El temor a un menor crecimiento por la variante Delta hace prever menos demanda y lleva los precios a niveles de mayo
El precio del petróleo ya descuenta la idea de un freno al crecimiento económico global. El curdo registra hoy fuertes descensos, en lo que es ya su mayor racha de caídas desde febrero de 2020, el mes en que ya se empezó a gestar el duro castigo a la economía por el estallido de la pandemia.
El precio del barril Brent, de referencia en Europa, retrocedió casi el 3% hasta el entorno de los US$ 66 y suma seis sesiones consecutivas de caídas, con un descenso acumulado del 7,25%. El crudo West Texas registra una pérdida del 8,77% en las últimas sesiones y hoy retrocede cerca del 4%. Con las caídas de hoy, los precios de ambas referencias retroceden a niveles del pasado mayo.
El miedo a los efectos de la variante Delta del coronavirus es el principal causante de los descensos. El temor ya se ha hecho muy patente en China, donde los indicadores económicos ya reflejan un freno al crecimiento, y se extiende también a EE.UU., donde aumentan los contagios y los fallecimientos a pesar de la intensa campaña de vacunación.
Además, la fortaleza del dólar, alentado en las últimas semanas por la expectativa de retirada de estímulos de la FED, y el sorprendente incremento de los inventarios de gasolina en EE.UU. conocido esta semana contribuyen a amplificar la caída de los precios del crudo. También la tensión geopolítica qu ha creado la caída de Afganistán en manos de las milicias talibanes.
El avance de la variante delta del coronavirus ya ha obligado a la ha obligado a la Agencia Internacional de Energía (AIE) a rebajar las previsiones de demanda en los meses que quedan del 2021, tras estimar que las nuevas mutaciones del Covid-19 derivarán en la vuelta de las restricciones para reducir la movilidad social y, con ello, un menor consumo del petróleo.
En su informe de mercado mensual, publicado la semana pasada, la organización con sede en París ha señalado que el crecimiento sería de unos 500.000 barriles menos por día en la segunda mitad de 2021, en comparación con su última estimación debido al "empeoramiento de la progresión de la pandemia".
Mientras, la OPEP se resiste a elevar la producción de petróleo, a pesar de las peticiones lanzadas desde el Gobierno de EE.UU. ante el incremento del precio de la gasolina. El cartel petrolero no ve razones para incrementar la oferta, un argumento que ahora se ve reforzado por la caída de precios y la previsión de una menor demanda.
La OPEP recortó la producción de crudo con fuerza el pasado año y aún no ha retomado los niveles previos a la pandemia.