Las empresas de exploración y producción en las Islas Malvinas también deben tener en cuenta la presión del gobierno argentino
El reciente anuncio de Harbour Energy de su retiro planificado del proyecto petrolero Sea Lion de US$ 1.800 millones en la cuenca costa afuera de North Falkland es sintomático de los recientes desarrollos en el sector de exploración y desarrollo, según GlobalData.
Muchas empresas de exploración y producción están reevaluando sus carteras tras la desaceleración del mercado el año pasado, afirmó el consultor.
“Agregue la presión política y las consideraciones ambientales, y obtendrá la situación que enfrentan las Malvinas", comentó Effuah Alleyne, analista senior de petróleo y gas upstream.
“El gobierno de las Islas Malvinas (FIG) se había comprometido completamente con el sector petrolero, pero desafortunadamente sus esfuerzos han llegado en un momento en el que las estrategias de inversión de las empresas de exploración y producción se centran en proyectos de bajo riesgo, alto margen y eficiencia de capital", agregó Alleyne.
"Con la tendencia de la industria hacia la transición energética y los proyectos con bajas emisiones de carbono, será un desafío para los nuevos mercados petroleros remotos", explicó el especialista.
Harbour Energy se formó en marzo a través de una fusión total entre el operador de Sea Lion, Premier Oil y Chrysaor Holdings. Se había proyectado que la fase 1 del desarrollo, con un precio del petróleo de equilibrio de US$ 39,50 / bbl, entraría en funcionamiento en 2025.
“La posible salida de Sea Lion de Harbour Energy puede causar más retrasos en el proyecto, lo que no será una buena noticia para la FIG. El gobierno continúa mostrando su compromiso con el proyecto, incluida la extensión de las licencias petroleras de la cuenca norte de las Falkland de Harbour Energy para incluir el área de descubrimiento de Sea Lion hasta el 1 de noviembre de 2022 sin compromisos de licencia adicionales", continuó Alleyne.
Las empresas de exploración y producción en las Islas Malvinas también deben tener en cuenta la presión del gobierno argentino, que reclama la soberanía del Reino Unido sobre las islas.