El Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM) planteó una serie de dudas e interrogantes a propósito del Estudio de Impacto Socio Ambiental (EISA) del proyecto Josemaría.
En el documento adjunto a estas líneas, CADIM confeccionó una serie de observaciones y consultas a propósito de aspectos técnicos, entre ellos la característica y operación del futuro dique de colas, el alcance de los botaderos o escombreras, el consumo y la recuperación del agua, otras infraestructuras de la mina así como también aspectos prácticos de los monitoreos.
Los imputs de la entidad profesional que preside Francisco Almenzar se agregan a otros reparos surgidos tras la presentación de la EISA del proyecto del Grupo Lundin, en febrero pasado.
El gobierno de San Juan había sugerido públicamente que la Declaración de Impacto Ambiental estaría para octubre de este año, lo que fue descartado hace dos meses por la compañía minera. La nueva fecha aprobatoria posible se situaría para mediados de 2022.
Mientras tanto, diversas voces se han manifestado en torno al esperado proyecto de cobre sanjuanino. Por un lado, las técnicas como ésta de los ingenieros que demandan más precisiones. Por otro, los proveedores mineros locales que reclaman consultas previas y ecuanimidad en la elección de suministradores de bienes y servicios.
Mientras tanto, en un contacto con la prensa local, la empresa salió a aclarar la delicada cuestión hídrica, un aspecto critico en el ciclo seco que vive la provincia cuyana en sus dos cuencas, el río Jáchal (donde estará Josemaría) y el río San Juan. hacia el Sur, sobre cuyos territorios de afluentes se proyectan otras minas de cobre en la provincia.
En esos contactos, Josemaría Resources destacó que todavía no están despejadas las incógintas fiscales y cambiarias de la Argentina para que pueda liberarse la inversión necesaria.