El ambiente político, la nueva Constitución, los cambios tributarios que pueda empujar el gobierno que asuma en 2022 y un mercado de capitales más pequeño tras los sucesivos retiros de fondos de pensiones, ha hecho que abogados y asesores tributarios estén con una carga inusual de trabajo asesorando a clientes.

Y las cifras dan cuenta de ello. Por ejemplo, entre agosto y esta semana se han anunciado entrega de dividendos por unos US$ 3.000 millones, monto pocas veces visto en las empresas locales y con firmas como Vapores de los Luksic anunciado US$ 450 millones; Entel otros US$ 260 millones, Copec de la familia Angelini US$ 702 millones y Cencosud, de Paulamann otros US$ 800 millones.

¿Qué hacen con esos dineros? Aunque todos son negocios muy reservados, de algunos hay pistas. Los Cortés Solari, por ejemplo, accionistas de Falabella, vendieron la exportadora de fruta David del Curto a la estadounidense Hancock Natural Resource el año pasado y los recursos (más de US$ 100 millones) los invirtieron en propiedades en Miami.

Algo similar hizo el empresario Claudio Fischer, quien tras vender su participación en AquaChile, está invirtiendo alrededor de US$ 600 millones en edificios de oficinas y residenciales en Estados Unidos.

Pero no solo los grandes patrimonios están de salida. Clientes de riqueza media también han hecho movimientos. Uno de esos registros se aloja en la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

En el detalle de cuentas corrientes con saldo en moneda extranjera, el aumento en montos de dinero depositado así como el número de cuentas creadas ha crecido exponencialmente desde octubre de 2019.

Hasta antes del estallido social subía a tasas de 3% mensual, y con varios meses de retrocesos, pero solo en octubre de 2019 crecieron 15%, y desde entonces no ha parado de subir mes a mes.

Y además marca registros históricos: nunca desde que la CMF tiene registros (2012) había habido tantos chilenos personas naturales con cuenta corrientes en moneda extranjera.