Economistas señalan que, para lograrlo, debe asegurarse una reforma tributaria y alentar la inversión privada
RICARDO GUERRA VÁSQUEZ
El Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de ley de Presupuesto Público 2022 cuyo monto asciende a los S/197.002 millones, un incremento de 7,63% respecto al asignado inicialmente para este año.
A mediados de julio, el anterior gobierno había indicado que el borrador de proyecto contemplaba un monto “similar al de este año”. Incluso, en su discurso para obtener el voto de investidura, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, lo calificó de “exiguo”. Finalmente, se consideró un monto que representa la variación más alta en los últimos cuatro años.
Para afrontar este gasto, el Ejecutivo se respalda, según se explica en el proyecto de ley de Presupuesto, en que la economía se expandirá en 4,8% el próximo año, la inflación ascenderá a 2,8%, el tipo de cambio promedio se cotizará en S/3,94 por dólar y el déficit fiscal será de 3,7% del PBI.
Compatibilidad
Carlos Casas, decano de Economía de la Universidad del Pacífico, explicó que la recaudación depende de la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), por lo que el principal reto del gobierno será concretar esta expansión interanual de 4,8% en el 2022.
Agregó que lo estimado como inflación no termina siendo una preocupación porque, incluso, esta cifra fue revisada al alza respecto a la perspectiva anterior (2% para el 2022).
“No se está tomando el efecto del tipo de cambio porque se considera temporal. Solo se concentra en los precios internacionales de los commodities”, apuntó Casas.
Sin embargo, Luis Eduardo Falen, jefe de macroeconomía de Intéligo SAB, indicó que precisamente sobre la perspectiva para el PBI es donde han caído la mayoría de observaciones –entre ellas del Consejo Fiscal– por una posición “optimista”.
En esta línea, añadió que otro factor a tomar en cuenta son los niveles de recaudación, pues la base de la que se está partiendo contempla una serie de ingresos extraordinarios (como el pago de tributos de empresas mineras).
“El mayor problema es el exceso de optimismo [del Ejecutivo]. No para este año, sino para los que vienen en el sentido de un crecimiento económico respaldado en la inversión privada”, refirió Falen.
Luis Alberto Arias, exvicepresidente del Banco Central de Reserva (BCR), detalló que, en la actualidad, los ingresos del gobierno se han recuperado, incluso, superando los niveles prepandemia, pero sostenidos porque los precios de los metales están en niveles altos.
Así, Arias indicó que el principal riesgo es la volatilidad de los precios de los metales, por lo que dijo deben adoptarse medidas, como concretar una reforma tributaria y un programa que asegure la inversión privada.
“En medida que se concrete el proceso de convergencia de reducir el déficit fiscal a 1% del PBI hasta el 2025, considero que es un presupuesto adecuado. Ahora bien, lo que estamos viendo es que los ingresos corrientes se han recuperado rápidamente, incluso, por encima del nivel prepandemia. La razón principal son los precios altos de los metales, pero aquí el principal riesgo es la volatilidad”, comentó.
Arias señaló que las medidas anteriormente mencionadas que deben impulsarse desde el gobierno son urgentes, pues pondría en riesgo los niveles de recaudación desde el 2023 en adelante.
“Todo depende de las señales del Ejecutivo: ratificación de Julio Velarde en la presidencia del BCR, cumplir con la promesa de un programa económico moderado, respetar el control político que haga el Congreso, entre otros”, refirió.
Finalmente, Arias advirtió que, de no concretarse el crecimiento estimado de 4,8% del PBI para el 2022, el impacto se verá en que, a partir de menores ingresos, se tendría que subir el déficit fiscal, la deuda pública sería mayor y las tasas de interés para adquirir financiamiento serían mayores.
“Entraríamos en un proceso de pérdida de sostenibilidad”, subrayó.
¿Camino hacia la descentralización?
JUNIOR MIANI
Uno de los puntos clave para la política económica del gobierno de Pedro Castillo es la descentralización de los presupuestos en el país. En el proyecto de ley que detalla el presupuesto del sector público para el 2022 se especifica que los Gobiernos Regionales (Gore) contarán con S/35,551 millones, teniendo dentro de este monto otros S/8,655 millones destinados al gasto de capital.
“Lo que necesitamos los peruanos es que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tenga mucha más presencia en las regiones para ayudar a procesar los proyectos, planes y propuestas de desarrollo regional, para que esto pueda avanzar mucho más. Es muy importante la labor de capacitación que el MEF pueda hacer, que efectivamente ha estado avanzando”, señaló Pedro Francke, ministro de Economía y Finanzas.
La capacidad
Si bien las cifras publicadas por el gobierno superan a las presentadas para la apertura del año fiscal 2021, que tuvo un presupuesto de S/33,960 millones para los Gore y de S/7,474 millones para su gasto de capital, estas no representan un cambio significativo en la estructura del presupuesto total.
“Es complicado hacer cambios respecto a las estructuras de los Gore. La estructura del presupuesto es similar al 2020 y 2021. Los Gore siempre se encuentran entre el 29% y el 30% [del total de la estructura del gasto]. Tampoco hay un cambio muy relevante dentro de los propios gastos que habrá en los gobiernos subnacionales”, señala David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad y exministro de Economía y Finanzas.
Además de esto, los gobiernos subnacionales siguen siendo los mismos que en años anteriores. Esto implicaría que mantengan sus falencias en la capacidad de ejecución presupuestal, aunque cuenten con una mayor disposición de fondos.
“El problema está en que la capacidad de gasto de los gobiernos subnacionales no ha cambiado desde el año pasado o el año antepasado hasta ahora. Entonces no tiene sentido darle más plata cuando sus niveles de ejecución ya son bastante bajos”, afirma Enzo Defillipi, profesor de la Universidad del Pacífico.
La ejecución del presupuesto de los Gore destinado para proyectos de inversión fue de S/5,875 millones en el 2020, un 65% del total asignado, de acuerdo al buscador Consulta Amigable de MEF. La región con mayor presupuesto fue Piura, que devengó más de S/631 millones, un 51.9% del total asignado.
Las que tuvieron peor ejecución fueron Ica (27%), Cajamarca (30.2%) y Tumbes (37.3%). Entre 2017 y 2019 el total del presupuesto ejecutado para proyectos fluctuó entre el 54.9% y el 62.5%.
“Hay dos problemas [en la ejecución presupuestal de los Gore]: lo que se ejecuta mal, que puede verse con obras inconclusas, y lo que no ejecutas. En promedio suelen dejar de ejecutar un 40%, pero con distintas heterogeneidades”, explica Tuesta.
“El problema de presupuesto no es la asignación del dinero. Esos S/35 mil millones de los Gore pueden estar en el presupuesto, pero el asunto es quién los gasta, quién contrata. [...] El nivel de gobierno que está en mejor capacidad de gastar es definitivamente el Gobierno Nacional por capacidad y porque sus funcionarios rotan menos que en los gobiernos subnacionales”, agrega Defillipi.