Europa puede pagar caro su dependencia energética en lo que a gas se refiere. El coste de los derechos de emisión se dispara ante el mayor uso de carbón
Los precios del gas natural están disparados. A la fuerte demanda que se ha venido registrando en los últimos meses se han unido algunos problemas inesperados en la oferta que están generando una suerte de tormenta perfecta, a la que se le unen otros factores que están llevando el precio de la electricidad a máximos históricos en toda Europa.
Europa se enfrenta a un choque de precios de la energía a medida que el coste del gas natural y la electricidad aumentan. La crisis en el suministro de gas está disparando el coste de producir energía en Europa: desde el Reino Unido hasta España los precios no paran de marcar máximos, justo cuando las empresas vuelven a abrir y los trabajadores regresan a la oficina (más movilidad y transporte), lo que está incrementando aún más la demanda.
Los expertos de la agencia financiera Bloomberg aseguran que este aumento de los precios está alimentando la inflación y amenaza con detener la recuperación económica, puesto el la factura eléctrica reduce el presupuesto para otras compras de las familias y dispara los costes de las industrias intensivas en energía, que van desde las dedicadas a los fertilizantes hasta el acero. Este fenómeno genera un bucle que presiona al alza el precio de casi todo.
Si la energía es más cara, los productores tendrán que subir los precios de sus fertilizantes, lo que a su vez afectará a los agricultores, que elevarán el precio de frutas, verduras, hortalizas, cereales... hasta llegar al consumidor, cuyo bolsillo ya está agujereado por la factura de la electricidad.
La crisis del gas natural
Uno de los factores más relevantes en esta crisis tiene nombre y apellido: gas natural. Los precios en el mercado de gas natural han alcanzado máximos de varios años y la situación energética para Europa se está complicando, aseguran desde Julius Baer.
"El fuerte repunte de la economía mundial combinado con un cambio hacia el gas natural por razones ambientales está llevando a los mercados a sus límites de capacidad, con cortes en la producción en América del Norte y Europa que están llevando al mercado al límite".
"El huracán Ida ha afectado a la producción de gas natural en un momento en el que EE.UU. ya estaba experimentando precios más altos debido al crecimiento de las exportaciones, un fuerte consumo interno de gas natural y una producción de gas natural relativamente plana", asegura Steve Nalley, directivo de la Agencia de la Energía de EE.UU. (EIA por sus siglas en inglés) en una nota.
"La producción perdida por la tormenta junto a estas condiciones actuales del mercado ha limitado nuestra capacidad para acumular inventarios de gas natural, por lo que esperamos que se mantengan los precios más altos en el corto plazo de lo que habíamos pensado", asegura el experto de la EIA.
"El problema ni siquiera ha comenzado todavía", asegura Julien Hoarau, director de EnergyScan, la unidad de análisis de la eléctrica francesa Engie. "Europa se enfrentará a un invierno muy duro", sentencia este experto en declaraciones a Bloomberg. Los mercados internacionales están que 'arden' y Europa necesita importar gas. La producción del campo de gas natural más grande de Europa (Groningen) en Países Bajos está cerca de detenerse, mientras que las interrupciones en la producción en el Mar del Norte y el Golfo de México (por huracanes) están tensando los mercados internacionales.
Los futuros de gas europeos de referencia negociados en los Países Bajos están alcanzando cifras inimaginables, al igual que los precios del Reino Unido. El precio del gas natural hoy se puede comparar con el del petróleo cuando superaba los 100 dólares el barril. La energía a corto plazo en Reino Unido ha alcanzado también máximos históricos, pero esta tendencia está afectando a toda Europa.
El clima cálido y la escasa fuerza del viento están frenando la producción de energía renovable, impulsando el uso de generación alimentada con combustibles fósiles (también carbón) y haciendo subir el precio del carbón más del 70% en Europa este año. Todo eso elevó el costo de la contaminación en Europa al más alto de la historia.
Los expertos de Bloomberg aseguran que Europa se enfrenta a una escasez de gas después de un invierno duro que ha dejado los instalaciones de almacenamiento 'tiritando'. Ahora, las empresas intentan acumular inventarios, pero no está siendo nada fácil. El principal proveedor, Rusia, está limitando los flujos en un momento en que Asia está 'cogiendo al vuelo' los cargamentos de gas natural licuado que de otro modo podrían dirigirse a Europa.
"Un mercado fuera de control"
"Parece como si el mercado energético, incluido el gas natural, los precios de la energía y los derechos de emisión de carbono, estuvieran fuera de control. Los precios aparentemente se mantienen en un fuerte movimiento alcista rebasando máximos de varios años o nuevos niveles récord, como en Europa", aseguran los expertos de Julius Baer.
Estas turbulencias son la consecuencia de algunos factores que se han subestimado (una transición energética acelerada), de dinámicas imprevistas, pero también, en cierta medida, es culpa de un mercado que ha estado muy relajado.
El rápido repunte de la economía mundial, combinado con un cambio al gas natural por razones ambientales, ha llevado a las complejas cadenas de suministro a sus límites de capacidad. La demanda de importaciones de gas natural licuado es alta, explican desde el banco suizo.
A medida que la demanda supera a la oferta de las energías más limpias, la generación se desplaza hacia combustibles alternativos como el carbón, lo que también provoca problemas en ese mercado, amplificando el rebote en los derechos de emisión de carbono en Europa que escasean ante la necesidad de cubrir las emisiones adicionales.
Europa sufre la tormenta
"El mercado europeo parece ser el lugar que sufre con mayor intensidad estas dinámicas globales, sobre todo dada la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles. En los últimos días, las interrupciones temporales del suministro relacionadas con los huracanes y los cortes en el Mar del Norte han agravado la tensión y las preocupaciones sobre los inventarios de combustibles ante la llegada del invierno", sostienen los expertos de Julius Baer.
"Si tenemos un evento meteorológico extremo, no me sorprendería que los precios al contado alcancen los tres dígitos", asegura Hoarau.
Los ejecutivos del gigante italiano de servicios públicos Enel SpA y de la empresa austriaca de petróleo y gas OMV ya han advertido sobre la llegada de un invierno difícil. Los precios del gas y la electricidad en Europa podrían traducirse en un aumento del 20% en la factura para los consumidores minoristas europeos, según Citigroup.
"El fantasma de la pobreza energética puede caer rápidamente en toda Europa este invierno", comentan los analistas de Citi en una nota. Las empresas de servicios públicos en el Reino Unido, desde Electricite de France hasta EOE, ya han aumentado las tarifas nacionales.
"A medida que la fortaleza actual de los precios mayoristas se traslade cada vez más a las tarifas minoristas en los próximos meses, es probable que se preste una mayor atención al papel de los gobiernos en la mitigación del impacto que tendrán los altos precios", comenta Glenn Rickson, director de análisis energético europeo en S&P Global Platts en Londres.