a la minería ilegal, en declaraciones citadas por Estadao. "Si el oro se extrae ilegalmente, es un activo que pueden canjear por drogas", añadió.
Un sobrevuelo de Greenpeace el martes reveló la presencia de unas 300 balsas dedicadas a la extracción ilegal en el afluente del río Amazonas, aunque el número podría ser mayor, indicaron en la organización.
La actividad clandestina, que es de conocimiento público, se intensificó en los últimos 15 días, tras rumores de un supuesto descubrimiento de oro que pobló el cauce a la altura del municipio de Autazes, a unos 100 kilómetros de Manaos, capital del estado de Amazonas, denunció Greenpeace.
Las imágenes muestran "el desarrollo de un crimen a la luz del día, sin la menor restricción. Todo, por supuesto, con el aval del presidente (Jair) Bolsonaro, quien da la licencia política y moral para que los 'garimpeiros' (mineros ilegales) actúen", dijo en un comunicado Danicley Aguiar, portavoz de la campaña por la Amazonía de Greenpeace.
Según explicó, además de ser ilegal, la actividad contamina el río Madeira, que es el de mayor biodiversidad del mundo, con al menos 1.000 especies de peces identificadas.
Un informe de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) junto al Ministerio Público Federal reveló en julio pasado que solo el 34% de las 174 toneladas del oro explotado entre 2019 y 2020 en Brasil tiene origen legal comprobado.
El gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro es criticado por su política mediombiental, pese a comprometerse en la COP26 con metas más ambiciosas de reducción de gases de efecto invernadero y de eliminación de la deforestación ilegal.