Las emisiones de gases de efecto invernadero de la región son relativamente bajos en comparación con otras regiones, según Moody's
A menos de dos semanas de que comience la 26° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las discusiones sobre el tema ocupan el centro de la mesa. La calificadora Moody´s Investors Service se encargó de analizar cuál es el desempeño de América Latina en esta cuestión.
A grandes rasgos, una de las conclusiones es que la mayoría de las economías más grandes de la región no tienen metas definidas para combatir el cambio climático y tampoco han promulgado una legislación específica de transición hacia las emisiones netas cero.
Esta tendencia da a entender que el diseño y la implementación de políticas gubernamentales para eliminar gradualmente las emisiones se demorarán más de la cuenta en América Latina.
En ese sentido, Chile es la gran excepción, ya que presentó un proyecto de ley para que el gobierno comience a gestionar la transición verde. Además, cabe destacar que Surinam es el primer país del continente en alcanzar las emisiones netas cero (y uno de los dos únicos en el mundo junto a Bután).
En defensa de esta falta de estrategia en la región, Moody´s destaca que uno de los motivos es que las emisiones de gases de efecto invernadero de América Latina son relativamente bajas en comparación con el resto del mundo.
Un ejemplo llamativo es Brasil, que a nivel internacional es ampliamente criticado por sus supuestas prácticas “anti-climáticas”. Sin embargo, pese a formar parte de las 10 economías más grandes del mundo, representa menos del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
En total, Brasil emite 476 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año, mientras que India y China emiten 2.500 millones y 9.800 millones, respectivamente. En este sentido, México, la segunda economía de América Latina, emite 490 millones.
Las buenas cifras brasileñas se deben a que el 83% de su energía es generada a partir de fuentes renovables, incluida la energía hidroeléctrica, la eólica y la biomasa. Esto le permite estar entre los 10 principales productores mundiales de energía renovable.
Pero el gigante sudamericano no es el único con buenas cifras. En Perú y Colombia, la energía producida a partir de fuentes renovables es de más del 60%, mientras que en Chile supera el 50%. En el caso de la Argentina, no llega al 30%.
Sin embargo, pese a la buena performance, las bajas emisiones pueden ser interpretadas por muchos gobiernos como una menor presión para acelerar la transición hacia las emisiones netas cero.
Por otra parte, otro tema destacado por Moody´s respecto al bajo nivel de emisiones es que el crecimiento en América Latina ha sido más lento que en otras regiones. Esto no permite que la clase media aumente y, por lo tanto, tampoco lo hace el consumo, la producción y la contaminación
Entre las industrias más contaminantes de la región se encuentran las del mineral de hierro y aluminio, aunque ninguna está entre las categorías de mayor riesgo a nivel mundial. Por otra parte, al igual que ocurre en los países desarrollados, los sectores industriales y de transporte representan la mayor parte de las emisiones de CO2 en América Latina.
África, la gran víctima del cambio climático
A través de su informe sobre el estado del clima en África, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que los glaciares orientales del continente desaparecerán literalmente en dos décadas, lo que provocará que 118 millones de africanos deban enfrentar sequías, inundaciones y extremas olas de calor.
Además, el documento explica que el cambio climático podría reducir la economía del continente 3% para mediados de siglo.
En ese sentido, 2020 fue el tercer año más cálido de África desde que se lleva a cabo la medición, registrando 0,86 grados Celsius por encima del promedio de las tres décadas previas a 2010.
“La rápida reducción de los últimos glaciares que quedan en África oriental, que se espera que se derritan por completo en un futuro próximo, indica la amenaza de un cambio irreversible en el sistema de la Tierra", dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
El informe sale a la luz poco tiempo después de que los países africanos exigieran que las naciones más ricas del mundo cumplan con su promesa de donar US$ 100.000 millones por año para combatir el cambio climático. La presión está relacionada con que Africa representa menos del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que los países del G20 producen más de las tres cuartas partes, aunque son los países en desarrollo quienes sufren las peores consecuencias.
Según las predicciones de la OMM, los tres campos de hielo de África tropical (el Kilimanjaro en Tanzania, el monte Kenia en Kenia y el Rwenzoris en Uganda) desaparecerán entonces durante la década de 2040.
Además, “para 2030, se estima que hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (que viven con menos de US$ 1,90 por día) estarán expuestas a sequías, inundaciones y calor extremo si no se implementan las medidas de respuesta adecuadas”.
El informe estimó que el África subsahariana necesitará gastar entre US$ 30.000 y US$ 50.000 millones, o entre el 2% y el 3% del PIB por año en adaptaciones para evitar resultados más nefastos.